EN LA GRILLA Inicia la Fiscalía proceso contra el rector y un hijo de Cuén; el líder del PAS advierte que podría balconear

0
128

FRANCISCO CHIQUETE

Empieza el proceso formal contra la clase política de la UAS. No es fácil que alguno de ellos vaya a dar a la cárcel, pues hay amparos de por medio y hay formalidades legales que todavía favorecen a los indiciados, pero la bronca ya pasó de los discursos a los hechos.

Inesperadamente la Fiscalía Autónoma de Sinaloa dio a conocer que estaba solicitando una audiencia para encausar al rector Jesús Madueña Molina, al ex rector Jun Eulogio Guerra Liera y al hijo de Cuén, Héctor Melesio Cuén Díaz, así como a otros integrantes del comité de adquisiciones.

No es cotorreo: se trata de inculparlos por haber comprado 18 millones de pesos de tortillas, tema muy tratado pero que parecía quedar en el anecdotario político. Hasta hubo un diputado morenista que armó un sainete en el Palacio Legislativo llevando los “Tecos Cuencho”.

Tratándose de una institución que maneja siete mil millones de pesos al año, uno hubiese esperado denuncias más espectaculares, pero al parecer las indagaciones no les dieron para más, ni siquiera para incluir los treinta millones de pesos que dijeron haber descubierto en compras de pollo tan sospechosas como las de tortillas.

Por lo pronto con eso parece ser suficiente para que un juez les obsequie con una carpeta de investigación, Ahora la cosa es ver hasta dónde va a llegar. ¿Se trata de ablandarlos para que se allanen a un cambio en la Ley Orgánica de la Universidad, o de veras se piensa llegar hasta las últimas consecuencias?

También se habría esperado una respuesta más vigorosa de parte del propio Cuén, quien sin embargo empezó su conferencia de prensa con una enumeración de los logros inmarcesibles obtenidos por la sociedad gracias a la existencia del PAS, para tratar luego de deslindarse diciendo que a él no le toca el tema porque no tiene nada qué ver con la UAS y finalmente desbordarse en el coraje de ver a su proyecto y a su hijo sometidos a una acusación formal que muy probablemente prospere.

Cuén intentó mantenerse ecuánime, pero finalmente le ganó la emoción y se lanzó atropelladamente con temas diversos, reclamando ingratitud del gobernador, a quien el hoy cuasi indiciado Cuén Díaz iba y le tomaba muestras diarias pare verificar la evolución del Covid (“y no le cobramos ni un cinco”), hasta llegar a una amenaza más seria: yo soy hombre, nunca digo nada, pero cuando te tocan a un hijo o un nieto, tienes que reaccionar. Y como probadita se refirió vagamente a que por estar ahí el PAS, la campaña del gobernador recibió mucho dinero y que sobró mucho dinero y se compraron muchas cosas… Pero esto, como en las novelas de folletín, quedó para una siguiente entrega.

La bronca ya está abierta y ambos bandos tienen sus argumentos y sus sentimientos, que le ponen más sabor al caldo. Vamos a vivir un periodo de calentura preelectoral con mucha sazón.