Esmalte, lima y muchas ganas de superarse una historia de emprendimiento

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Raquel Zavala llegó hace 10 años a Mazatlán con muchas ganas de superarse, su amor por aplicarse uñas siempre lo ha traído, fue ahí donde comenzó todo y es que poco después de llegar al puerto y a falta de alguien que le aplicara uñas, ella decidió capacitarse y posteriormente poner un salón de uñas como tal.

La jalisciense anoto todos los puntos que ella consideraba negativos en los salones que asistía, y decidió así emprender un negocio bello y cómodo para quien decidiera visitarlo, poco a poco el fruto de su perseverancia preparación y constancia había dado resultados, pues su salón ya se había aclientado.

Al tiempo logró capacitarse y certificarse con nuevas tendencias para así poder abrir su nuevo centro de capacitación, en donde ayuda a chicas a que puedan aprender técnicas y abrir sus propios salones.

La emprendedora menciona que lo más difícil durante su trayectoria ha sido tenerse que apegar a las nuevas tendencias, pero es algo que no la detiene, pues constantemente se capacita y prepara para que su negocio crezca cada día más. Raquel ha logrado conectar con cada una de sus clientes a quien la mayoría considera se han convertido en buenas amigas.

Agrega que para ella es coherente el lema «Nadie es profeta en su propia tierra» pues si no estuviera en el puerto, probablemente no hubiera emprendido y se dedicara a otra cosa totalmente diferente, agradeció a cada una de las personas que confía en su negocio y asiste a el, y recalcó que lo que diferencia a los otros salones de uñas es que todo lo hace con mucho amor.