*El abaratamiento de la sucesión sinaloense
*¿Entronizarán en el PRI a Aurelio Nuño?
*Clouthier lanzó mandobles a diestra y siniestra
FRANCISCO CHIQUETE
Como dirigente del PAN, como presidente de la Canaco o como cabeza del patronato de Bomberos, Arturo García Canizales se ha dado vuelo haciendo declaraciones de prensa, pero ninguna de las que había hecho hasta el lunes anterior, le dio la vuelta al estado con tanto impacto como esa en que destapó Carlos Felton como aspirante a la gubernatura de Sinaloa.
De La Concha hasta San Blas, como dice la canción vernácula, la grillería sinaloense recibió la noticia con gran sorpresa, aunque no haya sido porque los aspirantes ya en marcha se hubiesen sentido amenazados, sino porque la posibilidad fue considerada unánimemente como una osadía de parte de un político bastante circunscrito a su territorio local, sin más trascendencia, y sobre todo sometido a una presión social tan fuerte como la que ha propiciado el proyecto de renovar el alumbrado público de Mazatlán con lámparas tipo led a costo de un endeudamiento multimillonario.
¿De veras creerá Felton que le alcanza para pelear la candidatura del PAN al gobierno? preguntaron mis compañeros conductores de Guardianes de la Noche en el norte del estado, como se preguntó mucha gente en otros puntos del estado.
En Mazatlán todo el que está al tanto de las cosas sabe que Arturo García Canizales es un instrumento en manos de Felton, que no inventa ni intenta por su cuenta una maniobra de ese tamaño, de modo que muy probablemente la declaración fue alimentada por alguna plática que incluso se habría realizado a principios del gobierno municipal, cuando todavía había espacio para hacer proyectos de largo plazo, partiendo de sueños personales.
El propio Felton desecho ya la posibilidad de ir en esa ruta. Tengo claro que me eligieron para que termine el 31 de diciembre del 2016, dijo ayer a los reporteros de Sinaloaenlínea.
Pero lo que estuvo a discusión no fue necesariamente la posibilidad de que a Felton se le cumpliera esa lejana quimera, sino el abaratamiento de la primera magistratura sinaloense.
Ya no es necesario que e político entienda que tiene una buena circunstancia, o que cuenta con un padrino de polendas, o que sus simpatías o su populismo lo meterán a la contienda. Hoy parece ser suficiente con la ocurrencia, con las elucubraciones personales o incluso con las necesidades de aparecer en una ruta diferente a la que de momento se tiene.
Carlos Felton es uno de los casos más extremos, pero no le va muy lejos el alcalde de Culiacán, Sergio Torres, quien busca que los críticos e escuchen decir que va en serio por la candidatura priísta y que de veras Manlio Fabio Beltrones lo alentó y le ofreció su cobijo y su impulso para ese empeño.
Francisco Frías Castro es un político de larga trayectoria, de méritos más que suficientes como para buscar el gran beneficio de la sucesión gubernamental, pero como él mismo concluye, el PRI no lo está tomando en cuenta, lo que equivale a decir que no considera una trayectoria que incluye la secretaría general de gobierno con un ejercicio casi absoluto de la conducción política de la entidad, exitosamente además; dos veces secretario de Educación Púbica y Cultura, presidente estatal del PRI; diputado federal y otras posiciones, además de una importante carrera en la burocracia federal.
Con esa decepción a cuestas, Frías Castro anuncia que se va a buscar la candidatura independiente, lo que a juicio de cualquier analista es una salida imposible. Entre otras cosas, su partido no toma en cuenta todo ese impresionante currículum, porque a estas alturas ya no es viable traducirlo a movilizaciones sociales y por tanto a votos, lo que agrava los riesgos de la decisión.
Dentro del PAN muchos ven a Martín Heredia como un candidato con posibilidades grandes de alcanzar la postulación gracias a su cercanía con la dirigencia nacional panista, pero calculan que no trae el punch para ser competitivo en la constitucional; y a Roberto Ramsés Cruz Castro se le considera todavía menos proyección. De Armando Leyson Castro, el benjamín de los aspirantes azules, simplemente se toma el intento como a una broma pesada.
A esta somera lista, habrá que sumar los muchos ciudadanos que por candidez o por ver qué sacan, están tratando desde hace meses, de allegarse los requisitos exactos para participar como candidatos independientes, bajo la idea de que simplemente hay que desearlo para conseguirlo.
A pesar de lo que muchas veces se dice sólo El Buto permanece incólume ante la tentación.
¿DE VERAS VA AURELIO NUÑO A
LA DIRIGENCIA NACIONAL PRIÍSTA?
Durante los últimos dos días tomó fuerza la versión de que Aurelio Nuño, jefe de la oficina de la Presidencia de la República sería enviado a la dirigencia nacional del PRI. Ni Manlio Fabio Beltrones ni mucho menos Enrique Martínez y Martínez parecen haber convencido al presidente para la conducción del tricolor.
Se pondera la juventud de Nuño como gancho para atraer a los jóvenes, a los electores de menor edad y de mayor escolaridad, que le han negado su respaldo al PRI en cada elección, aunque en el fondo la verdadera razón para una decisión de ese tamaño sería la absoluta cercanía con el presidente, quien así estaría ratificando que nadie experimenta en cabeza ajena.
Nuño sería el cerrojo a la política como la entendió Felipe Calderón: sólo con los cercanos, los que forman parte del primer círculo, y nadie más, aunque no se tengan necesariamente las cualidades para el puesto que se les asigna.
Es cierto que el PAN está por elegir, muy probablemente, a un hombre joven, que conecta con las bases, que maneja en buena medida el lenguaje del ciudadano promedio. La diferencia es que Ricardo Anaya ha sido operador político entre la gente de carne y hueso, mientras que Aurelio Nuño ha basado su carrera en los recovecos palaciegos, lo mismo del área legislativa que del Ejecutivo, siempre entre las sombras del poder, sin saber qué es exactamente lo que el ciudadano quiere o busca. Tampoco Beltrones, por supuesto, y aunque éste ya paso por la prueba de una gubernatura, se dice que reprodujo en Sonora el estilo de gobierno de las más estrechas burbujas de los altos círculos.
Entre las malas cifras que traen en las encuestas Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong, las pésimas condiciones de la economía, aunque haya otros países peores, y un dirigente ajeno a la vida común y corriente, el destino del PRI en la elección presidencial del 2018 parece escrito.
CLOUTHIER Y LA NARCOPOLÍTICA
Manuel Clouthier Carrillo, diputado federal electo por la vía independiente, tuvo ayer un público a modo, alelado con el discurso más impactante que puede recibir un empresario: la denuncia de la corrupción, así en general, sin datos, detalles ni especificaciones, pero que engloban verdades contundentes que todo mundo quiere ver denunciadas.
En ese marco habló Clouthier del problema de la narcopolítica, que, dijo a los miembros del Centro Empresarial, va más allá de la infiltración entre agentes policíacos, y está instalada en las estructuras gubernamentales, porque “no hay crimen organizado sin complicidades en el gobierno”.
Por supuesto, el gobernador Mario López Valdez y su gobierno fueron incluidos en las acusaciones, de las que nadie se salva, aunque asegura que una vez en funciones de legislador, hará alianzas con todos los que tenga que hacerla, para alcanzar las metas que la sociedad demanda.
Por supuesto, en el renglón de las candidaturas independientes, tema para el que se le invitó, Clouthier acusó al Congreso de obstaculizar a los ciudadanos, con exigencias que son muy difíciles de cumplir.