Es Rodrigo; una historia de amor

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*Nació con autismo y ahora toca el violín y estudia la universidad
*Su mayor motivación es tener una familia para darlo mucho cariño

A la corta edad de tres años a Rodrigo Emanuel Ovalle le diagnosticaron el síndrome Asperger, un tipo de autismo que afecta la capacidad de socializar y comunicarse correctamente.

Su madre Leónides Ovalle Acosta, quien ese entonces no conocía absolutamente nada de dicha enfermedad, pues no era muy común, se dedicó a darle amor y apoyo para ofrecerle una vida normal.

Una historia de amor, es así como Leónides describe la vida de su hijo, una historia llena de obstáculos pero también de aprendizaje.

“Cuando a él lo diagnosticaron, nos dimos a la tarea de darle mucho amor, lo llevamos a terapias del lenguaje y aprendió a hablar, desde kínder hasta preparatoria él llevó una “maestra sombra”, quien lo acompañó siempre”, expresó.

Rodrigo fue a la escuela como cualquier niño, hacías sus tareas y tenía amigos; a la edad de 12 años, él se enamoró del violín, de la forma en que lo tocaban y de cómo se producía música.

Sus padres no lo pensaron dos veces y lo inscribieron a clases, Rodrigo rápidamente aprendió a tocar sus melodías favoritas.

“Me enamoré de las notas musicales, de las melodías preciosas, cuando toco me siento feliz y agusto; mi canción favorita es el himno de la alegría porque da un mensaje muy bonito”, comentó.

Hoy en día Rodrigo tiene 24 años de edad y está cursando el primer año de la licenciatura en educación física y al culminar sus estudios su mayor motivación es tener una familia para darles mucho amor.

“Me motiva tener una familia, quiero decirle a todos que le echen ganas y que nunca pierdan el ánimo”.