EN LA GRILLA

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Odile Mazatlán 1

Suspendieron clases y corrieron

al malecón para tomarse fotos

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

Las autoridades hicieron tempraneros llamados a la población para que se resguardara ante el riesgo de los efectos de Odile. Mucha gente corrió, en efecto, pero hacia el malecón. Un ciclón en las inmediaciones es la mejor garantía de que el mar ofrecerá un espectáculo sobrecogedor, y ahí estaban.

Mazatlecos y visitantes se arremolinaron contra los tubos del malecón, en espera de que llegara la siguiente ola que rebasara la línea y les diese un baño seguro que llegaba, por supuesto.

Mientras tanto, en el Palacio Municipal el alcalde encabezaba una y otra vez la reunión del Consejo Municipal de Protección Civil, en que se analizaban las condiciones del clima y las necesidades de ir preparando los espacios para resguardar a la gente de zonas en riesgo, y para dar directrices a los demás habitantes de la ciudad.

La primera expresión pública del alcalde fue jubilosa: habrá clases y habrá grito, señaló por las redes sociales, refiriéndose a la ceremonia en que esta noche se recuerda el inicio de la guerra por la liberación del país.

Unas horas más tarde, conforme Odile avanzaba en el mar, la población se iba zambullendo en el ambiente de histeria colectiva que siempre generan los ciclones. Las personas tradicionalistas usaban el radio, el teléfono, ubicaban a algún familiar o amigo usualmente informado; los modernizados acudían una y otra vez al internet, pero más a los comentaristas del Facebook que a las páginas del Servicio Meteorológico Nacional, que de todos modos eran muy visitados, sobre todo el de la CFE, que de plano, negaba el acceso durante largos minutos.

Las tiendas fueron muy visitadas, por más que la gente recibía información de que el ciclón no vendría para acá, todos fueron a hacerse de provisiones como latería, harinas de todo tipo: de maíz, de trigo, preparada para hotcakes; atún, leche de todos tipos, en menor medida sardinas, frijol, azúcar y todo lo que no se eche a perder.

Ya promediaba la tarde cuando el presidente municipal se vio en la necesidad de cambiar parcialmente el anuncio triunfal tempranero: no habría clases en el sur de Sinaloa. Fue una decisión tomada en Culiacán, por el Consejo Estatal de Protección Civil, donde se valoró que las bandas nubosas enviadas por Odile serían suficientemente intensas como para generar lluvias muy fuertes, de modo que se suspendieron las clases en los siete municipios del sur de Sinaloa: Cosalá, Elota, San Ignacio, Mazatlán, Concordia, Rosario y Escuinapa.

En Palacio las reuniones se suceden unas a otras. Los puestos de la verbena patria languidecen, pues no hay mucha gente que se anime a ir a conocer las delicias culinarias de nuestras sindicaturas, por más que en el malecón cientos de personas se siguen arremolinando para ver las olas inacabables del mar, que llegaban cada vez más lejos.

Por supuesto, los mitoteros del malecón, como los calificó Luis Antonio Martínez Peña, ejercieron a placer el deporte del momento: tomarse una selfie con el mar embravecido, con la familia y con el tono grisáceo de una tarde que amenazaba con venirse abajo en lluvia que todavía esperábamos esta madrugada.

También en Culiacán se tomaron en serio las labores preventivas. Ya noche el Consejo Estatal de Protección Civil volvió a dictaminar sobre las clases con una nueva suspensión, pero ahora a nivel estatal, pues en alguno de los pronósticos apareció la alerta roja para la zona que va de Altata a Bahía Kino.

Odile era en serio para temerle. No sólo llegó a tierra con categoría tres y rachas máximas de 250 kilómetros por hora, pero además, su desplazamiento seguía siendo extremadamente lento, lo que le da tiempo a los vientos para potencializar sus destrozos. Los Cabos estarían bajo toda su fuerza durante el prolongadísimo espacio de tres horas.

Aunque cerca de la una de la mañana Mazatlán todavía no llegaba ni la lluvia, los vientos alertaban de tanto en tanto a la gente descreída.

Los miedosos del internet seguían pidiendo informes aun cuando Odile había entrado ya en tierra, en la punta de la península. A pesar de eso, algunos de los meteorólogos del Facebook hacían de las suyas. En un video que muestra la contundencia de la nubazón que llegaba a Los Cabos, alguien posteó para que no dude que es un monstruo inusual, y en unas horas llegará a Sinaloa.

Con todo, entre los que creían y los que no, los que tenían y los que no, lo más destacado era la insistencia de los escolapios, que se fueron a la cama preguntando si la ausencia de lluvia no los obligaría a ir a la escuela.