EN LA GRILLA

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*Pospuestas, tarifas de agua y lámparas led

*Frías Castro se alborota como independiente

*Agreden conservadores a la diputada Lara

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

No hubo obsequio. Contra las expectativas del alcalde Carlos Felton González, el Congreso no subió a la agenda ni la solicitud de endeudamiento de las lámparas led, ni la de aumento a las tarifas de agua potable. No significa que hayan quedado eliminadas, pero por lo menos deberán esperar hasta la recta final de este año.

Felton daba por descontado que antes de terminar el actual periodo ordinario de sesiones –mañana es la última- se le autorizaría el alza a las tarifas, y hasta se mostraba resignado a que “sólo” se le autorizara un veinte por ciento, en lugar del treinta que solicitó en la última versión del decreto que envió a la Cámara.

Decimos la última versión, porque primero su equipo incurrió en un gravísimo error legislativo, enviando un paquete tarifario diferenciado que incurría en una falla elemental: la de legislar de manera especial para determinados grupos de población. La idea era buena: hacer que pague más quien más tiene, sobre todo aquellos que utilizan el agua con fines recreativos, como el uso en las albercas y los de consumos excesivos por algunas otras razones.

Pero por supuesto, la técnica legislativa elemental dice que eso no se hace, de modo que a Felton le retacharon su decreto en que las alzas iban del treinta al ochenta por ciento, sin decirle mucho, pero con el zumbido general, sobre todo entre el personal de la Cámara, que no se explicaba cómo alguien que presidió los órganos de gobierno del Congreso, que fue también diputado federal y repitió con la Cámara local, se dejó chamaquear con una iniciativa de esa naturaleza.

Al final corrigió y envió una petición del treinta por ciento general, sobre el esquema que ya es diferenciado sobre el nivel de consumo (a más metros cuadrados consumidos, más alta la tarifa, sin dedicatorias ni especificaciones).

De acuerdo con sus propias declaraciones, se llegó a un acuerdo sobre el veinte por ciento, que “aunque es insuficiente”, permitirá ir trabajando.

Felton sabía que no era fácil sacar adelante el caso de las lámparas en tan poco tiempo, pero había cierta esperanza. Adolfo Rojo ofreció todos sus buenos oficios para convencer al Chuquique, sobre todo en estos momentos en que se necesitaron votos para sacar adelante los dictámenes de las cuentas públicas, pero todo indica que los diputados no piensan echarse al hombro los casos conflictivos, lo cual explica que a estas alturas no se haya insistido formalmente en proyectos que de alguna manera terminen en endeudamientos.

En fin, mañana se verá hasta dónde se prolonga la incertidumbre de Felton y el optimismo de los grupos que se oponen al proyecto led, que ayer consideraron como un éxito parcial. La verdad es que las necesidades de acuerdos entre las fracciones políticas pueden hacer que el asunto se dé vuelta e incluso que el asunto de las tarifas se vea en la permanente.

El problema finalmente sigue siendo el mismo: Felton hace como si no existiesen dudas sobre el manejo de los recursos y sigue hablando de las bondades de la tecnología led y sobre todo de los ahorros que genera en el consumo de energía eléctrica y por supuesto, en el pago de la factura correspondiente. De modo que por ahí van autoridad y ciudadanos hablando del mismo tema, pero con diferentes pasajes, lo que hace imposible el entendimiento o la solución.

FRANCISCO FRÍAS CASTRO NO SE QUIERE

QUEDAR CON LAS GANAS DE INTENTAR

Desde hace algún tiempo corren rumores en torno al secretario de Educación Pública y Cultura del gobierno de Sinaloa. Sus cercanos aseveran que Frías Castro está a punto de dejar el puesto, pero no tenían la certeza de qué proyecto podría llevarlo a esta decisión hasta hace poco tiempo impensada.

Algunos comentaban en efecto, que Frías Castro estaba pensando en entrarle a una candidatura independiente. Otros, que se iría a trabajar a la SEP, con su amigo Emilio Chuayffet Chemor. Otros más que se prepararía para buscar la candidatura al gobierno de Sinaloa precisamente con el respaldo del secretario, a pesar de que evidentemente el mexiquense pasa por momentos difíciles y de poca influencia política y sobre todo partidista.

Las especulación más socorrida era la de la renuncia para irse a su casa, inconforme con la intromisión constante del tercer piso en los asuntos de la secretaría, y de los estorbos constantes de parte del secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal, con quien nadie tiene posibilidades de conseguir recursos de manera oportuna y suficiente.

Luego aparecieron las calcomanías es vehículos particulares, con la solitaria leyenda del nombre: FRANCISCO FRÍAS CASTRO, sin más adorno que el color púrpura en la inicial de Francisco y la o con que termina Castro Son los colores de los independientes, dice el interesado).

Y finalmente, él mismo explica en conferencia de prensa, sin esconderse, que aspira a ser un candidato independiente a gobernador, toda vez que no encuentra posibilidades de serlo por el partido en que ha militado durante décadas, y que ha tenido oportunidad de lanzarlo a diferentes espacios, pero no lo ha hecho.

Frías ha sido un político constante, que al menos desde el gobierno de Francisco Labastida Ochoa ha estado vigente. En ese tiempo fue por primera vez secretario de Educación Pública y Cultura. Con Renato Vega Alvarado en la gubernatura, fue sin duda el hombre más poderoso del estado. Como secretario general de gobierno ejerció los controles políticos y hasta administrativos de manera indiscutida, lo que por cierto no le generó enemistades, o casi, pues no se le conocieron excesos o abusos, sino una conducción tranquila, pacífica, justo como pretendía el propio gobernador, quien le delegó todo el campo de acción.

Su talante ha sido de diálogo y de negociación, aunque al principio de este sexenio parecía empeñado en desarmar el imperio de Daniel Amador Gaxiola en la sección 53. No lo logró, pero tampoco se obcecó con el propósito. Cuando en el tercer piso cambiaron los vientos en ese renglón, no se aferró a la brocha.

Él mismo admite que hoy hay una nueva generación de ciudadanos poco interesada en la política que por tanto, probablemente no conozca su trayectoria. Ese es uno de los principales problemas serios para su aventurado proyecto de ir por una candidatura independiente.

LA INTOLERANCIA SE

ASOMA EN SINALOA

Tan fanatizados están los que luchan contra el Proyecto de Ley de Niñas, Niños y Adolescentes, que ayer la diputada Sandra Lara fue jaloneada por una madre de familia y acosada por un grupo mayor que por supuesto, al final aseveró que no había habido agresión, a pesar de que hubo testigos de mucha calidad, que presenciaron el episodio.

No fue grave, por fortuna, pero si una mujer que trae a su hijo en brazos, se exalta tanto como para irse sobre la diputada, es porque hay un ambiente de intolerancia que luego podría convertirse en una bola de nieve que no podrán detener ni los jerarcas religiosos que empujan al movimiento, ni los grupos conservadores que lo inspiran.

Está claro que la preocupación principal no es el contenido de la ley. Este proyecto no es más que la incorporación a la estructura legal de Sinaloa, de una disposición ya aprobada a nivel federal y ya asimilada por veintitantos estados en la República. No puede ser una ley radical ni contra la familia, cuando fue avalada unánimemente por la bancada panista en el Congreso de la Unión (y también por las demás) a pesar de que entre los azules hay algunos que viven su carrera política y su vida personal en una verdadera “santa cruzada contra el enemigo malo”..

Estos grupos por supuesto, tienen todo el derecho a luchar contra lo que llaman “el riesgo de pérdida de la patria potestad”, como tienen derecho a luchar sin esconder la mano contra los matrimonios de personas de un mismo sexo, contra la educación sexual de los niños, y contra el derecho de adopción que ya reclaman los llamados matrimonios gays. El problema es que no pueden imponer sus criterios a una sociedad que atiende cada vez más los reclamos de las minorías, aunque a veces lo haga a regañadientes, ni mucho menos lo pueden hacer con la violencia como argumento.

La diputada Sandra Lara ha dado la cara en sus propuestas sobre los derechos de minorías o “grupos diferentes”, pero eso es la rabia con que fue tratada. Es una situación de verdadero riesgo que debe ser atendida de mejor manera que el vago exhorto de Jesús Enrique Hernández Chávez a que la respeten.

Ya bastante tenemos con el miedo que el narco impone en muchas actividades, como para que ahora la gente con pensamiento de avanzada deba cuidarse también de los intolerantes.