*Elecciones en sindicaturas y comisarías
*EL misterioso caso de las nuevas chapas
*Felton como Salinas, ni los ve ni los oye
FRANCISCO CHIQUETE
Sin muchos vericuetos, el ayuntamiento mazatleco lanzó la convocatoria para elegir síndicos y comisarios, en un plebiscito con formato de elección que se realizará el 23 de marzo.
Contra la posición que han asumido otros alcaldes que ya lanzaron el proceso, Felton reconoció que los candidatos contarán con el apoyo de los partidos políticos “como siempre se ha hecho”, utilizando colores en lugar de los logotipos. Es, en efecto, la fórmula que siempre se aplica, aunque la ley es muy clara en el señalamiento de que el plebiscito se realizará bajo una modalidad ciudadana, en la que no pueden participar directamente los partidos.
Es una disposición absurda por supuesto. Los partidos son los que tienen estructura para competir, para promover el voto entre simpatizantes, y pretender evitar su participación es ir contra la naturaleza misma de cualquier proceso electoral, por más modesto que sea.
En el colmo de la hipocresía, el PAN había dicho que no participaría en este proceso, y exigía que los demás partidos tampoco lo hicieran. Es evidente que de ningún modo van a renunciar a esa competencia; ni la anterior dirigencia, que fue la que hizo la declaración, un mucho menos la actual, que tendrá la responsabilidad de obtener o ampliar la representación actual.
En el PRI tendrán mucho trabajo para retener las sindicaturas que ganaron hace tres años. La dirigente Maribel Chollet está sumamente desgastada, enfrentada a las demás corrientes de su partido y con la idea de que se va del propio PRI en cualquier momento.
Aunque la dirigencia estatal tiene contemplada la designación de un delegado que ponga orden, que gobierne al priísmo, no será fácil para nadie. Los enfrentamientos han estado a la orden del día y hay además una gran insatisfacción con el grupo que na estado en el poder, donde además los dos aspirantes visibles del jorgeabelismo presentan grandes debilidades de las que sus rivales podrían sacar provecho.
El alcalde se compromete públicamente a no involucrarse en el proceso, a no dejar que intervengan los funcionarios de su equipo y a integrar une especie de colegio electoral que sea absolutamente imparcial, Ese es su papel legal y qué bueno que haya un compromiso público en ese sentido.
Sin embargo, como cualquier elección de cualquier nivel, este proceso se convierte en una especie de referéndum tempranero, que ratifique o quite parte de la confianza que el electorado dio a Felton el pasado siete de julio, pero que por el calendario oficial, apenas desde hace mes y medio está empezando a tomar forma.
Felton está teniendo problemas con el impuesto predial, pero éste no parece ser un tema que impacte directamente a los habitantes de la zona rural, de manera que si bien puede tener un efecto mediático, quizá no sea definitivo. Por lo demás, aunque su compromiso es no intervenir, el resultado que obtenga su partido le será directamente atribuido.
Una ventaja que tiene Felton es que procede de la alcaldía central, de manera que no está exigido a ganar algún sitio en particular, como le ocurría a Alejandro Higuera, quien siempre estaba en la obligación de ganar su lugar natal, La Noria, y en alguna de las ocasiones llegó a perderla.
EL REVELADOR CASO
DE LAS NUEVAS LLAVES
Un sentimiento de enojo recorre a los dirigentes pasados y simpatizantes de esa corriente y por supuesto, del higuerismo. No se trata de que finalmente se les haya desplazado de la dirigencia, ni mucho menos que vean menos posibilidades de acaparar las dos candidaturas legislativas del año próximo o las rurales del siguiente mes.
Lo que pasa es que el nuevo dirigente, Arturo García Canizales, al grito de “hombre precavido vale por dos”, mandó por un cerrajero y cambió las llaves (parece que hasta las chapas) del edificio en que opera Acción Nacional.
García Canizales no está equivocado cuando clama que un cambio de llaves es lo más normal cuando se produce un relevo como el que ocurrió en Acción Nacional, que no constituye una agresión para nadie ni mucho menos. Es un proceso normal que no lleva mensaje para nadie, dice el nuevo dirigente.
Es, en efecto, un asunto común y corriente en todos los relevos, pero en este caso es una muestra absoluta y definitiva de desconfianza. Si ustedes sucedieron a su hermano más querido en la conducción de la casa familiar ¿cambiarían de llave? Bueno, hay que reconocer que los anteriores dirigentes no son los hermanos más queridos de los actuales.
EL SALINIMO ENTRA A
LA BRONCA DEL PREDIAL
El Parlamento Ciudadano acudió en su realidad a la manifestación en contra del impuesto predial movilizando a unos cuantos ciudadanos. Como de costumbre, eran más los generales que la tropa, pero estuvieron ahí. La que no estuvo fue la autoridad, que insiste en mantener la misma actitud del principio: aquella máxima del presidente Carlos Salinas de Gortari a propópsito del PRD y la izquierda en general: “ni los veo ni los oigo”.
De todos modos, no pierden el entusiasmo y anuncian que para el lunes estarán de nueva cuenta en el palacio municipal, para expresar el sentir de los ciudadanos respecto de la manera en que se les está cobrando el impuesto predial.
¿Qué es lo que lleva a una autoridad, sobre todo a una autoridad recién encumbrada, sin problemas de oposición política ni mucho menos partidista a la vista? Hablar de que la protesta se está politizando es desconocer la naturaleza misma de la inconformidad social, se trata de ver fantasmas donde ni siquiera ha habido escenas de miedo.
Lo único que ha cambiado hasta ahora es el anuncio hecho por el delegado de Catastro en el sentido de que habrá personal para hacer las revisiones físicas en aquellos lugares donde haya cobros bajo sospecha de error. ¿No podían haberlo hecho desde el principio? ¿Es tan difícil tratar de dar satisfacción a la comunidad?
ÉL NO ES
A propósito del Parlamento Ciudadano, e la entrega de ayer incluimos entre la lista de cuadros participantes al doctor Julio LemmenMeyer González, quien nos aclara que no forma parte de esta organización ni mucho menos está instando a la gente a que se movilice o a paralizar alguna acción del gobierno. No sólo eso: LemmenMeyer se pregunta ¿con qué propósitos lo ponemos como parte de eso?
Evidentemente fue un error de apreciación. Si el doctor no participó en las reuniones como creíamos, si no está en alguna de las fotos, no tenemos derecho ni a atribuirle alguna militancia ni a despertar su sospechosismo. Después de todo, él no ha hecho nada. Nada.