EN LA GRILLA

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MARTHA TAMAYO}

*Burgos Marentes critica a la mesa Compromisos por Sinaloa

*Desayuno de unidad, termina en debate Martha-Jorge Abel

*¿Qué hará la Procuraduría tras el asesinato de una madre?

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

Dice Edgardo Burgos, dirigente estatal del PRI, que ni el proceso del 2015, ni la inminente elección de su dirigencia nacional tienen por qué afectar al proceso de negociación entre los partidos con representación en Sinaloa, pero acusa al PRI de estar atorando los temas importantes e introduce un nuevo elemento de debate: la inclusión e los medios informativos en las reuniones de trabajo del Pacto por Sinaloa.

El planteamiento es irreprochable: que los medios informativos sean testigos de lo que ahí se discute, y que se transparente qué partido es el que hace las propuestas y el que verdaderamente intenta resolver los problemas del estado mediante la promoción de reformas importantes, de peso y de gran calado.

Para empezar, descalifica el primer paquete de iniciativas presentado, aunque aclara que las aprecia y las valora. Pero nosotros queríamos más cosas, otras iniciativas que no fueron aceptadas y el PRD quería también otra, para que llegar al Congreso un paquete mucho más sustancioso del que llegó.

Además se queja de que el PRI no envía a gente con nivel de decisión, sino a un funcionario como el director jurídico, y además no acude el coordinador del Grupo Parlamentaria, Jesús Enrique Hernández Chávez, a quien acusa incluso de que estuvo ausente de la última reunión, y al salir se lo encontraron echándose un café en el hotel en que se realizó el encuentro.

Ya entrado en gastos, reclama que la secretaria técnica de la mesa sea Gloria Himelda Félix, a quien por supuesto, manifiesta su respeto y aprecio, pero lamenta que como todos saben, sea militante del Partido Revolucionario Institucional. Creo, sostiene, que ahí se debió haber contratado a una persona de capacidad técnica, con una preparación adecuada para eso (insiste por supuesto en que no descalifica a Gloria Himelda) y sobre todo, a alguien que no estuviese ligado a uno de los partidos, en este caso el Revolucionario Institucional.

Cuando se le pregunta por qué culpa al PRI de que las cosas se estén atorando, si el gobierno del estado es el que lleva la iniciativa, responde con el mismo ejemplo: la incorporación de Gloria Himelda, y luego ironiza: debieron contratar a alguien sin partido, “pero es más fácil entenderse entre priístas”

Luego vuelve a la carga recordando que el PAN propuso que hubiese participación ciudadana en la mesa de compromisos, a través de la incorporación de Coparmex, pero el PRI se negó y no hubo manera de tener ese plus ciudadano. Ahora, indica, vamos a ver qué es lo que considera con la propuesta de franquear la entrada de los periodistas a las sesiones de trabajo.

Si no se quiere que haya transparencia ni participación de la sociedad, advierte, la mesa no tiene razón de ser, para eso está el Congreso, que puede directamente debatir cada uno de los temas y determinar hasta dónde se puede llegar en los temas que la sociedad está esperando.

Con todo, adelanta que no piensa dejar la mesa de negociaciones y que seguirá buscando que haya más propuestas, que se avance todo lo que sea posible para hacer las reformas a que todos se comprometieron, pero que no todos están empujando, especialmente el PRI, que sigue negándose incluso a discutir cosas como la redistritación, porque en opinión de Martha Tamayo es un tema que ya está establecido en la Constitución y su implementación corresponde al INE. Aunque reconoce que en efecto, es algo ya juzgado que la legislación local deberá incorporar obligadamente, indica            que no por ello debe dejar de debatirse.

Hasta el momento las cosas que se han determinado en esa mesa de negociaciones han salido por consenso, pero Burgos Marentes aparece ahora para descalificar el alcance de lo hecho, las decisiones que se han tomado y las perspectivas que se tiene, sobre todo porque dice, debe establecerse una agenda sobre la que se trabaje, para que la mesa alcance las propuestas de gran calado, como la consulta popular y la revocación de mandato.

No le falta razón en algunos reclamos, pero da la impresión de que el dirigente panista sale a litigar en los medios aquello que no ha concretado entro de la mesa. Quizá el PAN necesita tiempo para desahogar sus asuntos internos, y a su manera, provoca los disensos en una mesa que hasta ahora se nos había presentado a los sinaloenses como el ejemplo vivo de la civilidad y la voluntad política.

LA UNIDAD, UN TRABAJO

QUE CUESTA TRABAJO

La dirigente estatal del PRI, Martha Tamayo Morales, sabía que su propósito era difícil: unir a un partido que tiene muchos años dividido y afrontando derrota tras derrota, con sólo dos excepciones resonantes : la alcaldía de Jorge Abel López Sánchez, inesperada hasta por su partido, y la derrota de Alejandro Higuera Osuna a manos de Fernando Pucheta Sánchez, inesperada para el propio Higuera Osuna (la derrota inicial del tres veces exalcalde, ante Jesús Manuel Meléndez Franco, fue cuando el tricolor todavía era opción de triunfo, aunque dentro del mismísimo PRI se apostó en contra).

Todos los asistentes, exalcaldes, exdirigentes, diputados y otros cuadros coincidieron en que se trata de una tarea realizable. Lo mismo personajes de la historia reciente como don Raúl Ledón Márquez o actuales como Fernando Pucheta Sánchez, quienes se manifestaron dispuestos a alcanzar la unidad sumándose a la nueva dirigencia.

Como ha ocurrido desde hace mucho tiempo en el tricolor mazatleco, el punto discordante fue el de Jorge Abel López Sánchez, quien mantiene la animadversión de los demás grupos, que le atribuyen las sucesivas derrotas ocurridas, aunque él tenga a su favor el haber obtenido la alcaldía, como ya se dijo, por única vez por elección entre 1992 y 2014.

El desayuno terminó convertido en un debate civilizado pero intenso entre Marthas Tamayo y López Sánchez. El exalcalde advirtió que en efecto, la nueva dirigencia debería salir del consenso, pero no de una unidad impuesta, además de plantear la necesidad de que el nuevo dirigente fuese una persona neutral, que no pertenezca a ninguno de los grupos y sobre todo que no tenga interés en ser candidato ni a diputado federal, ni a alcalde, ni a diputado local o a regidor, para que se dedique a dirigir el partido de la manera más adecuada.

La respuesta no pasó inadvertida para la asistencia. La dirigente estatal advirtió que le hubiera gustado escuchar esos condicionamientos hace algunos meses, cuando aunque no lo dijo, todos sabían que Maribel Chollet, que entonces estaba en ese grupo político, era dirigente del partido, de donde salió precisamente para ser candidata a la diputación loca, dándose el lujo de escoger el distrito por el que contendería.

Lo que sí le dijo fue que de ninguna manera podría ser alguien que no pertenezca a un grupo, pues necesariamente tendría que ser priísta y ello implica pertenecer a alguna de las corrientes.

Al final no parece haber más novedad. Se volverán a pulsar fuerzas entre la corriente jorgeabelista y las demás. A menos que alguno de los lados ceda de aquí a junio, y luego durante el proceso del 2015.

MORIR EN CULIACÁN

Hace algunos años, Chihuahua estuvo en la mira de todo el mundo porque la activista Marisela Escobedo fue asesinada mientras se manifestaba para exigir justicia para su hija asesinada por el marido. Ella misma fue ejecutada a balazos por el propio yerno o sus sicarios ante el estupor del mundo.

Ayer en Culiacán fue asesinada una madre que había participado en manifestaciones para obligar al gobierno a buscar a su hijo desaparecido. Hay versiones que aseveran que ante la falta de resultados, la señora Sandra Luz Hernández emprendió la búsqueda por su propia cuenta. Alguna pista debe haber encontrado, a alguien debió incomodar, pues fue asesinada de quince disparos cuando caminaba por una colonia –la Juárez- de Culiacán.

La saña de la ejecución no deja lugar a dudas. Ni el procurador ni nadie del gabinete podrá argumentar que se trató de una confusión, de un asalto o de un delito cotidiano, mucho menos de haber estado en el sitio equivocado a la hora equivocada.

La señora militaba en el grupo de madres con hijos desaparecidos desde que el 12 de febrero de 2012, se dejara de saber acerca del paradero de su hijo Edgardo García Hernández. Dos años y tres meses en que las acciones de la Procuraduría, si las hubo, no dieron resultado alguno.

Ante esta lamentable experiencia, otra familia que también enfrentó la desaparición de uno de los suyos hizo públicos sus padecimientos, que incluyeron amenazas de quienes debieron hacer justicia.

Es una situación verdaderamente alarmante. Es una muestra de que la reducción de crímenes, importante por sí misma, no es suficiente para que el gobierno se dé por satisfecho. Mientras los grupos delictivos o los delincuentes en particular sigan aplicando su ley impunemente, la justicia sinaloense, como la mexicana en general, se encontrarán bajo sospecha.