Hasta ahora, el terremoto de magnitud 7.8 y sus réplicas ha cobrado la vida de más de 11 mil 200 personas en Turquía y Siria
El principal cementerio de Gaziantep acogió este miércoles el funeral conjunto de víctimas del sismo que azotó el lunes el sureste de Turquía y Siria, con los ataúdes agrupados de 10 en 10 entre allegados desconsolados.
Hasta ahora, el terremoto de magnitud 7.8 y sus réplicas ha cobrado la vida de más de 11 mil 200 personas en Turquía y Siria . Gaziantep se encuentra cerca del epicentro del sismo.
Desde entonces, al cementerio Yesilkent de Gaziantep han ido llegando los muertos. La alcaldesa de la ciudad, Fatma Sahin, lanzó un llamado para que religiosos musulmanes acudan a Gaziantep y echen una mano en la celebración de los funerales.
Además, ante la probabilidad de que el balance de muertos aumente, se estudia la posibilidad de ampliar los horarios del cementerio para celebrar exequias, informaron las autoridades.
Este miércoles, centenares de hombres se alinearon frente a los féretros en el camposanto de Yeslikent, mientras el imán, ayudado de un micrófono, pronunció su oración y bendijo a cada una de las víctimas.
Las mujeres se agruparon en otra zona del cementerio.
Entre las víctimas se encontraban Done y Ayas Sundar, una pareja, y Ayse Colak, de 35 años, que murió junto a su esposo y sus padres en el derrumbe de su edificio en Nurdagi, a 65 km al este de Gaziantep, según contaron sus hermanas.
La ciudad está completamente destrozada
«Ya no existe Nurdagi, la ciudad está completamente destrozada», afirmó una de las hermanas, que rechazó dar su nombre.
También fue enterrada Ruveyda, una joven de 17 años que residía en un apartamento situado en el sexto piso de un edificio.
Según contó su madre, Hatice -que prefirió callar su apellido- ella y Ruveyda lograron escapar antes de que el edificio se derrumbara. Al principio, la joven dijo que se encontraba «bien» pero horas después empezó a sentirse mal y murió al poco en un hospital, al parecer por lesiones internas, contó su madre.
Otro de sus hijos, Serhat (21 años) continúa desaparecido bajo los escombros.
Según las autoridades, el imán que ofició el funeral de la mañana tenía previsto realizar la oración del mediodía antes de celebrar más funerales por la tarde.
En la región, los rescatistas internacionales y los equipos de socorristas turcos y voluntarios continúan buscando supervivientes.