*Fortalece el PRD su relación con López Valdez
*Siguen PAN y MC en la normalización de trato
*El general Moisés Melo García no será secretario
FRANCISCO CHIQUETE
Jesús Zambrano Grijalva, dirigente nacional del PRD vino a Sinaloa a ratificar las condiciones del convenio político que dio nacimiento a la alianza electoral del 2010. Su presencia y la de todo el aparato perredista en Sinaloa vino a disipar los barruntos de enfrentamiento que se habían generado entre ese partido y el gobernador Mario López Valdez, después de la elección de julio del 2013.
Es cierto que fueron barruntos ligeros y hasta pasajeros, pero estuvieron ahí en el ánimo de la dirigencia local, más dolida que los propios panistas por la derrota recibida en Ahome, por mil quinientos votos de ventaja para el candidato del PRI.
En realidad Heriberto Arias Suárez, el dirigente estatal, ya había dado su brazo a torcer unos días antes, y uno tiene derecho a pensar que fue precisamente por indicaciones de Chucho Zambrano, quien ya tendría planeado venir.
La posición del dirigente nacional es curiosa, porque viene a ratificar la alianza con el gobierno de López Valdez, invocando un decálogo del que no se volvió a hablar a lo largo de estos tres años de gobierno, y no sólo por reticencia del gobernador, sino por la zona de confort en que se encontraba el perredismo con el número de puestos, entre importantes, medianos y pequeñlos, que sus militantes detentaban. ¿Para qué moverle?
Los compromisos por otra parte, eran tan etéreos que nadie puede reclamar incumplimientos: pluralidad, acciones favorables a toda la población, especialmente la más desprotegida, cosas en fin que están en los principios declarados y siempre reiterados de todo gobierno y de todo partido político.
Llama la atención que Zambrano reitere su disposición a mantener y hasta a reeditar las alianzas, se entiende que con el PAN, asociación que generó la victoria electoral del 2010, cuando sus socios principales, los panistas, acaban de advertir que no ls gusta más este tipo de participación política.
Después que Edgardo Burgos Marentes, el presidente estatal del PAN se pronunció contra las alianzas, el gobernador le hizo si no un reclamo, sí un llamado de atención: si solos les va mejor que en alianza, adelante, les dijo, y recordó que en 2010 alcanzaron nueve ayuntamientos y 17 diputaciones locales, el resultado más importante a lo largo de la historia. Y eso que no incluyó en el listado, suponemos que por obvia, la conquista conjunta de la gubernatura sinaloense.
En cambio para el PRD las cuentas no son necesariamente las mejores: cuando competía por si mismo, llegó a tener hasta cinco diputados locales y dos ayuntamientos. A partir de las asociaciones con el PAN, la representación en el Congreso ha sido de sólo dos curules, y ha sido rebasado por otras fuerzas emergentes, como en su momento fue el Partido Nueva Alianza y hoy el Partido Sinaloense, sobre todo este último, que sin necesidad de aliarse con alguna otra fuerza política, consiguió tres curules, y la cuarta se le quedó a unas cuantas décimas de punto porcentual de la votación total.
Por lo demás, dentro de las filas del perredismo hay una cantidad importante de cuadros que están contra las alianzas, incluso siendo beneficiarios directos de éstas, pero esas opiniones no fueron consideradas por Zambrano Grijalva, quien simplemente vino y planteó sus preferencias políticas.
Quizá el dirigente nacional esté previendo que en lo sucesivo, a partir de la existencia legal de Morena –el partido de López Obrador- ya no le alcance para reeditar viejas glorias en solitario, por más modestas que esas glorias hubiesen sido.
Al final se pregunta uno si esta ratificación de la alianza servirá para algo derivado de los cambios recientes en las dependencias estatales. No que les devuelvan la dirección de Conalep, por supuesto (en todo caso ya el gobernador ofreció chamba para el despedido Ildefonso Medina). Lo fuerte en realidad está en el futuro del diputado Ramón Lucas Lizárraga, quien estaba siendo investigado por la Unidad de Transparencia y Rendición de Cuentas, al encontrarse irregularidades en la administración que él encabezó durante poco más de dos añlos en los Conaleps.
¿Vino Zambrano por el perdón de Ramón Lucas Lizárraga, o lo va a dejar solo ante el proceloso mar de las investigaciones?
POLÍTICA POR NOTA:
SIGUEN PAN Y MC
El gobernador López Valdez se ha caracterizado por manejar la política o por lo menos la política partidista, con una habilidad que le reconocen Tirios y Troyanos.
Como se ha advertido ya, en el PRI no hay un grupo importante que se oponga a sus propuestas ni a sus líneas de acción. Es cierto que no llegó a la dirigencia ninguno de los aspirantes que eran realmente cercanos a él, pero Martha Tamayo Morales no tiene el menor interés en ejercer una postura de oposición ni mucho menos. No se diga la bancada tricolor en el Congreso.
En el PAN las cosas han sido tropezadas y jaloneadas, pero a la hora buena, Edgardo Burgos ha debido comerse sus palabras y jalar con la institucionalidad. Y por si fuera poco, dentro de las filas, especialmente entre cuadros destacados, hay muchos que están dispuestos a ser la mano que saca las castañas del fuego.
Para evitarse nuevos jaloneos, el gobernador se ha propuesto repetir con el PAN y con Movimiento Ciudadano la misma ratificación de compromisos, lo que nos autoriza a esperar que en un plazo razonable venga Gustavo Madero Muñoz a disipar aquellos polvos de la tormenta de arena anunciada por Burgos y ratificada por el propio sobrino nieto del prócer de la Revolución. Y en una de esas hasta viene Dante Delgado Ranauro para alinear de una vez por todas a Mario Ímaz.
UNA COORDINACIÓN PARA
EL GENERAL MOISÉS MELO
De repente se empezó a correr la versión de que el general Moisés Melo García, recientemente jubilado del Ejército, sería el nuevo secretario de Seguridad Pública. En realidad era sólo una especulación que fue atajada personalmente por el gobernador López Valdez en persona.
A partir de marzo, Melo García será coordinador general de Seguridad Pública, un cargo nuevo en que se busca aprovechar la experiencia del militar y la aceptación que tiene en los diversos sectores de la entidad, de acuerdo con la descripción hecha por Malova.
Es la segunda vez que un jefe militar es elemento para desplazar al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Castro. El primero fue el vicealmirante Héctor Alberto Mucharraz, quien también fue jubilado cuando se encontraba en el mando regional de la Marina Armada de México.
La contratación de Mucharraz Brambila generó una gran expectación, pues además la secretaría de Seguridad Pública estaba técnicamente acéfala. García Castro había sido puesto al frente de la dependencia desde que Frank Córdova fue inopinadamente enviado a la Secretaría de Turismo del Estado, pero su estatus era de encargado, no de secretario.
Pero no se concretó. Mucharraz fue a una subsecretaría de Estudios y Proyectos de la SSP, donde ha permanecido haciendo más bien trabajo organizativo que de campo, como se pudo haber esperado por la actividad previa.
Hoy el general Melo está destinado a una coordinación general que probablemente tenga mucho más de acción que de planeación. Como quiera, se advierte un equipo de alto nivel que se sigue haciendo necesario en diversos puntos de Sinaloa.
PETICIÓN INOCENTE
En Ahome el jefe del Departamento Jurídico recibió instrucciones de buscar el modo de hacer que el ex alcalde Zenén Xochihua Enciso, sus regidores y colaboradores devuelvan el dinero que se asignaron como liquidaciones, aunque como atinadamente dice Víctor Torres ensu programa Fórmula Noticias Sinaloa, después que el exalcalde habló durante un evento oficial de la clase política en reconocimiento al general Moisés Melo, aquel pobre funcionario ya no ha de saber si seguirle buscando o de plano hacer concha.
En Esucinapa, donde el exalcalde Juan Manuel Lerma Cruz se asignó también un bono de despedida, lo mismo que hizo para sus regidores y funcionarios, el actual presidente municipal Bonifacio Bustamante tuvo la genial idea de pedir a los beneficiarios que hagan la devolución de manera voluntaria.
Y si así no ocurriera, sentenció, será la Auditoría Superior del Estado la que tome cartas en el asunto. Está aviado quien espere justicia pronta y expedita.
En Concordia el alcalde Alfredo Vizcarra de plano ha preferido hacer mutis, como si en su municipio no hubiese ocurrido nada, cuando sí ocurrió, como se lo platicamos ayer. El también profesor Eligio Medina se puso generoso con el dinero ajeno y regaló a sus regidoras y síndica procuradora cuarenta mil pesos por cabeza como “iguala de cierre de administración”, mientras a sus directores y colaboradores les asignó 494 mil pesos y a los elementos de Seguridad Pública otros 277 mil.
Quién sabe si Vizcarra prefiera no moverle a la poderosa sección 53, que está detrás de Eligio Medina, o si simplemente no quiera moverle a su antecesor en el cargo, para no provocar que luego a su sucesor se le ocurra hacer olas.
¿No será bueno promover para el Boni un Premio Nobel de la Inocencia?