*¿Vuelven las movilizaciones universitarias?
*Una colonia para la fecha de Martha Tamayo
*Josefina Vázquez Mota suelta sus verdades
FRANCISCO CHIQUETE
Hace muchos años que Sinaloa no vive una movilización universitaria de las de antes, “con todas las de la ley”, pero el momento parece estar llegando. Por lo pronto el rector Juan Eulogio Guerra Liera trabaja en la socialización del proyecto que pretende tomar las calles, si no hay una respuesta efectiva a la demanda de atender el grave déficit financiero que enfrenta la institución.
En realidad el problema no es nuevo, Cada fin de año, las autoridades de la UAS enfrentan el grave problema de no contar con recursos para cubrir los compromisos laborales de la temporada, pero cada año también va creciendo el tamaño del déficit.
No sólo es que la UAS gaste más año tras año, sino que en cada ocasión, el apremio 3ws solucionado con adelantos y préstamos que se van acumulando sin recibir la respuesta definitiva, la que merece y demanda la comunidad universitaria.
Durante 1981, Antonio Toledo Corro creyó que el autoritarismo y el absolutismo bastaban para doblegar a la casa de estudios,. La idea era arrebatarle las preparatorias como primer paso para bajarle la inscripción mediante la creación de la Universidad de Occidente, pero se topó con una movilización enérgica, que después de seis meses intensos y fragorosos, obligó a la intervención del gobierno federal para dar razón a la UAS, que conservo su integridad.
Los sucesivos gobernantes aprendieron y aunque no llegaron a dar a la UAS los recursos que le corresponden, buscaron mantener una buena relación, evitando sobre todo las movilizaciones.
En este caso el conflicto proviene del gobierno federal, que no ha respondido a los requerimientos universitarios, por más que se han presentado ante las instancias correspondientes. Pareciera que se busca a toda costa que haya movilizaciones como las que realizan en el centro del país los maestros disidentes, con todo y el gravísimo costo político, económico y social que generan.
El propio gobernador ha manifestado su preocupación ante esta eventualidad de la movilización, pero los intentos de solución no tienen respuesta sino hasta el día veinticinco, cuando se concrete la audiencia con el secretario de Hacienda, el poderoso señor Videgaray, cuya severidad ya genera graves desplomes en los indicadores de la economía nacional.
Ojalá que quien tenga la tarea de medir el termómetro social sepa leer las señales. Sumar la inconformidad de las casas de estudio, las públicas, a la insatisfacción que ya existe entre la población or la falta de oportunidades y la insuficiencia del salario, puede ser una situación muy pero muy explosiva.
UNA FECHA, UN NOMBRE
Y UN ANTECEDENTE POLÍTICO
Hay quienes se preguntan por qué la colonia Doce de mayo lleva ese nombre. Picados por la curiosidad, investigan en el inernet, en las bibliotecas, con los sabihondos del pueblo, y nomás no dan. Al final se quedan pensando que fue alguna batalla de la época de la revolución, un acontecimiento que nomás aquí se festeja, como la batalla de San Pedro Navolato, que hizo héroe de Sinaloa al zacatecano Antonio Rosales.
Pero no, el nombre de la colonia, surgida durante un movimiento invasor tolerado por el gobierno de entonces, recuerda la fecha en que don Alfonso Genaro Calderón Velarde llegó a Sinaloa investido como candidato del PRI a la gubernatura de Sinaloa, el año de 1974.
Era la época en que todo llegaba del centro. Seis años después Antonio Toledo Corro dejó la Secretaría de la Reforma Agraria, días después de vencerse el plazo legal de residencia, para venir como candidato a gobernador. También ocurrió así como Francisco Labastida Ochoa, secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal durante el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, quien se tuvo que venir a Sinaloa tras perder una tempranerísima competencia presidencial con Carlos Salinas de Gortari. Renato Vega Alvarado cerró el ciclo. Era subsecretario de la Reforma Agraria cuando le sorprendió la designación, determinada por Salinas para castigar la rebeldía de Juan Sigfrido Millán Lizárraga, opuesto a la primera concerta-cesión del régimen.
A partir de entonces los gobernadores arrancaron sus tareas de proselitismo aquí mismo. Juan Sigfrido Millán debió jugar un bravo proceso interno en que derrotó al senador Lauro Díaz Castro, apoyado infructuosamente desde la Secretaría de Gobernación . Jesús Aguilar Padilla fue producto de una decisión meramente local y aquí estaba, coordinando al Congreso Local desde donde construyó su candidatura. Mario López Valdez era senador de la República y aquí dio la batalla por una candidatura que parecía imposible y que debió armar desde fuera del PRI.
Como ya está dicho y visto, el regreso del PRI devuelve no tan gradualmente las decisiones hacia el centro del país, reconstituido en el centro de gravitación de la política y la economía.
El ejemplo es modesto, pero significativo. Los priístas, tan amantes de la institucionalidad, del orden vertical, soiguen sufriendo su incomodidad porque la nueva dirigente que les asignaron, doña Martha Sofía Tamayo Morales, quien todavía no tiene fecha para volver a Sinaloa después que se fue a disfrutar de las que parecían las postrimerías de su carrera.
Lo que vale la pena preguntarse ahora es si una presidencia estatal del PRI alcanza como para que en el futuro haya una colonia 25 de noviembre, o cualesquiera otra fecha en que se le ocurra venir a ser democráticamente ungida como presidenta del PRI estatal.
LAS VERDADES DE
DOÑA JOSEFINA
Después del fracaso estrepitoso en la campaña presidencial, Josefina Vázquez Mota ha buscado el modo de permanecer viva políticamente y para ello, lo mismo se ha pepeado con Felipe Calderón, cuando éste estaba todavía en la Presidencia de la República, que ha filosofado en torno de la política y especialmente de su partido.
Ahora escogió un tema muy curioso para hacerse notar tratando de llegar a presidir al PAN: hablar mal de su partido.
Por supuesto que primero arrancó lanzando todo tipo de acusaciones contra el PRI y los gobernantes que surgieron de la elección reciente. Los acusó de impositivos, antidemocráticos, corruptos e incapaces para manejar el gobierno, especialmente la economía.
No cambiaron, dijo. Los que cambiamos fuimos nosotros, porque el PAN adoptó todos los defectos y vicios que se le reclamaban al PRI.
¿Cómo puede haber llegado a esta conclusión tan oculta?
Quizá escuchó las acusaciones que diversos alcaldes hicieron contra el coordinador de la bancada blanquiazul Luis Alberto Villarreal, de quien dicen que extorsiona a alcaldes, quitándoles el diez por ciento de los recursos que les consigue e imponiéndoles las empresas constructoras a las que quiere favorecer.
Lo canijo es que esta acusación amenaza con seguir adelante, aunque no generó una acción directa en el PAN. Los dirigentes pidieron pruebas. Es posible que llegue a ampliarse a otros personajes de la bancada, lo que generaría un escándalo que salpicaría a mucha gente, algunos conocidos.
Si el asunto continúa como va, la continuidad de Gustavo Madero en la presidencia del PAN será un proyecto fácilmente desechable.
UNA PRINCESA
POLACA EN MAZATLÁN
Doña Elena Poniatowska fue declarada ayer ganadora del Premio Cervantes de Literatura, uno de los reconocimientos literarios más prestigiados en el mundo. Elenita, como le dice mucha gente, ha ganado en dos ocasiones el Premio Mazatlán de Literatura. La primera fue en los años sesenta, cuando era apenas una promesa, con su célebre libro Hasta no verte, Jesús mío. En los años 90, cuando publicó Tinísima, su novela sobre la fotógrafa italiana Tina Modotti, se convirtió en la primera persona en ganar el Mazatlán de Literatura por segunda vez, en una travesura de la que hoy se enorgullece Raúl Rico.
También estuvo aquí con motivo de la Feria del Libro y las Artes. Abarrotó el local, generó tumultos hasta en el estadio, a donde acudió para presenciar un concierto de Juan Gabriel. Sin embargo, los organizadores de la Feliart, José Luis Franco Rodríguez y Luis Alonso Enamorado tenían una preocupación que les impedía disfrutar el éxito: se enteraron de que la señora nmo estaba conforme con la habitación que le asignaron en el Hotel Los Sábalos. Había que ir de inmediato a ver cuál había sido la falla.
No la había. Elenita efectivamente, había acudido a la administración a pedir que se le cambiara de la suite que se le asignó. Ante la extrañeza y preocupación del administrador de turno, la célebre escritora explicó que necesitaba algo más pequeño para ella sola, y no ese enorme cuarto en que la habían colocado.