*Sorprendente modernidad de Chuquique y Solano
*Uno aceptaría perder teniendo mayoría absoluta
*Otro dice que no actuará como diputado panista
FRANCISCO CHIQUETE
En términos de teoría del estado, fueron las entrevistas más naturales del mundo: dos coordinadores parlamentarios de partidos rivales que han decidido trascender a los enfrentamientos electorales para instalarse en el servicio que debe prestar a la sociedad el Poder Legislativo, un Poder Legislativo colaborador, independiente cuando se necesite y dispuesto siempre a sacar adelante lo que interesa a la sociedad.
Pero quienes hemos conocido a Jesús Enrique Hernández Chávez y a Francisco Solano Urías en la ortodoxia, en la práctica de la real politik, estábamos casi espantados, incrédulos de cuanto escuchábamos, de las bellezas conceptuales que corrían por nuestros oídos y los de los radioescuchas.
Primero fue Hernández Chávez, instalado en teórico de la práctica legislativa, a quien de ningún modo le iba el apodo de chuquique, dada la carga histórica que tiene el sobrenombre, asociado a una de los más ortodoxas trayectorias del priísmo tradicional.
Admitiendo para la actual bancada priísta culpas por las cosas que no se hicieron o que se detuvieron antes de hacerse por los desencuentros que generó la derrota ante el actual gobierno, cediendo finalmente a repartir esas culpas también con el propio gobierno malovista, Hernández Chávez explica la confusión y los resentimientos generados por la pasión de los acontecimientos de 2010 (ahí sí estuvo patinando un rato, ubicado en los mil novecientos… mil novecientos…).
La bancada que él coordinará ha de ser equilibrada. Independiente, de oposición, cuando sea necesario, cuando los intereses de la sociedad así lo determinen, y colaboradora cuando la buena marcha del estado así lo requiera. No son tiempos de enfrentamientos sin sentido, de ver por grupos o corrientes.
Como prueba o casi, expone su papel en la dirigencia partidista. Había enfrentamientos, había discusiones y dispersión, división incluso, hasta que yo llegué y busqué la conciliación, como era la instrucción de la dirigencia nacional, y ahí está en resultado, el resultado de la elección, no hubo grandes desprendimientos. Tenemos que trabajar de esa manera, sin los enfrentamientos que han hecho daño y que no ayudan al estado, insiste.
La mayoría absoluta que el electorado dio al PRI no es un motivo para ufanarse, sino una responsabilidad, en el dicho de este Chuquique, quien advierte que de ninguna manera se puede traducir en mayoriteos automáticos, “no podemos pensar en que haya sólo victorias para lo que nosotros proponemos, no podemos ganar siempre sólo porque tengamos los votos necesarios para ello, también hay que escuchar a los demás y darles la razón cuando la tengan. ¿Perder teniendo la mayoría? Cuando sea necesario, cuando los otros tengan razón, hay que hacerlo, hay que estar abiertos a ello.
Claro, alguna conveniencia hay. -Todos necesitamos de todos, cuando necesitemos una mayoría calificada para una reforma constitucional, también vamos a tener que convencerlos y no podemos conseguir nada si siempre nos imponemos porque tenemos la mayoría de nuestro lado, esgrime.
<todavía más: en el arranque de la entrevista Hernández Chávez sostiene que su elección como coordinador de los diputados fue libre, abierta, sin línea. De haber existido línea habría tenido los 22 votos, no sólo diecinueve como obtuve, argumenta.
La línea es algo que ha desaparecido, dice en un tono que busca ser persuasivo, es algo que ya no existe o que se practica poco. Los diputados son personas independientes, conscientes, que saben lo que están haciendo y que votan libremente. Ya son otros tiempos en que no se puede imponer una línea, las prácticas viejas están yendo al desuso, ya casi no se aplican, insiste.
Es un Chuquique a la altura del Siglo XXI. En todo caso es así como se presenta. A partir del primero de diciembre lo veremos en acción y veremos sus acciones.
NI RUPTURA NI ENFRENTAMIENTO
Terminando la entrevista con Hernández Chávez inicia la de Francisco Solano Urías, quien de entrada advierte que así como está, Sinaloa no tiene viabilidad. Necesitamos cambiar, mover cosas para que el estado avance, porque de lo contrario no se podrá responder a toda la gente que necesita empleo, que tiene que salir del problema de la pobreza.
Consigna que los últimos siete gobernadores han entregado el poder dejando a Sinaloa en peores condiciones de como estaba, sin crecimiento o si crece, no capitaliza para que las cosas cambien. En su opinión “ya henos hecho mucho en lo macro y está bien, pero se necesita buscar un crecimiento de abajo hacia arriba, que la gente de abajo tenga oportunidades.
Para ello se requiere de un nuevo andamiaje legal, de nuevas condiciones legislativas en las que deberán trabajar todos, todos los grupos, porque si en la oportunidad que se abrió hace tres años, cuando por primera vez el ejecutivo no tuvo de su lado al Congreso, fue porque no hubo esa disposición de colaborar, de aportar la voluntad política que a cada quien le corresponde para que puedan cambiar las cosas.
Cuando se le plantea que a propósito de voluntad política debe considerarse que su partido anunció una ruptura con el gobernador, responde enfático, casi airado, que no es cierto, que eso es algo que han dicho… pero se detiene y deslinda. Es que una cosa es lo que haga o diga la dirigencia y otra la tarea que realice la fracción parlamentaria.
-Es más: o no voy a ser un diputado del PAN, voy a tratar de que mi bancada sea de diputados de la sociedad, que representen a los ciudadanos, no a una sigla partidista, independientes de lo que haga o diga el dirigente, con quien llevo una magnífica relación, pero que es algo independiente de lo que nos toca hacer a nosotros, porque la tarea de los diputados es ajena a los partidos, no podemos darnos el lujo de tener esa limitación.
Optimista, encuentra que los priístas sí tendrán la voluntad para aportar esa voluntad político que lleve a la sexagésima primera legislatura a alanzar esos ideales de participación, de creación de un nuevo modelo económico que ayude a sacar al estado de los problemas en que se encuentra y de los que parece no encontrar la salida.
Encarrerado, se adelanta a la pregunta a que cualquier entrevistador está obligado. Antes que le pida el mensaje que lee en la designación de Hernández Chávez como coordinador de los diputados panistas, ya está adelantando que van a trabajar muy bien, que le dio gusto sábelo y que lo va a buscar para felicitarlo.
Las veces que hemos trabajado juntos –allá por la LIII Legislatura- lo hicimos bien, trabajamos muy a gusto.
Duro entre los duros como dirigente del PAN, Solano Urías dice hoy que hay priístas que entienden muy bien la situación y que tienen capacidad para entender que se requieren de cambios importantes, de acciones concretas que permitan superar los problemas que existen en la comunidad y que están a la espera de respuestas.
Pese a que la bancada hoy es relativamente pequeña, o mejor dicho, que la del PRI es inusualmente grande, Solano Urías mantiene su idea de que el papel de sus diputados será relevante,. Queremos ser ese gozne entre la sociedad y el ejecutivo, junto con las demás fracciones, para crear el andamiaje legal que saque adelante al estado.
¿TESTIMONIALES?
En la medida en que se preveían choques de trenes entre las bancadas priísta y panista, eran muy importantes las posiciones de los tres diputados del PAS y los dos del PRD. Es cierto que ni sumándose los cinco a los nueve del PAN y los otros dos del PT y Movimiento Ciudadano, cambian la correlación de fuerzas, pero con cuatro de ellos el PRI alcanza mayoría calificada, lo que les daba una importancia estratégica.
Pero si se traduce a hechos concretos toda la miel que hay en las declaraciones de Hernández Chávez y de Solano Urías, las demás corrientes (sólo el PAN hace fracción) serán meramente testimoniales.
Por supuesto, cuando vengan los procesos electorales se verá hasta dónde llegan todas esas coincidencias y aspiraciones de modernidad que han sido expresadas. Habrá un año completo para trabajar en ello, porque en el 2015 hay elección federal y al año siguiente nada menos que la renovación de poderes en todo el estado de Sinaloa, desde gobernador hasta regidores. Pruebas muy duras.