*La mano dura para semana santa
*Felton se la juega con el par vial
*Se quieren acabar la jubilación
FRANCISCO CHIQUETE
Mano dura pidió el gobernador Mario López Valdez para estos días de semana santa. No es gratuito. Ha habido en casi todas las plazas algunos indicativos que hacen temer expresiones delictivas que si bien no llegarían a ser de niveles de gravedad, por el despliegue policíaco que se tiene programado, sí generaría problemas en el manejo de los espacios más concurridos.
Lo primero que deben hacer los alcaldes a través de sus equipos de trabajo en seguridad, es controlar a los jóvenes buchones y sus imitadores, que no sólo en Mazatlán propician problemas con los bloqueos de calles muy concurridas, sino que también se constituyen en una amenaza en las playas a las que van cientos, miles de familias a acampar por varios días, como es tradición en los municipios del norte y el centro-norte.
Mazatlán, como se sabe, está tomando medidas en ese sentido. Las acciones preparadas para la zona dorada llevan el propósito de ahogar a los buchones e imitadores (no en el mar, por supuesto) en un tráfico fluido que los obligue a seguir adelante, o buscar un espacio diferente para su muy particular forma de disfrutar las vacaciones de primavera.
El par vial es una apuesta arriesgada del alcalde. La prueba piloto no resultó todo lo exitosa que se hubiera deseado, pues aunque hubo fluidez en el tráfico, en contrapartida hubo mucha gente afectada y molesta, además que ese día (hace una semana) todavía no se tenían ni los asomos del intenso tráfico vehicular que se dejará sentir cuando ya hayan llegado todos los visitantes.
De todos modos, con los ajustes que se hicieron, con la expectativa de que se pueda atravesar al fraccionamiento El Cid en algunas de las entradas que tiene, especialmente la de El Toreo, que siempre se abre por esos días, y la del Sábalo Country, que todavía estaba en situación de promesa. Ello reduce los recorridos.
Como quiera, si no funciona, Felton pagaría un costo político importante, pues fue una decisión que tomó por si mismo y que sólo consensó con los empresarios, a despecho de una sociedad que no se sintió tomada en cuenta.
Si le funciona, en cambio, estará demostrando que sus proyectos tienen un background, que no son meras ocurrencias que imponga. Sería en tal caso, la primera semana santa sin desgarriates en muchos años, la primera desde que los juniors y narcojuniors de Culiacán descubrieron que venir a Mazatlán a hacer sus desgarriates no sólo era cool, sino impune.
Por lo pronto la buena noticia es que el nivel de reservaciones hoteleras se ha mantenido, que se cuenta con la certeza de que la hotelería estará totalmente llena durante la segunda parte de la semana santa y que la de Pascua será también muy buena, aunque eso se ha logrado repetidamente desde que se pegaron pascua y la semana de la moto.
Aunque sí hay una mayor demanda en este año, nos comentó un hotelero, la verdadera prueba para Mazatlán viene después, en la segunda parte de abril y el bimestre maldito que conforman mayo y junio, que durante mucho tiempo se han constituido en la temporada de piojillo para la industria hotelera y las demás actividades conexas.
¿Y QUÉ PASÓ CON LOS
SPRINGBREAKERS?
A estas alturas nadie los recuerda o nadie los quiere recordar, pero los jóvenes que en los ochentas conocimos como los college tours, y luego se popularizaron en el mundo como los springbreakers, eran una aportación muy importante para el turismo en Mazatlán, y hoy no tenemos absolutamente nada.
Por alguna extraña razón, ni la Secretaría de Turismo, ni los turisteros, han tenido una iniciativa para buscar el regreso de este segmento, que si bien en un principio era rechazado y satanizado por los dueños de los hoteles, a causa de sus desmanes y daños, al final se convirtieron en un segmento apetitoso que todos los destinos turísticos se están disputando, incluyendo los de gran turismo, como Cancún y Los Cabos, donde antes no los aceptaban; ni siquiera permitían que los mencionaran.
Estos grupos han sido de singular importancia porque constituyen no sólo un ingreso inmediato, sino la expectativa de contar con visitantes cautivos para el futuro. Durante mucho tiempo los que originalmente vinieron como estudiantes desmadrosos, regresaban como lunamieleros o como padres de familia deseosos de revivir aquellos tiempos de rebeldía y libertad, aunque fuera viendo los lugares en que se armaban los bailes, los concursos de camisetas mojadas y demás actividades. Fue así como nos hicimos de los mercados californianos e incluso de Washington, con una fuerte presencia en Seattle y la costa suroeste de Canadá.
Pero entre 1998 y 2010 los tratamos con la punta del pie. La política moralina y persecutoria de Alejandro Higuera en sus tres trienios consiguió alejarlos con más efectividad que las propias advertencias de inseguridad que lanzaba el Departamento de Estado norteamericano. Hoy Mazatlán está totalmente fuera de ese mercado y no hay nadie que se preocupe por tratar de conseguirlo de nuevo.
SE LA QUIEREN ACABAR
En la Universidad Autónoma de Sinaloa parecen empeñados en acabarse la prestación de la jubilación dinámica, que se ha sostenido contra viento y marea, a pesar de la oposición del gobierno federal, que la quiere ver desaparecer de ésta y todas las universidades que la aplican.
En la búsqueda de soluciones para evitar el problema, se creó un Fideicomiso que capitalizaría aportaciones de los trabajadores, de la propia Universidad, y de ser posible, del gobierno. Pero resulta que un grupo de trabajadores jubilados dijo que no quería aportar, se amparó y consiguió una suspensión definitiva de parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así que ya no se les pueden hacer los descuentos.
Cada quien está en su derecho de defender lo que considera justo, sobre todo cuando se trata de su bolsillo, pero si ese descuento les garantiza la continuidad de una prestación como esa, no se ve muy inteligente ponerla en riesgo, sobre todo cuando la UAS les ha compensado muchos años con la absorción de los impuestos del trabajador y los costos de la previsión social.
Si usted se va a hacer una revisión caso por caso de los que se opusieron, verá que prácticamente todos tuvieron en su desempeño profesional de 24 0 25 años, becas para realizar estudios que luego les redundaron en mejores ingresos; años sabáticos que muy pocos justificaron porque para casi todos se trata en realidad de un año de vacaciones, y otras suspensiones que redujeron sustancialmente su vida laboral efectiva.
A pesar de ello, se niegan a seguir colaborando.
Tienen por supuesto una explicación política para ello: la administración, dicen, está quedándose con las aportaciones y con ello financian las actividades partidistas del exrector Héctor Melesio Cuen Ojeda. Cada vez que aparece la acusación, se ofrecen los documentos para probar que no es así, que incluso técnicamente es algo imposible de hacer.
Vamos a suponer que existiese esa posibilidad: ¿no tienen capacidad los maestros jubilados de la UAS para defender jurídicamente el manejo limpio y justo del fondo? ¿No tienen capacidad para darle seguimiento a través de las herramientas legales que ahora existen? Que les birlen las cuotas sindicales a gremios donde no hay educación suficiente, donde los afectados apenas si tienen tiempo de respirar porque el trabajo es intenso y pesado, es algo normal, pero que los doctores, másters y licenciados que tuvieron en sus manos la formación académica de miles de universitarios es vergonzoso. Es una declaratoria de incapacidad profesional.