*Lo que urge a los políticos: reforma electoral
*¿Cómo arrancaron las entregas y recepciones?
*Brillantísima explicación de la CFE a Profeco
FRANCISCO CHIQUETE
Cada vez que inicia actividades una nueva legislatura, tanto local como federal, los diputados anuncian con gozo y placer la promoción de una reforma política que vaya a fondo, que permita encontrar los equilibrios y los niveles de responsabilidad que su juicio la sociedad está demandando con furor.
Aunque estos anuncios suelen venir de diputados opositores, o que lo han sido por largo tiempo y acaban de subirse “al carro de la revolución”, muchas veces también los gobiernistas se entusiasman y fingen hacerlo y se van en la corriente que inician sus colegas y contrapartes.
En más de una ocasión me ha tocado entrevistar a diputados que se encuentran bajo ese trance y al momento de preguntarles por qué su primera idea de acción legislativa va siempre hacia una reforma política cuando la sociedad enfrenta problemas en materia de seguridad, de empleo, de educación, trabas al desarrollo y a la producción. En todos los casos han aseverado como si se hubiesen puesto de acuerdo, que se trata de buscar el bien de la sociedad, y que para ello necesitan una reforma política de fondo, de gran calado, como insisten en decir los peñanietistas.
La verdad es que pasados los primeros días, el furor reformista baja. La ocupación cotidiana del Congreso, que es muy fuerte para quienes van realmente a trabajar, hace que se olvide semejante proyecto.
Ayer los nuevos diputados y algunos alcaldes electos comieron con el gobernador, quien entre otras cosas les propuso trabajar en una reforma política a fondo, que homologue las fechas de las elecciones federales, para evitar que en cada sexenio haya cuatro o cinco elecciones, y también para promover y establecer una cláusula de equidad que le dé a las mujeres el cincuenta por ciento de las candidaturas.
Por supuesto, todos se dijeron convencidos y encantados, sobre todo los de la vieja y ya derruida coalición malovista. El diputado Adolfo Rojo Montoya, presidente de la mesa directiva, nos dijo que la homologación de fechas electorales ha sido una vieja demanda de los panistas, de modo que la ven con mucho gusto.
La cláusula del fifty-fifty por supuesto, debe haber entusiasmado a las diputadas, y el añadido de buscar que haya también espacios garantizados para los jóvenes, sonó a música entre los diputados jóvenes o entre los que manipulan a jóvenes como carne de cañón de sus respectivas campañas electorales.
Lo bueno, dijo Rojo, es que ahora ya contamos con la voluntad política para impulsar esas reformas y para avanzar en lo que nos hemos propuesto. Será cosa de negociar y ver hasta dónde puede avanzarse en qué temas.
Pero resulta que esta novedad de la voluntad política no es tan nueva.
Los integrantes de la legislatura pasada llegaron con más ímpetu reformador que ninguno otro. Aunque no les había alcanzado para obtener la mayoría, los antiguos opositores al régimen priísta habían alcanzado una porción considerable de la Cámara y se creían con derecho y con fuerza suficientes como para alcanzar los cambios que les hacían ojitos desde años atrás.
Y también en esa ocasión se contó con la voluntad política del gobernador.
No sólo eso: el propio gobernador convocó a los diputados, a sus coordinadores, a los presidentes de sus partidos y estableció antes del Pacto por México una edición localista del Pacto de la Moncloa, en que todos los actores políticos se comprometieron a dar de sí para que los cambios pudiesen concretarse.
Tan exitoso estuvo el asunto, que acudieron hasta Cenobio Ruiz, entonces pastor de la bancada priísta en el Congreso Local, y también aunque usted no lo crea, Jesús Burgos Pinto, quien meses después encarnaría personalmente a la única oposición partidista en el estado. No es que la dirigiera, en su calidad de presidente del PRI, o delegado estatal para ejercer esa presidencia. Era que él la integraba, porque sus compañeros tricolores preferían hacer que la Virgen les hablaba.
Pero con todo y ese éxito de público la propuesta quedó hasta ahí. La Moncloíta no se volvió a reunir ni los diputados en la Cámara hicieron gran cosa por la reforma política que ambicionaban, y la elección del siete de julio se hizo prácticamente con las mismas reglas del juego que se hicieron para enmarcar la elección del 2010, que tanto cuestionaron los ganadores. Leyó usted bien: ¡los ganadores!
Vamos a ver en qué queda todo este impulso de la nueva legislatura, sobre todo en lo que se refiere a la reforma política, que se anuncia y se anuncia, pero no termina de concretar. Y eso que es del interés de los diputados, como siempre, en nombre del pueblo.
…Y SE LLEGÓ EL DÍA DEL INICIO
DE LOS TRABAJOS DE ENTREGA
Cuenta el gobernador Mario López Valdez que en el 2010, dejó de ser senador, fue candidato y finalmente gobernador electo por un larguísimo periodo de casi seis meses, lo que le tenía sometido a una tensión tal que, cuando en un restaurantes le preguntaban “¿qué quiere tomar?” en automático le salía una respuesta sentida: ¡quiero tomar protesta!”
Así han estado los alcaldes electos, con meses y meses que se enciman y no terminan de pasar, con presiones de gente que quiere saber dónde va a ser acomodada en reciprocidad a sus esfuerzos de campaña y de gente que llega a pedir ayuda, todo tipo de ayuda, especialmente la económica, cuando todavía no hay acceso a la tesorería, y a veces parece que no lo va a haber nunca.
Pero ayer por fin llegó el día en que el sueño empieza a estar a la vista. Los alcaldes entrantes fueron recibidos por los salientes, inclusive por el refractario Alejandro Higuera, que se dio tiempo para hablar con Carlos Felton, aunque fuese en horas en que aquel tiene que recoger la basura, encender los focos y brindar seguridad a la ciudadanía, según su propia explicación tras la negativa de hace un mes, aproximadamente.
En ningún lugar el arranque de la transición fue tan alegre como en Ahome, donde la elección fue más enconada, donde el ganador es de un partido diferente al del presidente municipal saliente. Arturo Duarte se impuso no sólo en la elección, sino en el ánimo del gobernador para apoyar a un candidato ajeno a la coalición malovista. Zenén Xochihua no sólo pertenece al PAN y a la coalición que se siente desplazada, sino que fue el principal activista del candidato derrotado, y se quedó muy cerca de alcanzarle la victoria, y a pesar de todo eso, ambos se mostraron felices en el momento de firmar los protocolos para el arranque de los trabajos.
En Guasave, donde la relación es de franca enemistad, los tratos fueron institucionales, serios y formales. El Kory Leyson y Miguel Ángel Robles Santillanes, quedaron muy lejos de intentar besos y abrazos, pero a pesar de los gestos adustos, se mantuvieron en sus respectivos papeles y solventaron la situación.
En cambo en Mazatlán, donde la sucesión se da dentro del mismo partido político, donde tuvieron al apoyo que les permitió retener la alcaldía, hubo sonrisas y bromas, pero la situación es tensa. Tan pronto Higuera dice que todo está bien, pero que hay que atender al ritmo que él marque, Felton ha respondido que sí, que todo está bien, pero que hay que revisar. Tan pronto Higuera dice que revisen, que es parte normal de todo el proceso y que no le van a hallar nada, Felton dice que en efecto, sabe que no hay nada qué hallar, pero que hay detalles negativos que deben conocerse para enfrentarlos adecuadamente.
Encima de todo eso, un inesperado conflicto con el sindicato. Inesperado aunque ya se conocía, porque se había llegado ya a acuerdos, pero la aparición de nuevas cláusulas extraoficiales de una y otra parte han llevado a la relación al punto de ruptura que Felton se apresura a conjurar diciendo que no tiene que haber problemas porque él respetará los derechos de los trabajadores. Ergo, Higuera no lo hizo.
LOS HURACANES COBRALONES
La actitud huidiza de la Comisión Federal de Electricidad cambió ayer, ante la presencia del delegado estatal de la Profeco, Alán Urbina, quien se presentó a la dependencia para saber cómo andaba el asunto después de las manifestaciones de inconformidad de un grupo considerable de consumidores.
Por supuesto que también al delegado le dieron la explicación de que con motivo de las lluvias provocadas por los huracanes Manuel y Sonia, los trabajadores no pudieron ir a leer los consumos que marcaban los medidores de un sector de la ciudad, y cobraron haciendo cálculos sobre los consumos anteriores. Lo curioso es que esos cálculos, que ahora reconocer pudieran estar equivocados “en algunos casos” siempre fueron a favor de la empresa y ninguno a favor de los consumnidores. “No toy tonto yo”, decía “El Mon”, un muchacho retrasado del barrio de la Montuosa. Los de la CFE son los nuevos “mones” de estos tiempos: no están tontos ellos como para cobrar de menos.
A final de cuentas ofrecen revisar los recibos y hacer las correcciones donde correspondan. Algo distinto a la oferta de hacer rebajas del 50 por ciento sólo en cuatro de los recibos que ellos habían cotejado.