Con el objetivo de evaluar la eficacia de los protocolos de evacuación y fortalecer la formación práctica del alumnado ante situaciones críticas, la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), realizó con éxito su Segundo Gran Simulacro de Incendio y Emergencias Sanitarias.
En el ejercicio, diseñado como producto integrador de la materia «Enfermería en Desastres y Emergencias Sanitarias», participaron brigadas de primeros auxilios, búsqueda y rescate, y combate contra incendios. Y en dicho escenario, la Dra. Alma Delia Frayre de la O, directora de la Facultad de Enfermería, destacó la rigurosidad con la que la institución aborda estos procesos para mantener sus certificaciones de seguridad.
«Aunque esto es un simulacro, tenemos que cumplir con todas las normas que nos pone Protección Civil, ya que nos dan una evaluación previa y una evaluación posterior. Nuestra facultad ya está certificada por Protección Civil a nivel estatal por el impulso que tuvo el programa de bienestar universitario, y hoy realizamos esta vinculación importante con entes externos y hospitales», dijo la funcionaria.
Por su parte, y en representación del Dr. Manuel Iván Tostado Ramírez, Vicerrector de la UAS, en la región Sur, el M.C. Jesús Ramón Sandoval Rubio, Coordinador de Educación Superior de la zona, enfatizó el rol institucional en la formación y seguridad del estudiantado, precisó Sandoval Rubio.
«Es el compromiso y la responsabilidad social que tiene la Universidad Autónoma de Sinaloa, el cual mantiene la cultura de la prevención, como todos pudimos ver en esta actividad: el cómo actuar de una manera de carácter emergente y el cómo resolver las situaciones de incendio».
Al respecto, Christian Ramírez, consultor en Protección Civil, subrayó la importancia técnica y humana de someter a los futuros enfermeros a escenarios de alta tensión.
«La prioridad número uno es la vida humana, para eso tienen protocolos de actuación. Los muchachos se van a poner a prueba en los tiempos de respuesta y la capacidad que tienen ellos para atender lesionados en caso de una emergencia que sobrepase la comunidad».
Durante el despliegue, los estudiantes se enfrentaron al reto de gestionar más de 15 «lesionados» con diferentes grados de gravedad, poniendo a prueba sus conocimientos en clasificación de pacientes (triage), manejo de vía aérea y control de hemorragias bajo presión. El simulacro contó con la supervisión y validación de organismos externos como Protección Civil Estatal y Municipal, Bomberos Voluntarios de Mazatlán, Cruz Roja y Tránsito Municipal, garantizando que el ejercicio cumpliera con los estándares de seguridad vigentes; participando alrededor de 600 estudiantes y se simuló una explosión en laboratorio con múltiples heridos para evaluar capacidades de triage y evacuación.
El ejercicio concluyó con el reporte de «incendio controlado», la evacuación total de los heridos a zonas de triage y hospitales simulados, y la posterior ventilación del área, declarando el fin de la emergencia sanitaria y validando la capacidad de respuesta del cuerpo estudiantil y docente.