*Siguen los partidos peleando por su propio interés
*Las mujeres querían la parte grande de la equidad
*Nuevo atentado ¿qué tanto hace la procuraduría?
FRANCISCO CHIQUETE
Los diputados no se pusieron de acuerdo y patearon el bote de la Ley Electoral para volverlo a recoger el martes próximo.
Pero si usted cree que las diferencias que impidieron la aprobación tienen que ver con la filosofía, el humanismo en la política, los conceptos de igualdad y democracia, o las estrategias para estimular una efectiva participación ciudadana, está muy equivocado. Es más: se equivoca también si cree que el tropezón lo provocaron las ambiciones desmedidas de las diputadas que ahora quieren exclusividad en los “distritos rentables”.
Nada más lejos de la triste realidad.
Se detuvieron por el dinero. El maldito dinero. Los partidos chicos se quejan de que en la jugosa bolsa de subsidio a los partidos políticos, sólo uno veinte por ciento se reparte parejo para todos, mientras que el ochenta por ciento restante se distribuye conforme a la fuerza electoral de cada organización.
Por supuesto, los partidos grandes quieren que las cosas se mantengan así, porque les conviene. Entre menos burros más olotes, sobre todo si son menos burros grandes.
Ya hace algún tiempo se había dado una muestra de excesiva avidez por los billetes: al Partido Sinaloense le fue aprobado el registro cuando ya el año había entrado en declive y los presupuestos estaban asignados. Cuando dijeron que el financiamiento para el nuevo partido saldría de la cantidad que estaba ya asignada para los partidos, y por tano a los demás les tocaría de a menor, el PAN, a través de su entonces dirigente Francisco Solano Urías, protestó indignado porque le iban a descompletar el chivo partidista.
Claro que en esta ocasión también se argumentaron dudas sobre las candidaturas independientes y seguramente que en el caso de Imelda Castro Castro, del PRD, sí hay un genuino interés en ese sentido, pero al final lo que definió la moción suspensiva fue precisamente el asunto del dinero. Y es que no hay modo de eludir: no hay golpe que duela más que el recibido en el bolsillo.
¿Y EL PROYECTO DE LA CLÁUSULA
DE EQUIDAD VERTICAL?
Lo ue no se planteó oficialmente, pero todo hac3e indicar que ya chupó faros, es el proyecto de cláusula de equidad vertical, con que algunas de las diputadas pretendían asegurar que los partidos políticos no dejarían los distritos perdidos para cumplir con la cuota de género.
Es cierto que los partidos incurren en la gandallez de rellenar con mujeres aquellas zonas donde no son competitivos o incluso no tienen militantes hombres que den la cara por la organización. El ejemplo más claro es el del Partido Acción Nacional, que reservó para mujeres los cuatro distritos menos atractivos para cualquier candidato, hombre o mujer: el tercero, el quinto, el sexto y el séptimo. Fundadas o infundadas, la dirigencia panista tenía esperanzas de ganar en los distrios segundo, cuarto y octavo, que no fueron reservados para mujeres. Al final o se les hizo ni con el segundo ni con el octavo, pero en los cuatro destinados a las mujeres les fue tan mal, que el PAN se fue al tercer lugar en el número de votos.
El caso es que las mujeres en la Cámara, engolosinadas por el logro de alcanzar una paridad absoluta también en las candidaturas a presidencias municipales, quisieron dar un albazo con el concepto de “equidad vertical”.
En el caso de las presidencias municipales y regidurías, aplicaron el asunto de la “equidad transversal”, que además de garantizarles el mismo número de candidaturas a alcaldías, a regidurías y diputaciones, retomaba la obligatoriedad de que una mujer sólo podría llevar como suplente a otra mujer, y lo mismo con los hombres.
Pues ahora lo que querían era garantizar de algún modo que no se les dieran los distritos difíciles, pero como eso no se puede dividir en territorios específicos y únicos, sino que va variando conforme a la problemática social y las condiciones electorales, discurrieron una cosa muy brillante: una disposición legal que impida a los partidos postular a una mujer en un distrito donde su partido hubiese perdido durante la elección anterior.
Como dijo un radioescucha de Altavoz: con eso se perjudicaba también a las mueres, pues una candidata con buen desempeño, que haya perdido por un margen apretado, no podría volver a ser candidata en ese distrito o presidencia municipal, lo que se traduce en el desperdicio de un capital político que puede ser importante.
Las señoras legisladoras deberían estar al tano de aquel viejo adagio que recomienda “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”. Ninguna fórmula puede garantizar que todas las mujeres que sean candidatas, ganen forzosamente el puesto en disputa. La democracia debe ser un juego de oportunidades, y si ya abrieron el ostión del machismo que convertía a las candidaturas en un Club de Tobi, no deben irse de paso hasta incurrir en un machismo femenino que termine por exigir las prebendas que eran condenables en el otro género.
EL ATENTADO CONTRA EL
ABOGADO LUIS NORIEGA
El licenciado Luis Noriega Ordorica fue objeto de un atentado la mañana del jueves, cuando llegaba a su despacho e la colonia Ferrocarrilera.
Noriega Ordorica tiene el antecedente de haber sido director de Seguridad Pública Municipal en el año del 2004 (antes que existieran las Secretarías de Seguridad Pública Municipal, y antes se desempeñó en algún puesto de la Procuraduría General de la República. Después se quedó aquí en Mazatlán a ejercer la abogacía, y se hizo famoso porque muchos de sus casos se salían de lo común, y con frecuencia lo llevaban a enfrentar a estructuras de gobierno.
Su más famoso entre los recientes es la defensa de la presunta autoviuda de Aldo Sarabia, aquel miembro de la Banda El Recodo, de Cruz Lizárraga, quien fue acusada de haber asesinado a su esposo en compañía de una pareja sentimental de la señora. No parece uno de esos casos de los que salga una amenaza de muertes o amedrente la estabilidad del abogado Ni siquiera ahora que la cliente se casó con un tercero, dejando atrás a su presunto cómplice, quien pasa el encarcelamiento en la misma prisión que la supuesta autoviuda, y también el nuevo marido.
El atentado es un grave reto para la Procuraduría General de Justicia del Estado, que anda de tumbo en tumbo con resoluciones judiciales como las que exculpan a la chamaca que se suponía mató a su mejor amiga, allá en Guamúchil, en venganza por unas fotos supuestamente publicadas en Facebook; también está el caso del novio que se supone, se metió a la casa de la novia y la asesinó; y está la viuda de Alfredo Cuen Ojeda, el desaparecido hermano del diputado de los mismos apellidos que dirige al Partido Sinaloense. En todos los casos el supuesto jurídico de la Procuraduría de Justicia ha sido impugnado con éxito, ya por falta de méritos, ya por incumplimiento del debido proceso.
Uno se pregunta cómo es que al Procurador no lo ha agarrado el cansancio, o le ha dado sueño. Por lo pronto parece que lo traen de blanco perfecto para las críticas.