*¿Por qué la gente creen más en los narcos que en el gobierno?
*Cuen negocia, se alista para ir solo, y ya no está con Vizcarra
*Parece hacer agua la designación de delegado en el PRI estatal
FRANCISCO CHIQUETE
No solo se ha dicho: es obvio que una persecución contra Joaquín Guzmán Loera no puede hacerse de manera blandengue. Los elementos que hacen la persecución saben que serán recibidos a punta de bala, y así llegan también ellos. No por nada se considera al Chapo Guzmán como el narco más peligroso del mundo.
Pero eso no significa por supuesto, que haya una carta blanca para arrasar con la gente que está en los alrededores, incluso si como se ha presumido, se trata de simpatizantes del narco, ya por beneficios a través de dádivas o de infraestructura desarrollada para las actividades criminales y que sirven también a los pobladores.
Las acciones tienen que ser enérgicas, pero también claras, transparentes y cuidadosas de la población civil. No puede ser que se siga reeditando la desenfadada expresión de Felipe Calderón Hinojosa, quien en sus tiempos de presidente y jefe de la guerra contra el narco, dijo que las víctimas inocentes eran “daños colaterales”.
Es hora que las autoridades aprendan a asumir las responsabilidades. Reconocer que llegaron empujándolo todo, ya desde el aire, ya con tropas por tierra, no quita autoridad ni tampoco revela aspectos sorpresivos del operativo y la persecución.
Por el contrario, cuando estas acciones están provocando desplazamientos, incluso desbandadas entre pobladores del llamado “teatro de operaciones”, no es posible leer en un comunicado oficial que las acciones se realizan “respetando estrictamente los derechos humanos de la población”.
La consecuencia es que a la hora de confrontar opiniones, los grupos delictivos sacan ventaja con sus estrategias de mantas, mensajes en redes sociales y rumores, en los que en nombre del pueblo denuncian irregularidades y abusos que inmediatamente toman carta de naturalización entre la gente.
Está visto que el gobierno en turno no tiene grandes dotes para la comunicación. Su falta de credibilidad es tan grave que no puede competir ni siquiera con los grupos delictivos, que por cierto han desarrollado sistemas de comunicación que en condiciones normales serían rudimentarios y obvios, pero que frente a la incapacidad oficial, terminan por ganarle el jalón.
YA ANDA EN PLÁTICAS Y
EN MERCADEO ELECTORAL
Héctor Melesio Cuen no guarda secretos de su activismo. Ayer dijo en Guardianes de la Noche que ya está en pláticas con diversos partidos para llegar a una posible alianza en la elección de gobernador que habrá de realizarse el año próximo.
Ha habido pláticas con el Partido Movimiento Ciudadano, dijo, como las ha habido con el Partido Acción Nacional, aunque no da pormenores de lo acordado o de los puntos tocados aunque sea en principio.
Lo que sí hizo fue manifestar su extrañeza ante los condicionamientos que expresan algunos panistas. “Cuando dicen si Cuen quiere ser candidato debe hacer esto y esto, pero yo no les estoy pidiendo ser candidatos, son ellos los que lo están considerando”, dijo, en referencia a las declaraciones recientemente hechas por el dirigente estatal Adolfo Rojo Montoya, quien dijo a Sinaloa en Línea que para ser candidato a gobernador, Cuen debía participar, si quería, en un proceso interno de Acción Nacional.
Como hace frecuentemente, precisó que la idea es ir solos, pelear por el tercio mayor o el cuarto mayor de los electores, tarea para la que considera capacitado a su partido, aunque ello no le impide platicar con las demás organizaciones partidistas y eventualmente llegar a un acuerdo que por supuesto, aspira a encabezar.
En la plática por cierto aparece un dato esclarecedor. Pablo César Espinoza le pregunta sobre la insistente versión de que estaría dispuesto a apoyar a Jesús Vizcarra en una posible candidatura al gobierno de Sinaloa. Dice Cuen que no dijo lo que dicen que dijo y que aquella expresión tuvo que ver con lo que calificó un cobarde y artero contra el excandidato priísta (le revivieron el asunto de supuestos nexos con personajes del narco en una versión que luego no pue confirmada, ni siquiera retomada). Lo que dije fue que ahí daba todo mi apoyo a Vizcarra, pero no con el significado que le han dado.
Ya ve usted que las palabras son elásticas, tanto, que un día sirven para decir una cosa, y meses después terminan diciendo o querer decir otra muy distinta.
EL PRI NO CONCRETA Y SU
PRIMER NOMBRE HACE AGUA
Es vox populi que la dirigencia del PRI sinaloense quedará en manos del secretario general Jesús Valdez, pero que en realidad la autoridad estaría depositada en un delegado del comité ejecutivo nacional, cuya misión es contener los ímpetus antes que se produzcan enfrentamientos irremediables.
El problema es que ese delegado tiene nombre y apellido, pero no pasa por una buena circunstancia. Se trata del exalcalde de Guadalajara, Ramiro Hernández, derrotado electoralmente por el fenómeno jalisciense que es Enrique Alfaro, quien lo ha traído a golpe y golpe esculcándole as cuentas y las nóminas donde dijo haberle encontrado más de quinientas personas contratadas para los días de la elección sin más justificación que el interés partidista.
Aparentemente Hernández está muy ocupado en su defensa, sobre todo porque prevén que las cosas vayan más lejos en materia de acusaciones, además que la dirigencia nacional priísta prefiere no dar el paso de nombrarlo para que si le estalla una bomba, no termine por contaminar al proceso electoral sinaloense.
Por lo pronto en la capital del país lo que se ve es un desbarajuste en que todo mundo anda en lo suyo, generando hasta riesgos de ruptura. En esa visión a quien más mal le va es a Heriberto Galindo, pues le atribuyen el padrinazgo del grupo político de Antonio Toledo Corro, que en realidad es el de menor peso (si es que tiene algo más que el nombre del exgobernador).
De todos modos, el exdiputado está incluido en la terna de Francisco Labastida Ochoa, que también tiene ya pocos remanentes de lo que fue su área de influencia. El caso es que por allá no ven que haya eliminaciones, aunque ya es un segundo recuento en que no aparece el senador Daniel Amador Gaxiola.
Pancho Garfias dice que Labastida empuja a Aarón Irízar, con Heriberto Galindo y David López como segunda opción; que Juan S, Millán trabaja por Gerardo Vargas y en caso de descarte por Diva Hadamira, y finalmente por el pasista Héctor Melesio Cuen; que e gobernador Mario López Valdez está con su secretario general de gobierno, Gerardo Vargas Landeros, que Toledo Corro la juega con Heriberto Galindo y que Jesús Aguilar va con su tocayo Jesús Vizcarra Calderón.
Por cierto que tampoco menciona a Óscar Lara, seguramente por lo reciente de la autopropuesta, aunque Lara ya tiene presencia en las redes sociales, con saludos, gráficas y otras cosas que no dicen nada, salvo que quiere ser visto.
LA CONVOCATORIA SE
VA HASTA EL FINAL
Antes de la sesión que ayer tuvo el Congreso, las cabezas de las bancadas estuvieron hablando de ese paso ineludible que es el lanzamiento de la convocatoria a elecciones, paso que por lo visto no quieren dar, pues ya decidieron que será hasta o el penúltimo día del mes.
Es cierto que los diputados debían ser cuidadosos de no romper los plazos constitucionales y de las leyes secundarias pero pareciera que hay algo más que esperan antes de dar el paso definitivo.
Por lo pronto en esa gandallez del centralismo, el Instituto Nacional Electoral hizo circular un boletín en que daba a conocer la activación de su Junta Local de Sinaloa y de las oficinas Distritales, para trabajar en la capacitación y organización, con lo que, decía, inicia el proceso electoral en Sinaloa. Luego venía una corrección (no se desdijeron, sólo encimaron) con el anunciado de que el proceso inicia cuando el Congreso del Estado emite la convocatoria correspondiente.
Será interesante estudiar el comportamiento de este organismo que centraliza, se apropia de funciones, usurpa capacidades y hace lo que le da su gana, incluyendo proponerse la construcción de un edificio de mil cien millones de pesos en la capital, mientras el país empieza a saber lo que es la política restrictiva de este gobierno.