EN LA GRILLA

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*A exprimir cada hueso hasta lo último

*El problema de las promesas de campaña

*El Chuquique: la unidad entre diputados

FRANCISCO CHIQUETE

Cuando un político se propone algo, nada se interpone en su camino. Menos ahora que la ética no es un asunto que esté de moda, ni se pueda hablar de compromisos con la legalidad. Es el caso de Eldorado, donde una clase política voraz está a la espera de que le den el regalo que les significaría la creación de un municipio.

Ayer el diputado local perredista Javier Cordera se presentó a una conferencia de prensa junto con dos ciudadanos eldoradenses que exigieron al gobernador Mario López Valdez que envíe el decreto mediante el que se crea el municipio número diecinueve de la entidad, como se comprometió a hacerlo en su campaña.

Duro y crítico, Corvera dijo que “los dueños del Congreso” tienen detenido el procedimiento, a pesar de que la consulta realizada recientemente por el Consejo Estatal Electoral a pedido del propio Congreso, arrojó cifras favorables a la municipalización.

Corvera y todos saben que esa mayoría favorable es sólo una parte de la realidad. En el poblado y la sindicatura de Eldorado una gran mayoría votó a favor y arrasó con toda oposición gracias al tamaño de su población.

Pero en cambio los partidarios de la creación del nuevo municipio no pudieron convencer a los habitantes de las demás sindicaturas involucradas en el procedimiento. En todas ellas ganó el “no”, y lo hizo de manera contundente, sin dudas ni posibilidad de apelación. Bajo esa circunstancia es absurdo obligar a la gente a vivir bajo un régimen que no acepta.

Podrá decirse que ellos deben acatar la decisión de las mayorías, pero resulta que desde el principio quedó claro que era una fiesta a la que ninguna de las sindicaturas quería ir. Fueron incluidos por los promotores del sí, para alcanzar las condiciones de territorialidad, población y viabilidad económica que se requieren para cumplir con la disposición legal, pero esa es una acción unilateral de los municipalistas, no el resultado de una consulta real y razonada.

Será muy difícil que los diputados locales vayan a tomar una decisión de ese tamaño en los escasos dos meses de actividades que les quedan. Se trata de un asunto demasiado espinoso como para que se llame especialmente a un periodo ordinario de sesiones en que automáticamente se autorice el nuevo municipio, sin atender a estas consideraciones que derivan del rechazo de las sindicaturas en derredor de Eldorado.

Por eso es que Corvera recurre a su último instrumento: el reclamo a que el gobernador Mario López Valdez lance el decreto de creación del nuevo municipio. En esa tendencia de la política actual de que en campaña hay que ofrecer a la gente lo que ella quiere, López Valdez se comprometió a impulsar la creación del nuevo municipio.

Seguramente al gobernador no se le ha olvidado que lo ofreció, pero como en muchas cosas, el candidato devenido gobernador ha empezado a ver la realidad de muchos asuntos que fueron tema de campaña, compromisos de campaña, y está viendo que no sólo es querer ni atender a lo que suena tan bonito, como la emancipación de los ciudadanos que quieren tener su municipio propio, ya por interés, por manipulación, por historia, cultura o tradición.

A juzgar por la reacción de la gente en Eldorado, el problema no está en la población en general, sino en los políticos que ven a un municipio joven como un verdadero botín y en la causa a un tema que les permite estar vigentes, con un liderazgo moral, incluso más allá del periodo para el que fueron electos, como es el caso del diputado Corvera.

Después del frentazo que significó la consulta, hasta los acelerados de Juan José Ríos se han tranquilizado, a pesar de que ganaron la elección antepasada quienes ofrecieron municipios para todos “yo invito” parecía decir el candidato, hoy están en calma, con la exigencia olvidada y esperando por mejores tiempos.

Sólo los que ya la ven perdida, los que van a todas, vuelven a menearle al asunto, como hizo el eterno síndico de Villa Unión, el hoy panista Manuel Eugenio Soler, quien acaba de decir que “Villa Unión está listo para ser municipio”.

“ME VAMOS A ELEGIR

AL MEJOR”: CHUQUIQUE

El PRI sinaloense emprendió una gira estatal para reforzar el apoyo a las propuestas del presidente Enrique Peña Nieto, especialmente la energética y la fiscal, que están sometidas a un debate nacional antes de entrar plenamente a la discusión en el Congreso de la Unión, donde deberá decidirse el destino de ambos proyectos, y con él, el destino del país.

Con mucha enjundia, Jesús enrique Hernández Chávez asevera que su partido irá del brazo del presidente hasta que las reformas sean aprobadas y lanza sus cacayacas a quienes descalifican los proyectos y “desinforman a la sociedad”.

Lo que llama la atención es que estas ardorosas defensas se hagan en corto y bajo llave, ante los cuadros del tricolor Esta semana fue por lo menos la tercera ocasión en que les vinieron a hablar de eso, aunque sólo la más reciente haya sido exclusivamente para el el tema.

Pero si en Mazatlán han sido las mismas caras cada vez, en Culiacán lo más importante no fue la repetición sino el hecho de que se hubiese destacado oficialmente la presencia de dos especies de avales morales, de guías ideológicos del PRI, del Chuquique o de los impulsos a las reformas. Se trata nada más y nada menos que del profesor Carlos Loaiza Aguirre, que tan gratos recuerdos deja en cada lugar al que se le envía de delegado; el otro es ekl pintoresquísimo Pichi Cervantes. ¿Para qué quiere más Peña Nieto?

Después de esa reunión los reporteros le preguntaron a Hernández Chávez sobre la coordinación de la bancada priísta en la próxima legislatura. No era una pregunta gratuita. Es que entre el público estaban también Jesús Burgos Pinto y Ramón Barajas, ambos diputados locales electos de quienes se ha dicho que serían las cartas con que los grupos priístas le disputarían al Chuquique la ansiada coordinación.

Por ello Hernández Chávez empezó y concretó un rollazo sobre la unidad del partido, la importancia de que todos asuman conciencia sobre la necesaria unidad, el papel que la unidad va a desempeñar en el éxito de las tareas legislativas y más variantes sobre la unidad, que no era ni un anuncio ni una orden, sino una invocación casi mágica ante los espíritus chocarreros de una competencia riesgosa (al menos para él).

Luego volvió al viejo estilo priísta que después de la unidad habla de la democracia y de la igualdad de derechos, oportunidades y capacidades. Anunció que la definición del coordinador del grupo parlamentario al Congreso del Estado, “la haremos con un espíritu muy constructivo de unidad y apoyaremos a quien resulte”.

Fue más allá; llegado el momento todos los integrantes del grupo parlamentario tomaremos la decisión, porque debemos estar muy integrados; tendremos una fracción relevante en la próxima legislatura, pero es más importante la unidad.

No podía dejar de reconocer en sus compañeros diputados electos que “son compañeros y compañeras que entienden mucho lo que representa la unidad del partido y que tienen oficio político de tal suerte que llegados los tiempos y apegándonos al procedimiento de elección,  elegiremos a alguno de nuestros compañeros porque  hay gente muy valiosa”.

Total, al final “me vamos a elegir con todo cuidado y mirando en todo por la unidad”.