*Se van hasta los ministerios públicos
*El PRD busca el amparo de la PGR
*Optimismo en el turismo y carnaval
FRANCISCO CHIQUETE
No sólo se están yendo los policías. Ayer fueron despedidos trece agentes del ministerio público adscritos a municipios como Mazatlán, Cosalá y Escuinapa. Este dato nos ilustra sobre las verdaderas dimensiones de la depuración ordenada por el gobierno federal, y también del tamaño que alanza la tarea de reconstrucción de las corporaciones.
Un policía preventivo, un agente de la ministerial, constituyen por sí mismos pérdidas importantes, a menos que haya reales y probados nexos con la delincuencia. En ese caso, como dice Gonzalo Armienta Hernández, es positivo que las corporaciones se depuren y le quiten a la sociedad estorbos, pesos adicionales en la marcha por la seguridad, y en casos extremos, verdaderas lacras que potencializan los daños que provoca su infidelidad.
En el caso de los ministerios públicos el trabajo para reemplazarlos es doble, pues se trata de personas más especializadas que ocupan lugares claves en la cadena de investigación, aun en los casos en que la ineficacia sea palpable. Sustituirlos requiere de gente con una carrera profesional específica y una capacitación exhaustiva, en un medio en que los abogados sueñan con espacios más grandes, y temen los resultados de la difícil labor de probar en nombre de la sociedad que fulano o zutano cometió el delito del que se le acusa.
Ya sabíamos por supuesto que esto iba a ocurrir, que había un plazo fijo para hacer la depuración, por más que las autoridades, como reconoció ayer el gobernador Mario López Valdez hubiesen decidido esperar hasta el último momento para ver si la federación daba una nueva prórroga y se posponía la decisión amarga.
Habrá que ver qué tanto sube el nivel al que hay que llevar la limpieza: si además de agentes policíacos se van los del Ministerio Público, es muy probable que vayan en la polla funcionarios de la Procuraduría General de Justicia del Estado y de la Secretaría de Seguridad Pública, pues la obligación de presentar exámenes de control y confianza se extendió a todos aquellos que tengan mando de elementos, acceso a los operativos y administración de los recursos etiquetados para el renglón de la seguridad.
A juzgar por las resistencias para empezar oportunamente la limpia, y por la escasa movilidad de elementos en esas dos instancias, el régimen malovista es proclive a brindar cobijo a sus integrantes, sólo que éste es un momento de definiciones.
El propio gobernador aclaró ayer que en estos tiempos en que es difícil defender a los policías por la imagen que de ellos se tiene y por las cosas que están pasando en el país, él se constituye en uno de los primeros defensores de ese gremio, pero de acuerdo con la ley, si no se da de baja a quienes están declarados como no aptos, se reducirán los recursos enviados por la federación para aplicar en el rubro de la seguridad y no sólo eso, si llegase a ocurrir una desgracia como la de Iguala, y en las corporaciones hubiese personas en activo a pesar de que habían sido declaradas no aptas, habría penas hasta de cárcel para las autoridades.
Algo que comentábamos recientemente, era la absurda estrategia gubernamental de guardarse las cifras de los despidos, para no dar a la delincuencia pistas sobre los posibles debilitamientos de las corporaciones, de modo que se traten de aprovecharse de esa situación.
Con todo y como es tradicional, apenas se dio a conocer de manera interna la decisión de despedir a trece agentes del Ministerio Público, la información tomó caminos en la calle hasta llegar a los compañeros reporteros.
Cuando el tema se consultó con una de las autoridades, la sorpresa fue real y legítima: “¿cómo? ¡si se supone que es secreto!”.
No es posible, insistimos, guardar secretos en temas como estos. Funcionaría mejor una estrategia de comunicación que tuviese a la sociedad al tanto de lo que realmente está pasando, sin dar lugar a los rumores que distorsionan la realidad con exageraciones o con sesgos interesados que son mucho más peligrosos que una divulgación de los huecos que quedan.
Pero al estado mexicano le sigue pareciendo mejor engañarse solo, creyendo que callarse la boca es suficiente para ocultar la gravedad de una situación.
UN DISCURSO JUSTIFICADOR
Los gravísimos acontecimientos de Iguala han afectado a todos: al país en general, a los muertos y los desaparecidos en particular, a sus familias por supuesto, al gobierno en todos sus niveles y en todo el territorio nacional, pues el desprestigio que acarrea una desaparición de este tamaño no es sólo para las autoridades del municipio o al estado de Guerrero: hay una caída en la credibilidad ya escasa que tenían los gobernantes y los políticos de todo el espectro.
En particular, por supuesto, ha afectado al Partido de la Revolución Democrática, donde se ha aceptado en principio la responsabilidad de haber lanzado como candidato a José Luis Abarca, pero se ha elaborado todo un discurso justificatorio que pretende diluir esas responsabilidades,
Es culpa de las instituciones, que son las que están fallando. Nosotros, dijo ayer Jesús Zambrano, preguntamos a la PGR por los antecedentes de Abarca, porque ya se escuchaban versiones, y la PGR dijo que no había nada. A mí como ciudadano, esto me parece más una expresión cínica que una explicación o una justificación. Si había versiones y rumores sobre la relación de este hombre con el crimen organizado, la decisión debió haber sido cerrarle el paso, no ir a preguntar a la policía, pero lo obvio es que los deslumbró el dinero que les permitiría financiar no sólo la campaña por la alcaldía de Iguala, sino incluso la campaña por la gubernatura, como se ha dicho.
En consonancia, una de las primeras declaraciones de la dirigente estatal del PRID en Sinaloa, Claudia Morales Acosta, fue para informar que en la selección de candidatos a diputados federales que serán electos el año próximo, se consultará a la Procuraduría General de la República. No sólo es notoria la necesidad de evitar sorpresas negativas, sino que además se busca un seguro, un aval que cargue con la corresponsabilidad (y a la mejor hasta responsabilidad) en caso de una debacle como la de Iguala.
No deja de sonar extraño que el PRD, el partido que desciende de aquellas viejas luchas antigubernamentales, el que se enfrentó a la maraña policíaca, de la que sólo recibió golpes, asesinatos y otras muchas formas de represión en general. Tiempos traen tiempos, y los partidos tienen que estar en la modernidad, incluso cuando se trata de aquellos que se apegaron a la tradición de las ideologías. Teóricamente, al menos.
TURISMO Y CARNAVAL
Aunque últimamente no se han escuchado muchas de las frecuentes quejas de los hoteleros mazatlecos, sigue siendo extraño recoger sus impresiones optimistas. Ayer preguntamos a Carlos Berdegué Sacristán, dirigente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas, si realmente vamos tan bien en turismo como se ha dicho y la respuesta fue sorprendente: “vamos mejor todavía”.
En esta fiesta de Amigos de Mazatlán se conoció que las reservaciones procedentes de Estados Unidos, ya en libros, están un 15 por ciento arriba de lo que tradicionalmente se tenía en otros años. Las cosas, dice con un tono de convicción absoluta, van muy bien. Además ya se registró la primera nevada, y si el invierno viene muy frío, a Mazatlán le va a seguir yendo muy bien.
Pero incluso habrá una situación mejor para el año 2015, cuando –si no pasa nada- estaremos creciendo y consolidándonos en serio, adelantó.
Un panorama así de optimista no se había visto en mucho tiempo, y mucho menos lo habían reconocido tan abiertamente los hoteleros.
Por lo pronto y para consolidar las expectativas, hoy empieza el carnaval. No es que ya se vayan a cerrar las Olas Altas. Por el contrario, se abrirá el Fuerte 31 de marzo para anunciar candidatos a los diferentes reinados y tema central del carnaval 2015, el máximo evento festivo de la ciudad, que ha ayudado de manera muy eficaz a consolidar a Mazatlán como destino turístico, al tiempo que sostiene una tradición y una expresión cultural de gran arraigo. Seguramente será un nuevo éxito.