Se trata de “crear soluciones que aborden dos prioridades que las mujeres han dicho que son fundamentales para su seguridad: mejores sistemas de información y más control de sus prácticas en las plataformas tecnológicas”.
Eso significa en primer lugar funciones que permitan a las usuarias decidir de una forma más precisa quién puede acceder a los contenidos que publican y quién los puede compartir, comentar o reaccionar.
También facilitar la navegación y el uso de herramientas de seguridad y disminuir la carga de los mensajes de acoso que sufren.
La otra línea del dispositivo consiste en reforzar los mecanismos para dar cuenta de los ataques sufridos en la red, entre otras cosas mediante la posibilidad de rastrear y administrar informes.
En el mismo sentido, se ofrecerá más orientación sobre la política y los procedimientos para comunicar situaciones de acoso y nuevas formas para disponer de ayuda y apoyo a la hora de informar de esos abusos.
Estos compromisos son el resultado de un trabajo que se ha llevado a cabo durante 14 meses entre las cuatro plataformas y la World Wide Web Foundation, que lucha por los derechos y las libertades en internet, con la cooperación de 120 expertos de las compañías tecnológicas de la sociedad civil, de la universidad y de gobiernos de 35 países.
Azmina Dhrodia, directiva de esa ONG, destacó que “con sus recursos y su alcance, estas cuatro empresas tienen el poder de frenar este acoso y mejorar la experiencia en línea de cientos de mujeres en línea”.
Según sus estadísticas, 38% de las mujeres en el mundo han sufrido directamente el abuso en línea. El porcentaje es mayor entre las más jóvenes y entre las negras, los miembros del colectivo LGTB y otros grupos marginados.
Información por FORBES