*¿No le pasó nada al operativo de seguridad?
*Para Martha Tamayo está bien la prohibición
*Relevo en la vicerrectoría de la UAS Zona Sur
FRANCISCO CHIQUETE
Una organización espléndida, un resultado espectacular, un operativo intenso y un público inagotable en cada uno de los eventos programados. El carnaval de Mazatlán tuvo además una proyección que no había tenido, en noticieros internacionales que no suelen venir por esta parte del país si no es por algún acontecimiento policíaco de gran trascendencia.
Lástima por el crimen de la Plazuela Machado. Lástima por la vida de esa muchacha de treinta años, madre de dos hijos que murió en una acción irracional de un enajenado que se sintió dueño de destinos.
Si la muchacha perdió la vida en ese lugar, su familia y la sociedad murieron un poco también ante la actitud de las autoridades: primero la negativa. Para controlar los daños, el gobierno municipal convocó a una conferencia de prensa en la que doña Rosario Torres Noriega, secretaria del ayuntamiento, dijo que se trató de un hecho aislado que no descalifica al operativo que se armó y que se reforzarían las acciones para garantizar la seguridad de quienes siguiesen asistiendo al carnaval.
Sostuvo letra por letra que hay seguridad y que la gente puede salir a divertirse sin temor. Eso precisamente fue lo que hizo Azucena Pacheco: confiar en el operativo de seguridad tan intenso que se anunció, que se desplegó y que al final no tuvo la capacidad de evitar un crimen como el que la desapareció de este mundo.
El secretario de Turismo, Frank Manuel Córdova Celaya dijo con frialdad técnica que no se puede garantizar al cien por ciento la seguridad de todos los asistentes a estos eventos. Debe saberlo, habiendo sido secretario de Seguridad Pública en nuestra entidad. Eso, por extensión, significa que cuando estaba en esa responsabilidad, tampoco tenía aspiración siquiera de garantizar la seguridad de los sinaloenses en un cien por ciento.
Pero el colofón, nada brillante por cierto, es que ninguna de las autoridades se refirió a la víctima. De pasada, el alcalde Carlos Felton lamentó la muerte de una señora en la Plazuela Machado, pero su centro estaba en la imagen de Mazatlán, tanto, que dejó de lado el aspecto humano, la pérdida de esta joven madre de familia, para anunciar que asistiría él mismo a la Machado y a Olas Altas, para demostrar que sí había seguridad.
La hubo por supuesto. Ya no pasó nada, aunque difícilmente podía pasarle al alcalde con el anillo de seguridad que le acompaña y que ciertamente le es aplicado por protocolo, no por decisión propia.
Ninguna autoridad se ha acercado a nosotros a informarnos cómo van las investigaciones, qué se ha hecho, lamentó un familiar de la víctima.
Ese es el drama: una vez transcurrido el hecho, la víctima pasa a un último plano, o definitivamente se le desecha. Tiene más garantías el criminal, a quien hay que observarle un debido proceso y garantizar su vida, su integridad y sus derechos, lo que no es malo en si mismo, sólo en contraste con el olvido a la víctima.
Casos como éstos debiera atraerlos de oficio la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
UN PEQUEÑO ANTECEDENTE
El viernes, circulando entre la Ley del Mar y el ICO, me llamó la atención que afuera de un negocio de aceros y perfiles estuviesen apostados dos encapuchados, armados y uniformados. Su actitud no era la de policías que asisten a atender un robo u otro hecho delictivo, de modo que de inmediato apareció la idea de que ya el operativo carnavalero estaba en operación. Y así fue: el resto del día y de los días siguientes las patrullas se cruzaban unas con otras en las principales arterias de la ciudad y los eventos del carnaval eran rodeados con un amplio despliegue policial.
La mañana del domingo, apenas después de las seis, los habitantes del Infonavit Playas escuchamos con claridad la detonación de un arma. Siete disparos secos, imponentes que salieron con prisa, pero perfectamente diferenciados uno del otro. Nos quedamos en suspenso, a la caza de nuevos detalles que nos ilustraran sobre el acontecimiento. No pasó nada. Los camiones urbanos siguieron circulando, lo mismo que los vehículos particulares, que no eran muchos, de modo que habrían permitido escuchar cualquier movimiento extraordinario.
Quince minutos después fue una ráfaga prolongada. Era notoria la diferencia en el ritmo, era otra arma, cuyos poderosos estruendos causan zozobra al más prevenido el escaso movimiento del barrio se detuvo. Los comercios entraron en un silencio absoluto y otra vez entramos en un periodo de espera. Por supuesto, esperábamos que al menos apareciera en el horizonte el ulular de las patrullas. Nosotros no supimos de dónde vendrían los disparos, pero con la distribución de elementos policíacos que había en la ciudad, algún patrullero, algún operativo de esos de tres o seis unidades tenía que haberse dado cuenta, movilizarse a investigar, abrir sirenas al menos para provocar la huida de los gatilleros. Esperanza inútil, como cantaba Daniel Santos. No hubo la menor reacción.
Los que escuchamos, que fuimos muchos a juzgar por los comentarios de media mañana, nos quedamos con la doble zozobra de saber que había por ahí gente con esa capacidad de disparos; y la de saber que bien podían las ráfagas haberse multiplicado, sin provocar la menor reacción de las autoridades. -Es que los policías estaban ocupados cuidándolos, aventuró algún vecino; -es que a la mejor eran ellos mismos, que se pusieron alegres, concluyó otro.
¡ASÚSTATE! DICE DOÑA MARTHA
QUE EL GOBIERNO TENÍA DERECHO
Doña Martha Sofía Tamayo Morales, presidenta del PRI en Sinaloa está muy convencida del papel institucional, equilibrado y cercano que debe mantener respecto del gobierno del estado, alejada de los meses delirantes en que el tricolor anduvo al garete, como radicalizado opositor verbal del gobierno de Mario López Valdez.
Eso se entiende perfectamente, pero torcer hasta las más elementales teorías del derecho para quedar bien con un régimen que no necesita esas defensas y al que más le servirían análisis claros y eficaces que los respaldos sin ton ni son como el recibido de doña Martha.
A propósito de los desatinos policiales que intentaron detener la segunda Chapomarcha el domingo, la presidenta del PRI sostuvo que la autoridad estaba en todo su derecho de impedir que se realizara la marcha en apoyo a alguien que está fuera de la ley.
La señora Tamayo no es ninguna improvisada en cuestiones de derecho: fue presidenta del Tribunal Estatal de lo Contencioso Administrativo; fue presidenta de la Comisión de Justicia Partidaria del CEN del PRI. Con esos antecedentes debe saber de lo que habla.
Pero entonces ¿dónde dice que los mexicanos tenemos derecho a la libre expresión de nuestras ideas, pero siempre y cuando éstas sean políticamente correctas?
Nadie en su sano juicio puede estar del lado de esos manifestantes, pero preocupa que una exsenadora de la República de quien se asevera será diputada federal en el 2015, conceda a la autoridad –a cualesquiera autoridad- el derecho a decidir qué manifestación está dentro de los temas permitidos y cuáles no.
En este caso no tiene pierde: seguramente habrá coincidencias mayoritarias en que la posición es inadecuada, aunque ello no dé el derecho para impedir la manifestación. Pero ¿y si más adelante la autoridad, cualquiera que ésta sea, ve con malos ojos que los ciudadanos se manifiesten a favor de una reexpropiación petrolera? ¿O de alguna sanción para los gobernantes incumplidos? ¿Tendrá derecho el gobierno a decidir que no son temas válidos, si así les parece a los titulares?
¿Y si de repente doña Martha llegara a gobernadora por la vía digital? ¿o a alcaldesa culiche (nació mazatleca, pero les aseguro que es allá donde ha hecho su carrera)?
¿Dónde habrá estudiado derecho? ¿En la libre?
Más acertado, Jesús Enrique Hernández Chávez emitió un posicionamiento del Congreso del Estado, en que se exige una investigación a fondo de los acontecimientos surgidos en torno de la chapomarcha. Si se conculcaron los derechos a la manifestación de esos ciudadanos; si se trató indebidamente a los elementos de la prensa; si hubo disparos y si hay elementos para sancionar a los responsables.
COMPROMISOS
POR SINALOA
-Esta mañana, el secretario general de gobierno, Gerardo Vargas Landeros, estará en Mazatlán para convocar personalmente a la participación en el Foro de Compromisos por Sinaloa. El primero se desarrolló ya en la ciudad de Los Mochis; el segundo será este día ocho en Culiacán, y el tercero Vargas Landeros es el responsable de esta mesa y busca reunir una participación nutrida que enriquezca los acuerdos a que por sí mismos puedan llegar los partidos políticos.
Es una oportunidad única en que las ocho dirigencias estarán en la necesidad y obligación de escuchar lo que quieran decir los ciudadanos, y hasta han ofrecido tomar muy en cuenta las aportaciones de académicos, especialistas, interesados, que lleguen con sus ponencias. El propio gobierno del estado compromete su voluntad en ese interés.
Por supuesto, está también la gran posibilidad para el propio Gerardo Vargas de convertirse en un actor político de mayores profundidades que las que puedan otorgar sus acciones como bombero político en el régimen, siempre satisfactorias porque dan fuerza y poder, pero que dan poca oportunidad de vestirse suficientemente para una contienda en la que hay figuras muy pesadas.
Ya comentaremos en nuestra entrega de mañana.
RELEVO EN LA UAS
También hoy, a las doce treinta del día, el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Juan Eulogio Guerra Liera, viene a tomar la protesta al nuevo vicerrector en la zona sur, Miguel Ángel Díaz Quintero, quien recientemente fue electo en el Consejo Universitario.
Guerra Liera dio posesión ayer a los demás vicerrectores. Empezó en la revión centro, donde entró José de Jesús Zazueta Morales, en sustitución de Javier Nicolás Félix Rivas. Luego estuvo en la unidad centro-norte, con sede Guamúchil, en donde tomó la protesta a Aarón Pérez Sánchez, quien sustituye a Oscar Octavio Pérez Camacho. Finalmente hizo lo propio en la unidad norte, donde el nuevo titular es Benjamín Castañeda Cortés; el anterior era Reyes de Jesús Cárdenas Félix.
En Mazatlán, como se sabe, la rectoría estuvo a cargo, durante los últimos nueve años y medio, del maestro en ciencias Rafael Mendoza, a quien el propio Guerra Liera hizo un reconocimiento diciéndole que podía dejar tranquilo el puesto, gracias a los resultados obtenidos tanto durante los cuatro años de su periodo inicial, como en los cinco y medio en que fungió como encargado de la representación.