*Zenén Xochihua ya la libró
*Impunidad de autoliquidados
*A la defensa de los Tucanes
FRANCISCO CHIQUETE
Alguien le perdonó ya la vida al exalcalde de Ahome, Zenén Xochihua Enciso. Le hicieron válido como devolución lo que originalmente era, según sus propias palabras, “un donativo al DIF”. Tanto el síndico procurador ahomense, Carlos Anchondo Verdugo como la Auditoría Superior del estado, de modo que eso de devolver los bonos de autoloquidación ya chupó faros.
O Zenén movió las influencias que todavía le quedan en el tercer piso, o el berrinchito de Edgardo Burgos, la semana antepasada, tuvo un segundo efecto, después de cerrar el paso de Gerardo Vargas al Consejo Político Estatal del PRI.
Es cierto que cuando se supo la trapacería de Zenén, de pagarse una autoliquidación, el exalcalde, empujado por la presión social, fue a hacer la entrega de sus 260 mil pesos, pero lo hizo a guisa de donativo al DIF. Como tal se lo recibieron en la tesorería del ayuntamiento, o por lo menos así lo declaró la administración que encabeza Arturo Duarte.
Si alguien debe un impuesto al municipio y en lugar de pagarlo, va y hace un donativo al DIF, el crédito fiscal, como se llama a ese tipo de deudas, sigue vigente. ¿Por qué debería ser diferente en el caso de Zenén Xochihua? ¿Qué es más importante, el cumplimiento de la ley o las amistades, o las alianzas y complicidades políticas?
De acuerdo con el anuncio que se hizo ayer, el exalcalde ya la libró. Falta todavía que sus compañeros de cabildos devuelvan lo que les entregó y entonces habrá que ver si no tiene alguna responsabilidad oficial por haber repartido dinero que no era suyo, por violentar la Ley de Hacienda Municipal y los términos del presupuesto de egresos que le fue aprobado por el ayuntamiento al que premió.
En todo caso el exalcalde se ahorró el desembolso de 260 mil pesos más a que lo estaba orillando su soberbia. Pensando que así rehuía el reconocimiento de la responsabilidad en que incurrió, armó la faramalla del donativo. No tendrá que pagar el dinero, pero en cambio perdió el valor de su palabra. Porque fue él quien le puso nombre a la entrega del dinero. Fue él quien le dijo a la sociedad que acudía a hacer un donativo para que viesen que no le interesaba el dinero, pero que no podía reconocer algo que no hizo. Hoy al aceptar el dictamen de sus favorecedores, de todos modos reconoce que se llevó un dinero que no le correspondía, en otras palabras, que violó la ley.
De por sí la palabra de los políticos está muy devaluada. Con esto, en el caso del exalcalde, las cosas están todavía peor.
El caso de Xochihua Enciso es muy particular, es cierto, pero constituye un verdadero símbolo de impunidad. Después de este, seguramente se irán encontrando salidas para que los otros exalcaldes y exregidores se salgan con la suya y desmientan el propósito anunciado de meter orden, de aplicar la ley a quienes se despacharon solos a como quisieron.
Ya el auditor superior, quien empieza a dar muestras de que no va a superar los tristes papeles de quienes le antecedieron en el cargo, enumeró los recursos a los que están recurriendo los indiciados: la fantasiosa historia de los regidores mazatlecos que dicen haber ahorrado a lo largo de tres años para que les entregaran al final y el intento en el centro norte de buscar un amparo colectivo. No dude usted de que todo les vaya a resultar. Las argucias de los tranzas usualmente terminan por funcionar.
BERNARDO CÁRDENAS SÍ SABE
IDENTIFICAR LOS NARCOCORRIDOS
Hay cosas que resultan indefendibles, pero cuando se te fueron las cuatro, tienes que buscar el modo de salir bien librado. En la contratación del grupo Los Tucanes, el gobierno el estado busca el modo de sacar agua de la barca, pero hasta este momento lo ha hecho con mal tino, con tan mal tino, que su vocero de ayer terminó por confirmar, negando, cada una de las acusaciones que se les han hecho.
El joven Bernardo Cárdenas, subsecretario de normatividad e información registral, descalificó las críticas aludiendo a comentarios que relacionan a los Tucanes con el Movimiento Alterado. Tratando de poner voz de experto, Cárdenas dice que no, que el gobierno estatal combate más bien al movimiento alterado, porque es agresivo y violento en sus temas musicales.
Entrevistado por el portal Cafenegro, Cárdenas explica que el movimiento alterado “no sólo le pone los nombres de los delincuentes a sus canciones”, sino que usa términos que incitan a la violencia.
Todavía explica que si “si hay alguna canción que hizo famoso a Los Tucanes de Tijuana y en su momento se podría considerar que enaltece a una persona del narcotráfico o de negocios ilícitos…” Así en esos términos condicionados, cualquier despistado podría creer que los Tucanes sólo tocan canciones de corte intelectual o de romanticismo decimonónico.
Es que Cárdenas seguramente sólo va a Bellas Artes y por eso no se ha enterado de que su grupo defendido le ha hecho canciones a personajes como Albino Quintero, Chuy Espinoza, El Chapo Guzmán, Ramón Arellano, Manuel Salcido, los hermanos Arellano y muchos más, cuyas historias aparecen con todas sus letras, y enaltecidos además.
Tampoco ha de saber, este seguidor de Chopin, de Liszt y de Gustav Mahler, que en sus letras los Tucanes tienen cosas como esta: “Vivo de tres animales, que quiero como a mi vida.
Con ellos gano dinero, y ni les compro comida. Son animales muy finos, mi perico, mi gallo y mi chiva… o como esta: Yo me paseo por Tijuana En mi Cheyenne del año Dos hombres en la cajuela
Con un cuerno en cada mano De vigilancia dos carros Por si sucede algo extraño (…) Mi orgullo es ser sinaloense Lo digo donde yo quiero Estado de muchos gallos Que hoy se encuentran prisioneros Pero este gallo es más bravo Les canta en su gallinero.
Y así siguen muchas otras, como Comando negro, que describe los carros, las caravanas de sicarios, o como el benefactor de Colima, donde narran el asesinado de Salcido Uzeta, con todo y el detalle e que le dieron setenta tiros; no falta el águila blanca, donde la sola invocación del capo abre puertas a los narcos de la calle.
En descargo del grupo, sus defensores dicen que también tienen canciones movidas y divertidas. Los propios tucanes postearon en twitter títulos como La Chona y el Tucanazo, pero nada más. Tuvieron pudor y no se animaron a citar “secuestro de amor”, que narra un secuestro y las torturas correspondientes, en nombre del amor, aunque lo que en realidad describen es mucho más carnal que sentimental. Una de sus canciones más románticas es “seis pies abajo”, juzgue usted: Hablé con mi corazón Para proponerle un trato Decidimos enterarte Pero seis pies boca abajo Por si un día quieres salirte Que te vayas más abajo.
Bernardo Cárdenas garantiza también que sí alguna canción de narco tienen, no la van a tocar.
¿Se quiere dar una idea del ambiente que van a generar? Lea el tiwt en que anuncian su participación:
Los Tucanes de Tijuana
Este 15 de Septiembre daremos el grito en Culiacan Sinaloa hasta que el cuerpo aguante fierro compas alla nos vemos
Como dicen los teóricos, tienen derecho a tocar lo que quieran; lo que es cuestionable es la legitimidad de que el gobierno, empeñado en combatir la cultura de la violencia, insista en contratar a estos símbolos de l narcomúsica, sean alterados o no.