*El puerto sigue a la baja: ni dinero ni automóviles
*Parece reeditarse la maldición de los años noventa
*PRD y PANAL buscan a V. Godoy e Irma Tirado
FRANCISCO CHIQUETE
En una encuesta reciente, ciudadanos mazatlecos enumeraron al dragado del puerto como su segunda prioridad entre las necesidades de su entorno. Uno pensaría que el asunto no le va al público en general, al que no está relacionado con los asuntos navieros, pero la muestra estadística nos señala hasta qué punto ha permeado el tema, cuando desplaza a las peticiones de pavimentación, que están más a la mano.
Es que el tema del puerto, mal que bien, ha llegado a entusiasmar a una sociedad ávida de oportunidades de empleo, de desarrollo económico suficiente y sostenido. Las maravillas de un puerto conectado con las rutas del Asia y convertido en puerta a la economía del este de los Estados Unidos, han calado en el imaginario colectivo que ya se sueña socio de China, de Japón, de los tigres del Asia.
Pero encima de eso, nos encontramos con realidades dolorosas. Una, que no aparecieron por ningún lado los mil trescientos millones de pesos que el presidente ofreció de viva voz durante su última visita a Mazatlán. Ni salió de una partida especial o de recursos no ejercidos por otros estados (la promesa fue en septiembre) ni apareció en el presupuesto de egresos de la federación aprobado por la Cámara de diputados en 2015.
La otra es más dolorosa aún porque se trata de algo que ya estaba en las manos: la recepción de miles de automóviles nuevos exportaos o importados por la Nissan. Se firmó hasta un convenio, se habló de las ventajas, de las posibilidades amplias de crecimiento, especialmente con la posible atracción de inversiones de parte de proveedores de la empresa automotriz. Después de Nissan se habló de Ford, que aunque más escueta, traería también una derrama económica y sobre todo haría visible el nombre de Mazatlán como puerto comercial.
Pero resulta que a la hora de concretar los negocios, Nissan se dio cuenta de que Mazatlán no le convenía por una razón muy específica: las tarifas. ¿Por qué razón Mazatlán es más caro que Lázaro Cárdenas o que Manzanillo, puertos que tienen movimiento permanente con la más amplia diversidad de mercancías nacionales e internacionales?
Mucho se había advertido sobre ese tema. Incluso la permanencia de los cruceros turísticos fue puesta en riesgo por los altos costos que provocan los derechos portuarios, pero nadie lo tomó en cuenta por ignorancia. Se pensó que era un truco para obtener mayores utilidades en el negocio de las embarcaciones.
Es una pena que las grandes perspectivas de Mazatlán como puerto se estén perdiendo tan lastimosamente. En cambio Topolobampo está recibiendo impulsos inusitados, ya con la construcción de una planta productora de fertilizantes, ya con la llegada del gasoducto, ya con los proyectos de la CFE para construir plantas termoeléctricas de ciclo combinado.
Al inicio de los noventas, el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Andrés Caso Lombardo, anunció que la actividad primordial de Mazatlán sería la turística, lo que dejaba atrás al puerto comercial que durante décadas fue el más importante del Pacífico Mexicano. Los apoyos de esa otra rama serían para Topolobampo. Veinte años después la maldición aparece de nuevo.
SE ABRE EL MERCADO
DE LA SEGUNDA MANO
Varios de los partidos políticos pequeños o de vida relativamente breve han recurrido al mercado de segunda mano de candidatos, para impactar en un mercado electoral al que de otro modo no podrían penetrar. Incluso el PAN, con sus larguísimos años de existencia, ha recurrido a este recurso para abrirse paso. Hoy, en el 2015, la práctica parece inalterada, al menos con dos nombres importantes.
De concretarse no serán los casos más impactantes, por supuesto. El más trascendente hasta el momento se dio en 2010, cuando Mario López Valdez decidió no participar en la contienda interna del PRI, sabiendo que todo estaba preparado para que los delegados de la convención votaran a favor de Jesús Vizcarra Calderón.
El PAN terminó por aceptar a López Valdez como su candidato, con aval presidencial y toda la cosa, en tanto que el PRD, empujado especialmente por Marcelo Ebrard Casaubón, aceptó ir en coalición, lo mismo que el Partido Convergencia, hoy convertido en Movimiento Ciudadano. (El PT primero se hizo el remolón y luego aceptó ir “de facto”, aunque formalizó la participación en los comicios municipales.
Como se sabe, ganaron la gubernatura, nueve ayuntamientos y casi media legislatura.
Hubo otras cooptaciones que no fueron tan exitosas, como la de Víctor Manuel Gandarilla, candidato a senador por el PRD, que francamente no pintó; otras fueron accidentadas, como la de Martín Heredia, que se le bajó al carro perredista cuando ya iba a medio camino como candidato a diputado en campaña –sexto distrito- para apoyar a Francisco Labastida; después se fue con el éxodo malovista y alcanzó una circunstancial victoria como candidato pansita a diputado en el octavo distrito. Hoy está en camino de ser candidato azul a gobernador del estado.
Hoy la repesca de candidatos está en el tercer distrito y en el octavo. Aunque el PRI tuvo el cuidado de prolongar sus procesos internos tanto como pudo, logró evitar saltos a candidaturas independientes, pero resolvió con tiempo suficiente para permitir el intento de parte de los demás partidos.
En el tercer distrito, la dirigencia estatal del PRD dio a conocer su interés por llegar a un acuerdo con el ex aspirante priísta Víctor Godoy, quien quedó inconforme con el resultado y el procedimiento, incluso después de haberle ganado al PRI un juicio de garantías para evitar que lo excluyeran de la contienda.
Godoy tiene capital político dentro del PRI y si no ganó fue porque se impusieron las negociaciones de alto nivel, las que pasan por el comité ejecutivo nacional, por el tercer piso y por la institucionalidad de algunos de los grupos importantes de poder.
Con ese cálculo es que el PRD lanza la atarraya. Vaya usted a saber si el alcalde navolatense Miguel Calderón mantiene sus simpatías por Godoy, o si en realidad pesaba más la gana de detener a Evelio Plata, y si los inconformes con la línea sean capaces de ir hasta el PRD para seguirla combatiendo, pero como quiera, algo le dejaría al partido del sol azteca. No sólo algo: muchos más votos de los que pudiera ganar con un candidato propio.
El otro caso es también de altos vuelos. Desde el fin de semana pasado corren versiones sobre negociaciones del Partido Nueva Alianza con la hoy ex delegada de Prospera, Irma Tirado Sandoval, quien por sí o por no, renunció a su empleo en el gobierno federal, para estar en condiciones legales de ser candidata.
No ha habido ningún comentario de parte de Irma y los seguidores y promotores que sí lo han divulgado, pueden con todo derecho decir que actúan de motu proprio.
Una de las versiones es que Irma busca llamar la atención de su partido para que no la dejen fuera de la elección, tanto por su valor intrínseco, como por el riesgo de que les abra un hueco importante al competirle al PRI sus propios votos.
Otros hablan de que en realidad ya conoce la decisión del Verde a favor de Quirino Ordaz (es el PVEM el que hará la elección en el octavo distrito, gracias a la alianza firmada en 56 demarcaciones electorales del país, aun cuando para ello eche mano de militantes priístas). Y con ese conocimiento, se dice, ha decidido buscar mejores caminos.
Esto por supuesto, tiene muy preocupadas a la senadora Diva Hadamira Gastélu, Bajo y a la presidenta estatal del PRI, Martha Tamayo Morales, quienes la han impulsado,. Y en el caso de Tamayo hasta excediéndose en sus declaraciones para mantener abiertas las esperanzas de Irma y sus seguidores.
Por lo pronto, obviamente, se trata de especulaciones y el plazo para confirmarlas o desecharlas es el 28 de marzo próximo, a menos que antes haya una declaración expresa de los involucrados.