Gran Acuario Mazatlán Santuario de Aves que salvan Ecosistemas

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El Gran Acuario Mazatlán se ha consolidado como un importante refugio para cientos de aves, muchas de ellas rescatadas de situaciones de riesgo, maltrato o tráfico ilegal. Actualmente, más de 300 ejemplares de diversas especies bajo cuidado profesional en este centro de conservación, reafirmando su papel esencial en el equilibrio del ecosistema.

Las aves cumplen funciones ecológicas fundamentales: controlan plagas (como insectos y roedores), dispersan semillas y contribuyen a la reforestación natural, gracias a su capacidad de desplazarse largas distancias. Son una pieza clave en el engranaje de la biodiversidad, conectando comunidades animales y vegetales.

En este esfuerzo por preservar la vida silvestre, el Gran Acuario ha desarrollado espacios específicos como El Nido, inaugurado en mayo de 2024, donde se resguardan 47 loros y pericos provenientes de decomisos. También está La Casa Guacamaya, un área educativa donde los visitantes pueden observar especies como la Guacamaya Verde Militar, Azul Dorada, Loro Cabeza Amarilla, pavorreal, patos, entre muchas otras.

Estas instalaciones se complementan con el recinto de Aves Rapaces y la Casa de las Aves, todos bajo el cuidado de un equipo profesional de veterinarios y cuidadores del Hospital de Fauna que no solo atienden emergencias, sino que han visto nacer y rehabilitar aves que llegaron en condiciones críticas: con alas rotas, sin extremidades o separadas de sus madres demasiado pronto.

Cada historia que se escribe en el Gran Acuario Mazatlán es un llamado a la conciencia. La captura ilegal y la domesticación de aves no solo vulneran sus derechos, sino que limitan su función vital en la naturaleza. Por eso, desde este santuario, se trabaja incansablemente para educar a las nuevas generaciones, fomentando el respeto por las aves y su hábitat natural.