En el pacto con EU se garantiza la negociación salarial colectiva; “este capítulo es duro, pero habrá que cumplirlo”, admitió Moisés Kalach. La preocupación de los empresarios mexicanos es que Estados Unidos tome como pretexto un asunto laboral para restringir unilateralmente los flujos de comercio o inversión.
México aceptó ser penalizado por no cumplir sus propias leyes laborales a condición de que se mantengan tribunales que diriman controversias Estado-Estado, como parte de la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), destacó Moisés Kalach, coordinador del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales (CCENI) del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
El acuerdo en principio alcanzado por México y Estados Unidos incluye un capítulo laboral, en el que se establece que un país puede llevar a otro a un tribunal (pánel) de resolución de controversias si en forma reiterada viola las leyes locales en la materia afectando al otro país.
“La parte que más nos preocupa en el sector empresarial es que se utilice el capítulo laboral para bloquear la parte comercial”, comentó Kalach entrevistado por El Economista.
Las inquietudes sobre las disposiciones laborales del TLCAN a menudo se discuten en el contexto de las prácticas de México sobre los derechos de los trabajadores. Si bien México promulgó leyes laborales y emprendió reformas constitucionales, el desafío ha sido hacer cumplir esas leyes.
La preocupación de los empresarios mexicanos es que Estados Unidos tome como pretexto un asunto laboral para restringir unilateralmente los flujos de comercio o inversión.
Al inicio de las negociaciones, la administración del presidente Donald Trump pidió desaparecer el Capítulo 20 de TLCAN, el cual regula un mecanismo para resolver disputas Estado-Estado derivadas del acuerdo. Al final, el capítulo del TLCAN 2.0 quedó prácticamente igual al que ahora está en vigor.
“¿Por qué creen que peleamos tanto el Capítulo 20? Este capítulo, al final, es el pegamento que junta todo el contrato; o sea, literalmente adhiere el contrato. Si no tienes una forma de cumplir y cómo pelear las controversias, no tienes nada de contrato”, enfatizó Kalach.
El TLCAN original no tenía capítula laboral
En vigor desde 1994, el TLCAN actual no tiene un capítulo laboral, sino una carta paralela en la materia, que no forma parte del texto central y, por tanto, las diferencias en esta esfera no pueden ser sometidas a tribunales. La carta fue impulsada por el presidente Bill Clinton y los legisladores demócratas consideran que éste ha sido un tema pendiente en los últimos 25 años.
“A la hora de meter el capítulo laboral, cualquiera de los países podría generar un pánel de controversia cuando sea una falta persistente, constante, en temas laborales que afecten a la inversión y el comercio, y eso puede acabar en sanciones comerciales”, dijo Kalach. El representante del sector privado mexicano informó que los empresarios presionaron para mantener estas disposiciones y tratar de evitar que ocurran en materia laboral casos similares a las restricciones actuales a las importaciones estadounidenses de atún mexicano con medidas proteccionistas relacionadas con la protección de los delfines.
“En un inicio a lo mejor fue el tema de los delfines; pero luego se cumplió el tema de los delfines, ganamos un pánel y, de todos modos, seguimos con un problema comercial en el fondo. Hay un proteccionismo escondido ahí”, dijo.
Levantado en octubre de 2008, el caso de resolución de controversias sobre el comercio de atún entre México y Estados Unidos en la Organización Mundial de Comercio (OMC) sigue su curso.
En el fondo, lo que pelea México es que se le permita usar el sello Dolphin Safe en el mercado estadounidense, para que con ello puedan venderse las latas de atún producidas en México en las tiendas de cadenas minoristas de Estados Unidos. No se le permite bajo el argumento que daña a los delfines.
Como parte de la negociación, México acordó desarrollar “reformas paralelas” para hacer que sus leyes laborales fueran coherentes con las disposiciones laborales de la nueva versión del TLCAN en la protección de la negociación colectiva y la reforma de su sistema de administración de justicia laboral.
Las leyes de México y Estados Unidos cubren temas como el derecho a la libre asociación, el impedimento al trabajo forzado, la abolición del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el empleo, así como tener condiciones aceptables con respecto horas de trabajo, seguridad y salud en el trabajo.
“Hay un anexo que hace referencia a lo que será la ley secundaria. Se dejó plasmado que los cambios constitucionales en México van a derivar en una ley secundaria”, comentó Kalach.
México todavía no aprueba esa ley secundaria, lo que se espera que ocurra próximamente.
Permanencia de Canadá se definirá en dos semanas
La permanencia, o no, de Canadá en el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se definirá en dos semanas, estimó Moisés Kalach, coordinador del Consejo Consultivo de Negocios Internacionales.
“Creemos que va a ser un tratado trilateral, eso no va a tardar mucho en definirse, será en los siguientes 10-15 días”, dijo.
Por lo pronto, el gobierno de Canadá declaró este martes que no firmará un acuerdo del TLCAN que no incluya un mecanismo de resolución de disputas tipo Capítulo 19 o exenciones culturales.
“Hemos dicho desde el principio que necesitamos un mecanismo de resolución de disputas como el Capítulo 19 y nos mantendremos firmes en eso”, comentó el primer ministro Justin Trudeau en una conferencia de prensa en Columbia Británica.
Por medio del Capítulo 19 se resuelven controversias por prácticas de dumping o subsidios prohibidos.
“No firmaremos un acuerdo que sea malo para los canadienses y, francamente, no tener un Capítulo 19 para asegurar que las normas sean respetadas sería malo para los canadienses”, dijo.
Trudeau también insistió en que considera crucial la protección del mercado canadiense audiovisual y cultural. “Es inconcebible para los canadienses que un medio estadounidense pueda comprar un medio canadiense; ya sea un periódico, una cadena o un grupo de televisión”, cuestionó.
“Eso sería abandonar nuestra soberanía y nuestra identidad”, dijo. “Por eso hemos dicho claramente que la defensa de la excepción cultural es fundamental para los canadienses”.
Información de: El Economista