*El Plan de Desarrollo, nueva ceremonia sacramental
*Llegaron tarde: ya es momento de revisar a la baja
*Los partidos nos van a defender de la tarifa eléctrica
FRANCISCO CHIQUETE
Si los informes de gobierno han perdido el glamour, el impacto, la magia que en otros tiempos encerró la fórmula sagrada (“Honorable Congreso de la Unión; Honorable Congreso del Estado; Honorables miembros del cabildo”) hoy la compensación se encuentra en actos antes rutinarios, como la presentación del Plan (Nacional, Estatal, Municipal) de Desarrollo.
Carlos Felton se puso ayer sus mejores galas (no el traje, sino la guayabera moderna, blanca como para boda diurna en paraje costero), invitó a todos los que en el pueblo son, y lanzó su discurso con ideas, propuestas y conceptos que se supone serán la premisa de los siguientes dos años y medio, aunque aspira a que llegue como Buzz light year, “al infinito y más allá”, pues de lo que se trata es que sentar las bases para que los futuros gobiernos aprovechen las ideas que ahora se plasman, o por lo menos continúen con los proyectos que se queden encaminados al vencimiento de este periodo legal.
Felton, como ya se sabe, presentó un documento que basa sus compromisos en cinco temas, a los que llamó hélices de desarrollo, en que busca diversificar la atención más allá de las obras físicas y los logros en infraestructura, Promoción económica, seguridad, infraestructura, desarrollo humano y por supuesto, los valores que hoy todos invocan y todos añoran.
Fundamentalmente se comprometió a que no habría ni improvisaciones ni derroche de esfuerzos o recursos, algo que de cumplirse, sería sumamente agradecido por la población. No hubo sin embargo temas que sacudiesen especialmente a la asistencia. Todos los rubros, las obras esbozadas, fueron saludados con murmullos de aprobación, especialmente cuando se habló del drenaje y el agua potable, que en el caso de Mazatlán constituyen elementos de primera importancia, prácticamente al nivel de la seguridad pública, pues un puerto turístico sin un abastecimiento suficiente de agua potable y sin una disposición eficiente de las aguas servidas, incluyendo su tratamiento, simplemente no tiene futuro. Se echó de menos sin embargo un proyecto completo o la detención del discurso o del video que se presentó, en una descripción más exhaustiva de estos dos grandes pendientes.
Pero en términos generales el alcalde tuvo una tarde triunfal, sin tropiezos verbales o sin hechos que pudiesen hacer sombra a la celebración de esta exposición pública, más asentada ahora que aquel debut en sociedad que constituyó el plan de los cien días.
La presencia del gobernador, que esta vez no tuvo intervención porque se trataba de un acto eminentemente municipal, sin más intervención del estado que el posterior compromiso de respaldar gestiones, proyectos y acciones englobados en este plan de desarrollo, sirvió como aval al proyecto en su conjunto. Al contrario de otras ocasiones, el equivalente a la sobremesa, la chorcha política posterior al acto, fue festiva, en un ambiente de camaradería en que no faltaron ni siquiera las fotos con los propios, con los ajenos, y hasta con quienes son considerados como la piedra en el zapato.
Por supuesto, el lugar no podía ser otro que en Centro de Convenciones, cuyo aire acondicionado estaba igual que siempre como para olvidarse del verano. A diferencia de otros tiempos, los eventos de hoy no terminan con la tradicional comilona de la política mexicana. Es que los tiempos no están para eso, ni los paladares asimilan ya los riesgos de las condimentadas barbacoas o las ardientes birrias. No faltaron sin embargo los grupos que discretos y hasta díscolos se citaron clandestinamente en los restaurantes de moda. -¿Invitó el alcalde? ¿Estás loco? Ya sabes que a él eso no se le da.
NI MODO, SE IMPONE LA
TERCA Y CANIJA REALIDAD
Por Alguna razón desconocida, a Karim Pechir Espinoza de los Monteros se le fue asignando una tarea que tiene más que ver con la planeación que con las acciones tecnológicas de la innovación gubernamental que reza su dependencia. Por eso es que le tocó estar cerca de los alcaldes cuando preparaban sus planes de desarrollo, entérese usted, asesorándolos para aprovechar de mejor manera las capacidades y potencialidades de sus recursos.
Pechir acompañó al gobernador en la gira del eje Sinaloa-Guasave-Mazatlán, especialmente por los actos del guasavense Armando Kory Leyson Castro y del mazatleco Carlos Eduardo Felton González. Al final de esta tournée, reconoció durante una entrevista con Guardianes de la Noche que fue necesario intervenir ante varios alcaldes para que pusiesen los pies en la tierra y no se fueran a la estratósfera planeando cosas para las que luego no habría posibilidades reales de aterrizaje.
Lo que es más: adelantó que ante las difíciles circunstancias económicas que vive el país y para estar en consonancia con el Plan Nacional de Desarrollo presentado en su oportunidad por el presidente Enrique Peña Nieto, se revisará el Plan Estatal de Desarrollo y se le harán las modificaciones que sean necesarias.
Reconoció que en algunos renglones fueron muy optimistas, y con la situación actual, no habrá manera de que se alcancen a cumplir. Afortunadamente, explica, la ley permite hacer los cambios que sean necesarios y en este caso los vamos a hacer, no para reducirlo, aclara motu proprio, sino para adecuarlo a las condiciones vigentes.
Imagínese usted: si eso pasa con el estado, que dispone de una proporción infinitamente mayor de recursos que los ayuntamientos, qué no tendría que ocurrir con los municipios. Los hay que no quisieron ni saber de las grandes ambiciones, como el ejemplo que pone el propio Pechir. Escuinapa no apostó por el pavimento ni las grandes obras, sino que prefirió encaminar su planeación al impulso de las pequeñas empresas que generen empleos, como las pequeñas granjas domésticas de tilapia y proyectos de esa misma naturaleza.
Pero hay otros que sí se fueron de plano hacia el cielo, especialmente los casos de Ahome y Mazatlán, donde las obras de costo y tamaño enormes son el cuerpo central del plan.
Por cierto que en el caso de Escuinapa, don Bonifacio Bustamante tendría que haberse acordado que “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”. Entender las apreturas económicas no significa renunciar automáticamente a mejorar la calidad de vida de sus paisanos. Los drenajes, aguaspotables y pavimentaciones son una esperanza de muchos que viven en la más absoluta marginación y que no tienen por qué ser condenados a seguir batiendo lodo con los pies durante el resto de sus vidas.
¿DE VERAS IRÁN CONTRA
LAS TARIFAS ELÉCTRICAS?
En Culiacán los dirigentes estatales de los ocho partidos políticos que tienen registro en Sinaloa anunciaron un frente común para luchar por la reducción de tarifas eléctricas en nuestra entidad, que enfrenta diariamente temperaturas que oscilan entre los cuarenta y cincuenta grados centígrados, lo que genera necesidades adicionales en el consumo de electricidad.
Es sin duda una lucha loable. Si algo irrita a las familias sinaloenses en enfrentar el doble reto de una temperatura inclemente y una factura inhumana, emitida por una empresa a la que no le importa la situación de la gente a la que debía servir, ni mucho menos las condiciones de dificultad extrema en que sobrevive.
De paso hay que señalar un elemento desgarrador: una tercera parte de la población del estado enfrenta dificultades para salir adelante con el día a día de su alimentación, advierte el secretario de Desarrollo Social y Humano de Sinaloa, Juan Ernesto Millán Piestch, quien habla de por lo menos unos novecientos mil individuos en esta situación.
La cosa es que los dirigentes de los partidos, como buenos leguleyos, van a empezar por el principio, solicitando una audiencia con la Junta de Gobierno de la CFE, para explicarle las dificultades del clima sinaloense y las mayores dificultades de una parte muy importante de la población para sufragar sus facturas, algunas de las cuales por cierto llegan al absurdo de marcar más de treinta y un mil pesos, a pesar de que corresponden a casas comunes y corrientes, sin grandes instalaciones industriales y sin refrigeración integral.
Las sucesivas juntas de gobierno de la CFE, sus directores y sus verdaderos jefes de la Secretaría de Hacienda saben perfectamente de la situación que nos aqueja. Se les han entregado decenas de estudios demostrativos del impacto del calor y no se han conmovido. Lo más que se ha conseguido, y porque llegó en un momento político muy grave, fue el subsidio que a regañadientes renuevan cada año, y que anualmente también amenazan con retirar “para proteger a la economía nacional de las deformaciones de los subsidios mal entendidos”.
Si los altos burócratas que se empeñan en desaparecernos no sienten la presión de una sociedad movilizada, no van a hacer caso. Y si sienten una movilización efectiva, quién sabe si respondan.
Pero además habrá que preguntarse si el PRI será capaz de rebelarse contra la política económica del gobierno federal; si el PAN tiene deveras propósitos en ese sentido, cuando ni una sola vez intentó en los doce años de sus gobiernos, convencer a sus presidentes; si el PRD… Bueno, el PRD…