*Su trabajo no se ha recuperado por completo
*Viven de las propinas de los clientes
En su juventud, Armando Benítez de 72 años de edad se dedicó al oficio de la albañilería, pero conforme pasaron los años su condición física no le permitió seguir ejerciendo.
A la edad de 70 se despidió de su trabajo y de cualquier actividad que se le pareciera, pero nunca le dijo adiós a sus ganas de seguir laborando.
Rápidamente encontró trabajo de “viene viene” en un estacionamiento de un reconocido súper mercado.
Todo marchaba bien hasta que un día llegó la pandemia del Covid-19 a Mazatlán y todo se vino abajo.
Don Armando expresó que los primeros meses fueron los más difíciles de vivir, debido a que su salario es equivalente a las propinas que los clientes le dan por cuidar su carro.
Durante el confinamiento la afluencia de personas disminuyó considerablemente lo que propició que las ganancias de los viene viene fueran bastantes bajas y llegar a juntar durante un día 10 pesos.
Con la reapertura del turismo pensó que la situación mejoraría y aunque sí mejoró un poco, considera que la vida ya no será como antes.
“Ojalá todo volviera a la normalidad, a veces juntamos que los 80 pesos o los 100, otros días si llegamos a los 140 pesos más o menos; aquí seguimos trabajando”.
Comentó qué hay días buenos y días malos, la falta de clientes los desespera, sólo quieren volver los días antes del coronavirus.
https://youtu.be/Rq7wpOe265M