*Cultura, tradición, pero sobre todo símbolo de los mexicanos
*También le llaman la Morenita de Tepeyac
Como cada año en Mazatlán y en todos los rincones de México y del mundo, se venera a la Virgen de Guadalupe, también llamada la Morenita del Tepeyac, aquella que se le apareció a Juan Diego, indígena chichimeca que, según fuentes de la época, presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe, en 1531. Fue beatificado en 1990y canonizado en 2002, en ambos casos por el papa Juan Pablo II.
Festejar a la Virgen de Guadalupe, no es solo cuestión de fe, es algo ya parte de la tradición mexicana, y el país por ser un mosaico multicolor en cuanto a tradiciones y cultura, se adecua muy bien a este tipo de eventos.
El patrimonio de nuestro país se fragua en la mirada de quien lo aprecia, conjuntando pasado y presente.
El día de la Virgen de Guadalupe, en la actualidad, no sólo es un hecho religioso, es un fenómeno sociológico, antropológico e incluso político, de donde los políticos se “agarran” para presumir su imagen y posicionarse ante los mexicanos.
En la mayoría de los hogares, hoy lucen los altares dedicados a la Virgen e imágenes de ella se ven por todas partes, donde la flores y veladoras no faltan.
En las iglesias de Mazatlán, las misas y las ofrendas florales no faltaron, así como los rezos, que forman parte del pago de los favores recibidos de esta virgen morena.
Los niños vestidos de inditos, son el gran atractivo de este día, en los que la mercadotecnia pone sus ojos, para venderles las fotos del recuerdo, montando a caballo, con el manto de la Virgen, todo figurando una postal.
El formar parte de este festejo, hace a los devotos parte de este patrimonio que se incorpora como una memoria viva y colectiva, que los hace concebir una idea de identidad, que si bien nace en el pasado, sigue viva y forma parte del futuro que se construye.