Hace cerca de 50 mil años, por lo menos dos especies diferentes de homininos vivían en Eurasia: los neandertales en el oeste, ocupando la mayor parte de Europa occidental, y los denisovanos en el este.
Desde hace años, los paleontólogos estaban convencidos de que ambas especies se cruzaron, dejando una descendencia común.
Un equipo de expertos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva descubrió , al secuenciar del genoma de un antiguo homínido procedente de Siberia, que el individuo tuvo una madre neandertal y un padre Denisovano, detalló Nature.
«Sabíamos por estudios anteriores -afirmó Viviane Slon, investigadora del Instituto Max Planck y coautora del estudio- que los Neandertales y los Denisovanos tuvieron que tener hijos, por lo menos ocasionalmente. Pero nunca pensé que seríamos tan afortunados como para encontrar a un descendiente real de los dos grupos».
El individuo estudiado apenas está representado por una única y pequeña muestra de hueso. «El fragmento -explicó Bence Viola, otro de los miembros del equipo- es parte de un hueso largo, y hemos podido estimar que su propietario tenía por lo menos 13 años de edad».
El fósil fue hallado en el año 2012 en el interior de la cueva de rusa de Denisova y llevado después al Instituto Max Planck en Leipzig, Alemania, donde Svante Pääbo, director del Departamento de Genética Evolutiva del Instituto Max Planck, descubrió que se trataba de una nueva especie humana desconocida.
Pääbo, autor principal de esta investigación es también el científico que logró, en 2010, secuenciar por primera vez el genoma de un Neandertal.
Esta investigación permitió a los investigadores determinar que la madre estaba genéticamente más cerca de los Neandertales que vivían en Europa occidental que de otros miembros de la misma especie que vivieron antes en la misma cueva de Denisova.
Lo cual demuestra que los Neandertales migraron entre Eurasia occidental y oriental decenas de miles de años antes de su desaparición.
El análisis también reveló que el padre Denisovano también tuvo, por lo menos, un ancestro neandertal en su árbol genealógico.
Svante Pääbo, por su parte, aseguró que «resulta sorprendente que, entre los pocos individuos antiguos cuyos genomas han sido secuenciados, nos encontremos precisamente con este niño Neandertal/Denisovano.
Neandertales y Denisovanos pueden no haber tenido muchas oportunidades de encontrarse. Pero cuando lo hicieron, debieron aparearse con frecuencia, mucho más de lo que pensábamos hasta ahora».
Información de: EL IMPARCIAL