*Hasta al Chapo invocan por las lámparas led
*Malo: reaparece Salinas, ahora con El Bronco
*Después de ahogado el niño, procede el PRD
FRANCISCO CHIQUETE
Invocar al Papa y hasta mandarle una carta pidiéndole que convenza al alcalde Carlos Felton para que no siga con su proyecto de las lámparas led fue una puntada que algunos vieron como gracejada mediática y otros como audacia mal encaminada por tratarse del jefe de una religión. Pero lo que vino después es realmente inconcebible: la foto de un cartel pidiendo al Chapo Guzmán que evite la guerra por las susodichas lámparas.
“Sr. Don Chapo Guzmán. Sólo tu tienes la fuerza y el poder. Detén esta absurda guerra por unas lámparas led. Detenla antes que ocurra una desgracia.. Gracias.”, dice el cartel que aparece sostenido por una persona en lo que se ve como una manifestación.
La foto circula en las redes internas del gobierno municipal, y no se sabe si efectivamente se trata de una gráfica tomada a los que rechazan el proyecto municipal, o de un meme de los que se hacen para combatir en las redes sociales, buscando desprestigiar a los activistas.
Cualquiera de las dos posibilidades es negativa. Quien meta en el asunto las referencias del Chapo Guzmán, y sobre todo reconociéndole poder para atender y hasta resolver asuntos de carácter público, le está haciendo un flaco favor a Sinaloa, al municipio y sobre todo a la propia sociedad mazatleca y sinaloense.
Cuando los opositores mandaron una carta al jefe de la Iglesia Católica, Mario Bergoglio, el Papa Francisco, lo hicieron respondiendo a una bravata del alcalde: ni aunque vayan con el Papa. Como ya lo dijimos en una entrega anterior, los activistas le tomaron la palabra y fueron, aunque sólo sea por la vía postal.
La medida fue muy festejada en términos generales, pero hubo muchos que lo vieron como un exceso de parte de los opositores, como una muestra de desesperación y de falta de instancias, ajenos al intenso sentido lúdico que tenía el anuncio, además del propósito final de llamar la atención de la sociedad, y en particular de los católicos.
Hubo por cierto la expresión púbica de indignación por lo que alguien del ayuntamiento consideró un llamado a la intervención de la Iglesia Católica, después de lo mucho que ha costado, con sangre incluso, lograr separarla de los asuntos públicos. Fue una protesta con un alto sentido de la historia y sobre todo con mucho sentido del papel del estado mexicano en la vida pública y en la propia historia. Conceptos que desafortunadamente ya no manejan ni los funcionarios públicos más encumbrados en el municipio, en el estado y en e país.
Se notaba por supuesto, que siendo alguien del municipio, había indignación por ver hasta dónde habían llegado los regidores disidentes y sus compañeros de lucha, pero las razones de estado fueron muy bien hilvanadas Sólo una pata coja tenía el argumento: que no se ha esgrimido en ninguna de las varias ocasiones en que el alcalde Carlos Felton acude personalmente y de manera oficial, a las misas que se celebran en días especiales como el que festeja a los policías, o a los adultos mayores y otros en que la autoridad municipal se ve involucrada de alguna manera. Eso también es llevar a la iglesia los asuntos y las investiduras públicas, pues Felton no ha acudido en tales ocasiones como un feligrés común y corriente, sino como Presidente Municipal.
Pero conceder autoridad al chapo Guzmán y concederle todos los poderes para decidir sobre una polémica púbica (en caso de que El Chapo pudiera y quisiera), ya es contribuir a un grave trastocamiento de los valores, es voltear las capacidades de la sociedad y aunque no hay ahora quién dé un centavo por las autoridades, es también reducir lamentablemente sus potencialidades, a manos de alguien que se encuentra manifiestamente fuera de la ley.
Es sobre todo dar a niños y jóvenes la idea de que son los delincuentes quienes nos pueden salvar, sólo por el gusto o el prurito de descalificar a las autoridades, que tanto hacen por descalificarse a sí mismas. Un camino peligroso que ya han buscado muchos.
EL BRONCO, LÓPEZ OBRADOR
Y CARLOS SALINAS DE GORTARI
En una carta púbica que desde ayer si divulga ampliamente, Jaime Rodríguez, El Bronco, gobernador electo de Nuevo León que compitió por la vía independiente, hace un severo llamado al dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, para que renuncie al financiamiento oficial de su partido y haga política sin recursos públicos.
De entrada suena sumamente bien la idea de que los 120 millones de pesos que Morena recibe como financiamiento oficial sean “regresados a la sociedad”, pero resulta que cada vez que alguien tiene interés en descalificar al dos veces candidato presidencial, le echa en cara eso precisamente: que viva de los recursos púbicos, de las subvenciones que el estado mexicano otorga a los partidos.
El Bronco se lo reclama a López Obrador, no al PRI ni al PAN, ni mucho menos a Movimiento Ciudadano, con cuyos diputados y representantes se reunió ayer para pedirles apoyo en la obtención de recursos presupuestales para su estado. Hablando de política romántica, sería muy bueno que El Bronco se abstuviese de depender de quienes hacen política con los recursos públicos, y luchara de manera independiente para allegarse esos presupuestos, pero ello por supuesto, no resulta viable.
Hay en el país un sistema de partidos desgastado, que ha demostrado su incapacidad de regenerarse, y dentro de esos partidos hay muchos políticos que no han hecho otra cosa e toda su vida que no sea vivir dentro del presupuesto. Es necesario combatirlos, pero lo del Bronco contra López Obrador parece otra cosa, más allá de la defensa que argumente ante críticas del tabasqueño.
Parece parte de una campaña bien armada, sobre todo cuando, causalidad de casualidades, el propio Bronco admite que recientemente saludó en un encuentro que explicó como “casual”, nada menos que a Carlos Salinas de Gortari. Fue tan casual el encuentro, que alguien tenía todo preparado para que existiese foto del saludo. Y la foto, obviamente fue a dar a os medios.
Y además, el mismo día ue El Brinco, sale también ese fantasma político que deambula por el país, y que responde al nombre de Vicente Fox, para destapar como presidenciables al gobernador panista de Guanajuato, Miguel Márquez, al gobernador priísta del Estado de México, Erubiel Ávila, y al jefe de gobierno del Distrito Federal, el aun perredista Miguel Ángel Mancera, con un pedido especial de parte de Fox: “sacúdanse a López Obrador”.
Cuando en tiempos de Fox empezaron los golpes contra López Obrador, se produjo un encuentro entre el empresario argentino Carlos Ahumada, utilizado como ariete, y el propio Carlos Salinas de Gortari, además de Diego Fernández de Ceballos.. Hoy se sabe por boca de Ahumada, que aquel encuentro “casual” fue en realidad un cita para negociar la campaña contra López Obrador, en que los otros dos le pagaron millones, y también le quedaron a deber millones por su participación.
CARLOS NAVARRETE. LA VERGÜENZA DE
HABER SIDO Y EL DOLOR DE YA CASI NO SER
El presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete, anunció que ponía su puesto a disposición del Consejo Político Nacional de ese partido. Se esmeró en aclarar suficientemente que no era una renuncia, sino una puesta a disposición.
Con todo y las aclaraciones, todo parece indicar que le tomaron la palabra y que en septiembre le dan las gracias por participar.
Eso mismo le pidió de manera muy oportuna Cuauhtémoc Cárdenas: que dejara el puesto, que no dividiera más a su partido por el mero ejercicio del poder. Navarrete dijo como Felipe Calderón: haiga sido como haiga sido, yo gané y yo seré el presidente nacional.
Vinieron las elecciones y el PRD tuvo el fracaso más contundente de su historia, perdiendo espacios muy importantes y numerosos en la capital del país, su bastión más importante y más permanente, y ahora con el partido vacío, no encuentra otra salida que irse por a puerta trasera. Así hay muchos en la política: empeñan el alma en llegar (y no sólo a os partidos, también al gobierno) y cuando ya están encaramados no saben qué hacer, fracasan y arrastran a su organización, a su municipio, a su estado o a su país.
Como muchos de esos políticos mediocres, Navarrete ni siquiera ha ganado una elección, mucho menos ha dado un resultado positivo al país. Lo malo es eso, que no es el único.