*Morena no la hizo, ni con AMLO en Culiacán
*Mandan el 20 de noviembre al deshuesadero
*Aumenta la delincuencia, ahora hasta en altamar
FRANCISCO CHIQUETE
Ni siquiera la presencia de Andrés Manuel López Obrador pudo garantizar una asamblea exitosa del proyecto Morena, que debía reunir a tres mil ciudadanos con la credencial de elector actualizada para que el Instituto Federal Electoral lo contara como válido. De todos modos, López Obrador lo tomó con calma porque Morena ya logró veinte asambleas en otros tantos estados, lo que prácticamente ya le convierte en partido político.
De todos modos tienen que considerarse las circunstancias de los estados donde no se ha alcanzado esta meta. Tres mil personas con credencial de elector en un estado de más de un millón de electores no es un esfuerzo insalvable, pero lo fue. Y lo mismo ha ocurrido en estados en que la izquierda ha tenido buenos resultados, como Nayarit o Hidalgo.
Una explicación puede ser que todavía hay cuadros que dudan entre irse a Morena o quedarse en el PRD y demás partidos de esa tendencia, como el PT o el Movimiento Ciudadano. Otra es la tradicional actitud de los grupos radicales que al mandar las instituciones al diablo, se desinteresan de la actualización de sus credenciales electorales (ese ha sido el principal obstáculo conocido en los estados donde no se han conseguido las metas); y finalmente está el desgaste electoral que ha tenido la izquierda, cuya representación formal se ha reducido, lo mismo que los votos, aunque la tendencia se ha disimulado a causa de las alianzas establecidas con el PAN.
López Obrador no mostró enfado por el resultado, ni culpó a nadie. En potras circunstancias habrá señalado la existencia de un complot en que las autoridades hubiesen intervenido para evitar la libre manifestación de los simpatizantes, pero no. No se tomó por ese sendero, aunque tampoco el gobierno sinaloense, ni la figura del gobernador Mario López Valdez se fueron indemnes. El excandidato presidencial
De López Valdez, el líder de Morena dijo que no sorprende su acercamiento al PRI porque nunca se fue del todo de ese partido y para no dejar de lanzar el puyazo personal, invitó a los ciudadanos a votar por el que ofrezca un cambio verdadero, no por quien baile mejor, en obvia referencia a la característica que predominó en la campaña y los primeros dos años de gobierno de Malova.
El año pasado, cuando vino en campaña por la Presidencia de la República, López Obrador evitó los enfrentamientos y críticas al gobernador sinaloense, de quien se tenía la curiosidad por saber qué haría para corresponder al hecho de venir de una coalición con varios partidos políticos cuya expectativa se había dividido en dos candidaturas presidenciales: la del propio López Obrador, y la de Josefina Vázquez Mota.
En su discurso de la Plaza de Toros, López Obrador dijo “a Malova lo único que le vamos a pedir es que garantice equilibrio y que haya piso parejo para todos. Habiendo sido opositor a la postulación por el PRD del entonces senador priísta, se tenía gran expectación sobre cómo lo trataría, pues la actitud del famoso Peje ha sido siempre de decir lo que piensa, aunque se trate de personajes considerados cercanos.
Gracias a las buenas cuentas de veinte estados anteriores, esta falla en Sinaloa es sólo incidental, aunque hay que decir que había personajes como el químico Luis Guillermo Benítez Torres, el famoso Químico Benítez, que quedarán insatisfechos, pues no sólo hicieron el esfuerzo de conseguir los resultados ansiados, sino que además lucharon contra muchas cosas, especialmente críticos prácticamente gratuitos, sobre todo contra las críricas de los perredistas que le apuestan al fracaso de Morena como vía de permanencia, para no verse en la disyuntiva de escoger entre uno y otro organismo
CUANDO LA FECHA
NO VALE NADA
Desde el principio el gobierno de Enrique Peña Nieto había advertido su propósito de sacudir yu transformar al país, de cambiar las estructuras y superar muchos dogmas. Ni amigos ni enemigos supusieron que el anuncio iba más allá de modificar las condiciones legales de Petróleos Mexicanos para llegar a puntos medulares de otros tiempos para el Partido Revolucionario Institucional, como el tema de la Revolución Mexicana.
Hace algunas semanas se anunció que no habría desfile del 20 de noviembre y cuando se reclamó por esa suspensión, a una voz genial del gobierno se le ocurrió decir que “no se puede hablar de suspensión porque nadie había anunciado que ese desfile se haría”. Hay quienes pretenden inventar el gobierno cada vez que hay un relevo, pero en este caso se pretendió llegar hasta la historia. ¿Decenas de años de desfiles ininterrumpidos no hablan de una convocatoria natural, normal?
Lo más grave es que hasta este momento no ha habido quién levante la voz. En Sinaloa el único que ha establecido una posición ha sido el secretario de Educación Pública y Cultura, Francisco Cuauhtémoc Frías Castro, quien dijo que si bien debe obedecerse la orden de no hacer desfiles, excepto que las comunidades de cada municipio acuerden una participación así, pero lo que no debe ocurrir es que se deje de conmemorar esta fecha, que las nuevas generaciones no se queden sin la conciencia de lo que significan esta fecha y esta movilización social iniciada en 1910.
Será que nuestros tecnócratas no tienen la menor conciencia de lo que fue la Revolución Mexicana o que le tienen mucho miedo a lo que puedan hacer los llamados anarquistas o los grupos inconformes que operan en el Distrito Federal y que le pegan a la imagen del país y del gobierno cada vez que se movilizan, pero un tema tan importante no puede ser suspendido en el ámbito nacional por lo que pasa en una ciudad, así sea la más importante de todas.
SEGURIDAD EN ALTAMAR,
DE MAL EN PEOR
Después de los sofocones de Manuel y Sonia, la flota camaronera recibioó más golpes. Se trata de asaltos en altamar que por supuesto, están quedando impunes.
En lo que va de la temporada actual, van seis asaltos, y al paso que van, son sólo los pimeros, pues por una parte los pescadores no han entendido que deben tomarse las precauciones necesarias; y por el otro, las autoridades parecen olvidadas de esa obligación elemental, que es la seguridad, aunque las zonas de riesgo vayan en crecimiento exponencial.
En otros tiempos, la delincuencia se llevaba dos o tres cargas de camarón. En esta ocasión van seis, y debemos felicitarnos de que hasta el momento no haya pasado del robo, pues en semejante impunidad, no sería raro que vuelvan a atentar contra la integridad de las víctimas e incluso contra sus vidas.
Si la Secretaría de Marina ha dado pasos hacia atrás con el cambio de régimen, o si los delincuentes están ahora más sofisticados en sus procedimientos de lo que estuvieron antes, quedará por dilucidarlo. Lo que no puede seguir ocurriendo es que los asaltos aumenten y que se consolide esta impunidad que los lleva a mantener un score de seis cero, a favor de la delincuencia, por supuesto.