*Pablo Andrés Hernández, bajo investigación
*Desde el principio se culpó a la municipal
*¿Quiénes ahorran con la tenencia vehicular?
FRANCISCO CHIQUETE
Finalmente se abrió el ostión. Casi sin venir a cuento, el procurador general de Justicia del Estado, Marco Antonio Higuera Gómez dio a conocer las cusas de la separación del anterior secretario de Seguridad Pública Municipal, Pablo Andrés Hernández Lizárraga: hay una investigación derivada de detenciones, que presuntamente lo ligan con el grupo delictivo que encabezaba Joaquín El Chapo Guzmán.
Por ese motivo, Hernández Lizárraga será separado también de la Policía Ministerial del Estado, de donde fue traído a la SSPM de Mazatlán. En realidad, de acuerdo con lo dicho por Higuera Gómez, son indicios. O no tienen, o no quiso dar a conocer nada concreto, lo que usualmente se hace para no entorpecer las averiguaciones.
Imagínese usted el tamaño del problema que se tenía en Mazatlán, justo cuando se estaba avanzando de manera tan importante en el combate a la inseguridad derivada de la presencia del crimen organizado.
Según los retazos que soltó el procurador, algunos detenidos dieron datos sobre esa presunta vinculación. De acuerdo con el ritmo de los acontecimientos, uno puede inferir que se trata de los detenidos tras la balacera en que perdieron la vida dos agentes de la Policía Ministerial del Estado, el jueves de la semana pasada.
Sin embargo, inmediatamente después de la detención del Chapo Guzmán, en la ciudad de México aparecieron versiones sobre una presunta protección de la Policía Municipal de Mazatlán con el grupo de Guzmán Loera. El comentario apareció como derivado de las declaraciones iniciales de uno de los dos detenidos aquella mañana en la torre Miramar de Mazatlán, pero sin especificaciones, sólo anunciando que jhabrá una mayor investigación en las corporaciones policíacas.
Incluso en el primer paquete informativo que las autoridades dieron a los medios en una especie de filtración, o de comentarios colaterales, se asevera que desde la parte trasera del departamento en que detuvieron a Guzmán, se veía el edificio de la Policía Municipal de Mazatlán. El dato estaba equivocado: lo que se ve desde ahí es la base de la Policía Ministerial del Estado, pero como que ya traían fija en la mente, la figura de la Municipal.
El sábado anterior -22 de marzo- el gobernador Mario López Valdez, como ya se narró, llegó al Centro de Convenciones y se apartó de la bola para platicar con el alcalde Carlos Eduardo Felton González. Pese a la medida preventiva, se supo de inmediato que traía la orden de separar de la policía al comandante Pablo Andrés Hernández Lizárraga, con la recomendación imperativa de que se hiciese inmediatamente, pese a las reticencias del propio Felton, quien seguramente ni idea tenía de lo que estaba detrás de esta instrucción.
De salida, y con la información corriendo de boca en boca, el afectado alcanzó a decir que después haría declaraciones, pero no alcanzó para tanto. Lo concentraron inmediatamente en Culiacán, son que hasta ayer se supiese nada de él.
Formalmente no está ni detenido ni sujeto a proceso, aunque el procurador sí habla de investigaciones. Podría ser que no fuese él el directamente involucrado, sino una víctima de lo que ocurrió a su alrededor, pero cualquier cosa es especulación en tanto no se den a conocer datos precisos, que los habrá seguramente cuando avance la depuración que el procurador anunció y que se practicará, dijo, en todas las corporaciones.
Aquí el problema es que si se le llega a comprobar algo a Pablo Andrés, no se puede responsabilizar al pasado o a alguna otra instancia. Proviene del programa del Mando Único, y deben haberle tenido mucha confianza como para mandarlo como secretario a Mazatlán, que no sólo es la joya de la corona, como tanto se insiste, sino que además es la zona del estado donde mejores resultados se había tenido en la lucha contra la inseguridad, y por si fuera poco, era la tierra natal del funcionario, algo que no se hace frecuentemente, sobre todo en el ambiente policial.
A DÓNDE VAN A DAR
LOS SUBSIDIOS
Más a modo de queja amarga que de chascarrillo, el subsecretario de ingresos del gobierno del estado, Clodomiro Espinoza dio a conocer un dato muy llamativo en torno al subsidio de la tenencia vehicular: una señora, por cierto muy internada en la tercera edad -89 años- fue e hizo a tiempo su trámite con la tenencia vehicular, que por supuesto se ahorró.
Se trata nada menos que de un lamborghini, auto europeo que tiene un costo de millón y medio de pesos y que, de acuerdo con las tablas correspondientes, debería pagar 273 mil pesos de tenencia, como lo publicó el portal cafénegro.
El asunto de la tenencia tiene muchas aristas. Es seguramente uno de los impuestos más odiados, a pesar de que no es para todos, sólo para los propietarios de vehículos. Uno de los motivos es que nació con etiqueta de “temporal”, para financiar los Juegos Olímpicos que organizó la Ciudad de México en el año de 1968. Han pasado cuarenta y seis años de ese evento, y los mexicanos seguimos pagando el gravamen.
Ante las presiones de la sociedad, y particularmente de los actores políticos que se han sucedido en el papel de opositores, al gobierno federal no le quedó más remedio que empezar a ceder. Felipe Calderón hizo una buena jugada: desincorporó a la tenencia del catálogo de impuestos federales, y dejó en manos de los estados la posibilidad de cobrarla o no, pero con muchos amarres para que no la hiciesen desaparecer.
Mario López Valdez vio ahí una gran posibilidad y propuso eliminar la tenencia. Ganó la elección y se dispuso a cumplir el compromiso. El caso es que a la hora de hacer cuentas, se vio que el estado perdería más de quinientos millones de pesos, de modo que redujo el panorama a las personas físicas, bajo ciertas condiciones, de modo que la pérdida se limite a trescientos millones de pesos anuales.
Como hay que mostrarle al gobierno federal que el impuesto sigue, pues en ello van participaciones y otras ventajas importantes, se deben invertir trescientos millones o una cantidad cercana.
El problema es que ese subsidio sale indiscriminadamente, tan indiscriminadamente, que va a dar a casos como el de la afortunada anciana que tiene registrado a su nombre el lamborghini, como lo tiene Kim Kardashian, el rapero 50 cents, Jean Claude Van Damme, y otros artistas, deportistas y socialités que a diferencia de la señora de Culiacán, pagan o dejan de pagar sus impuestos en otra parte que no es Sinaloa.