FRANCISCO CHIQUETE
No se trata de la Universidad Autónoma de Sinaloa. El conflicto no tiene fachada educativa, ni siquiera como pretexto. El conflicto actual es político, única y exclusivamente político y tiene un destinatario: Héctor Melesio Cuén Ojeda, aunque por supuesto se opera contra toda la estructura universitaria y partidista que ha construido.
No está a discusión el cacicazgo que Cuén ejerce en la universidad. Ya hemos comentado aquí la fama pública de que es él quien toma no sólo las decisiones fundamentales, sino las de toda índole, desde la designación de consejeros, directores, maestros de tiempo completo (aunque ya poblaron ahí todos los espacios y sólo reparten tiempos parciales, a reserva de mejorar “más adelante)”. Compras, inscripciones de alumnos, crecimiento o congelación de escuelas, todo se acuerda en un Starbucks o en Casa María, o durante las interminables giras de trabajo del “líder moral”.
El problema de este “rescate” de la Universidad Autónoma de Sinaloa es que se trata no de un movimiento democratizador, ni mucho menos un movimiento interno, sino de una cargada que va sobre los espacios que se prevé vaya a perder Cuén, del “quítate tú para ponerme yo”, aunque todos los personajes y personeros de Morena lo nieguen enfáticamente.
Cuando todo era de palabra, el rector Jesús Madueña Molina amenazó con sacar a los alumnos a manifestarse en las calles “para defender la autonomía” y con ello irritó sobremanera al gobernador Rubén Rocha Moya, quien hasta entonces había insistido en que no tenía ningún proyecto de reforma y en que no era cosa suya, sino del Congreso. A partir de ahí cambió.
Y venido a ver: quien sacó a muchachos a manifestarse en horario de clases fue Morena. Varios de sus cuadros organizaron manifestaciones, entre nutridas y pequeñas, en escuelas de Culiacán, en seguimiento a volanteos realizados previa y posteriormente (incluso desde el aire), que dinero e imaginación hay.
Por lo pronto la academia está en el olvido.
Lo del momento es destruir al Partido Sinaloense, hijo ilegítimo de la administración universitaria, escudo de los jerifaltes y plataforma para las ambiciones que ya se prolongan y se posponen ante la dura realidad de los resultados electorales.
En la semana que termina desapareció el carácter pasista de las alcaldías de Escuinapa y de Concordia, cuyos titulares fueron registrados como candidatos propios por el PAS, como lo fueron los de El Rosario, Mocorito y Cosalá, e incluso de Mazatlán, donde se prestaron para hacerle al Químico Benítez el espacio que no se le quería otorgar en Morena, pues las órdenes superiores eran que entrara a como diera lugar.
Pasada la elección del 2021, Cuén presumía ser la segunda fuerza del estado, porque oficialmente ganó ocho diputaciones, seis alcaldías y una gran cantidad de regidurías. Fue su propio socio electoral, Rubén Rocha Moya, quien le hizo ver su realidad: apenas aportó ochenta mil de los 625 mil 225 votos obtenidos, y varios de los candidatos en realidad eran de Morena, y los que no, venían de otra parte y estuvieron dispuestos a irse con el mejor postor.
El que traiciona una vez, traiciona dos veces. Raúl Díaz fue alcalde priísta en Concordia y como no le dieron chance de regresar, se fue al PAS. Hoy lo más fácil era sumarse a la desbandada, aclarando que no iba a ninguno otro partido, pero que podría hacerlo pronto. ¿Será muy difícil adivinar a cuál?
Siempre podrán justificarse los judas y los judas por partida doble, con que los presionaron, los obligaron a esa definición y prefirieron irse a dejar que sus municipios sufriesen las consecuencias, pero también hay otras causas: en Rosario y Escuinapa el PAS designó a los funcionarios municipales originales, y ahí tenían a los lugareños invadidos por gente que vivía en Mazatlán y que ni siquiera se quedaban a dormir en esos municipios. Eso además de lo oneroso que era ser anfitriones de los eventos pasistas.
Este fin de semana Héctor Melesio Cuén Ojeda estaba en la Ciudad de México, no sólo para darse a ver como asistente a la concentración del sábado, sino para buscar una explicación o una ratificación de su preeminencia en la campaña adelantada de Adán Augusto, pese a la presentación de un nuevo coordinador en el estado. “Contento de estar presente en el encuentro organizado por el Consorcio de la 4T México como un representante más del gran movimiento ‘Ahora es Adán Augusto’. Agradezco a la Dirigente Nacional @Leticia_Quezada por la invitación”, twiteó el viernes por la tarde, como avisándole al gobierno sinaloense “no me den por muerto”.
De todos modos nada le quita el berrinche de la descuenización de las alcaldías, a la que reaccionó con otro twitt: “increíble la embestida contra el @pas_mex desde Gobierno del Estado. Presidentes municipales es lamentable su falta de compromiso por los acuerdos hasta la sumisión ante el Gobierno Estatal. Nuestra lucha sigue”.
FUERA CUENISTAS DE LAS
NÓMINAS MUNICIPALES
Para desesperación de sus seguidores formales e informales, hasta el momento Cuén ha mantenido la política cristiana de poner la otra mejilla tras cada golpe. Este viernes fue despedido Rafael Mendoza Zatarain de su puesto como secretario del ayuntamiento. Y lo corrieron abiertamente, con todas sus letras. La convocatoria a la sesión extraordinaria de Cabildo anunciaba la destitución del secretario del ayuntamiento. Por supuesto, los regidores del PAS votaron en contra, pero no para evitar el movimiento, sino para dejar constancia, porque ya no tienen el número inicial (apenas sobreviven dos) y no alcanzan a obstruir la mayoría calificada, mucho menos a hacer mayoría.
De todos modos habían adelantado que no obstaculizarán la marcha del municipio y no buscarán tomar venganza de este despido.
Algo similar había pasado en Salvador Alvarado, donde los militantes del PAS que quedaron en nómina del municipio fueron echados inmisericordemente. En Guasave, el doctor Martín Ahumada soltó de su ronco pecho: si el gobernador me lo ordena, corro a todos los empleados que sean del PAS, aunque lo estén haciendo bien. En Ahome ya había ocurrido cuando Gerardo Vargas hizo corredera para tomar revancha de que le ganaron en las elecciones en sindicaturas y comisarías.
NÚMERO EQUIVOCADO
Al mediodía del viernes corrió un trascendido: la secretaría del ayuntamiento sería puesta en manos de la exsecretaria de Turismo, exsecretaria del ayuntamiento con Carlos Felton y supuestamente futura exregistradora pública de la propiedad, además de expanista y expasista. Al final no hubo tal. El alcalde Edgar González ya había hecho sus planes y conseguido la autorización para designar a su oficial mayor en lugar de Mendoza Zatarain.
Haber puesto ahí a Rosario Torres equivaldría a tener un infiltrado como fue el propio Edgar en el gobierno del Químico. En cambio la designación de Verenice Oleta le da la tranquilidad de contar con un elemento de todas sus confianzas.
Lo que no le salió bien al alcalde fue la metáfora con que se quiso adornar. Voy a hacer un enroque, adelantó. Pero los que le saben tantito al juego ciencia, saben que un enroque es el intercambio de lugar de determinadas piezas, específicamente el rey y una de las torres (el rey se mueve dos espacios hacia la torre con la que intercambiará y la torre ocupa el sitio del rey). Aquí sólo se movió una pieza y la otra fue sacrificada.
Como que el ajedrez no es su fuerte. Quizá juegue bien a las damas, chinas o inglesas.
El caso es que al parecer la designación de Chayito Torres era la idea inicial, pero un nostálgico funcionario cercano, que acostumbra alimentar trascendidos, no se alcanzó a enterar del cambio de rieles y la filtró equivocadamente.
POR SUPUESTO, SE
DESBORDÓ EL ZÓCALO
Como era de esperarse, el homenaje al presidente Andrés Manuel López Obrador fue abrumador. Personas llevadas de toda la república se volcaron sobre la principal plaza del país no para recordar a Lázaro Cárdenas y su gesta de nacionalizar el petróleo, sino para poyar a AMLO en su aspiración de darle continuidad a la llamada cuarta transformación.
La propia delegación de Sinaloa, encabezada por el gobernador Rubén Rocha Moya coreaba consignas de apoyo a López Obrador y abrían su sección con una manta en el mismo sentido.
Era una obvia respuesta a la marcha del pasado mes de febrero, en que la sociedad civil salió a defender al INE y como se planeaba, no sólo superó a la concentración opositora, sino que la duplicó y más. Seguramente los integrantes de la nación amloista festejarán esto como un triunfo, que por supuesto lo es, pero comparar ese resultado con el de una movilización ciudadana es un despropósito. López Obrador cuenta con toda la estructura gubernamental, los recursos de la federación y la capacidad de manejar los programas sociales.
Fuera de esa demostración de fuerza, la concentración no dio novedades. El larguísimo discurso del presidente fue una clase de historia desde su perspectiva personal; empezó con reconocimientos a don Lázaro, pero terminó con la certeza de que el actual proyecto político no será desplazado.
Por cierto la exaltación a Tata Lázaro se llevó a cabo sin la presencia de los herederos del héroe revolucionario. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano había advertido ya que como cada año, la familia acudiría al monumento a la Revolución. Y en las vísperas, el nieto, Lázaro Cárdenas Batel, fue despedido de su puesto (coordinador de asesores del presidente), no se sabe si para evitar el descolón de la ausencia del ingeniero en la concentración, o si el propio Lázaro lo buscó para evitar que Cuauhtémoc siguiese siendo rehén.
¿A QUIÉN LE SIRVE
DESCALICFICAR AL ACUARIO?
Inopinadamente, un reportaje sobre el nuevo Acuario puso a esta obra en el ojo del huracán. Nada falso, nada cierto del todo, más bien intencionalidad. El proyecto del Acuario Mar de Cortés es el producto turístico más importante que se ha construido en muchos años y seguramente dará a Mazatlán una mayor proyección en el mercado internacional.
Lo invertido con dinero oficial está ahí, al servicio de la ciudad, lo mismo el Parque Central que la avenida, un útil par vial de nuestra arteria costera. El acuario en sí mismo es una asociación público privada que deberá darle recursos al municipio y el inversionista e impulsor principal, le lleva metido un gran capital, respaldado por su crédito y sus bienes personales.
Hay una corriente que piensa que el gobierno no debe invertir dinero en esas cosas mientras haya tantas necesidades en la población. En efecto, el drenaje, la conectividad, la salud, la seguridad siguen siendo asignaturas pendientes. Pero en la administración pública actual hay recursos destinados a los proyectos de desarrollo y equipamiento, de modo que rechazar el concepto parque-acuario no nos habría traído más recursos para las necesidades. En todo caso ahí están los grandes proyectos de este gobierno, como el AIFA, el tren maya y los aeropuertos del caribe, que se han llevado las grandes tajadas del presupuesto, por encima de las muchas necesidades mencionadas.
SÍMBOLOS QUE SE VAN
Y QUE PERMANECEN
Sin duda alguna Julio Scherer García es el gran símbolo de la transformación del periodismo mexicano, pero junto con él ha habido otros personajes cuyas aportaciones son de gran importancia. Manuel Becerra Acosta modificó al diarismo nacional con su concepto de Unomasuno. Luego entró en declive y del choque interno en el periódico surgió La Jornada, encabezada por Carlos Payán Velver, cuya visión generó un enfoque progresista que por muchos años cautivó al sector ilustrado del país, aunque ahora ya hay un alejamiento de la idea original. Don Carlos Payán falleció el viernes pasado. Ya estarán por allá Scherer, Becerra y él, discutiendo sus diferencias e impulsando, si se puede, cambios donde haya que hacerlos.