*Llama la Iglesia en Sinaloa a la paz y la cordura a los delincuentes
*Tras la crisis de seguridad por el secuestro de 66 personas, Culiacán se encuentra militarizado y la ciudadanía entre militares y delincuentes
*En los últimos tres días el país está “incendiado” con hechos violentos no solo en Sinaloa, sino en Jalisco, Chiapas, San Luis Potosí, Michoacán y Tabasco
*No se hagan bolas, la campaña contra el exagerado ruido en Mazatlán va a ordenas la actividad y no a generar conflictos
*El Senador Mario Zamora ve con buenas posibilidades que Xóchitl Gálvez gane la elección del 2 de junio
*En medio de secuestros y balaceras en Culiacán, hablan de que el Gobernador salió de viaje. ¿Será cierto?.
Llama Iglesia a la paz y la cordura. Lo sucedido el viernes pasado en Culiacán no es cualquier cosa. Y al rebasar los grupos violentos al Gobierno, la Iglesia le entró al quite. Los obispos de Mazatlán y Culiacán lanzaron un llamado por la paz y a los delincuentes les pidieron cordura. Pero el Obispo de Mazatlán monseñor Mario Espinosa fue más allá al demandar estrategias “más inteligentes, más decididas, más acertadas”. Espinosa destacó que se ocupan estrategias de prevención y no solamente de reacción, “porque no se tiene”, de ahí que acontecen estos hechos como lo sucedido el pasado viernes en Culiacán en donde los delincuentes secuestran no a una, ni a dos personas, se llevaron a 66.
Por separado, el Obispo de Culiacán monseñor Jesús José Herrera convocó a la sociedad a mantenerse en oración por aquellos que sufrieron las agresiones. Consideró que lo sucedido en Culiacán marca un “doloroso precedente en la historia de esta ciudad”. La voz de la Iglesia de Sinaloa no es la única que en medio de un país “incendiado” por la violencia se la elevado pidiendo a los delincuentes paz e incluso ofreciéndose como intermediaria para que en las diversas regiones de México se respete la vida. Ahí está el llamado del clero en estos momentos de incertidumbre que se dan precisamente en la celebración de Semana Santa.
Culiacán militarizado. El Secretario de Seguridad en Sinaloa Gerardo Mérida lanzó un llamado a los ciudadanos de la capital del estado a “retomar sus actividades normales”. Les aseguró que “Culiacán es seguro” tras las balaceras que se suscitaron luego del secuestro masivo del pasado viernes. Ayer desde Palacio Nacional, el Presidente López Obrador se refirió el tema del secuestro masivo de 66 personas.
Estimó en alrededor de mil 800 efectivos militares, Guardia Nacional y federales los que están en estos momentos concentrados en Culiacán. Y confirmó que 58 de los 667 secuestrados ya habían sido liberados por sus captores. Los vecinos de la capital del estado ahora están entre militares y delincuentes. Un doble riesgo para su seguridad.
Mérida adelantó que tras la balacera en el “Malecón nuevo” de Culiacán las fuerzas castrenses lograron aprehender a tres sujetos. Se desconoce su identidad y si tuvieron alguna participación en el ataque que sufrieron los militares, donde falleció uno de ellos y otro resultó lesionado. Hasta hoy oficialmente se reconoció que el secuestro de las familias en Culiacán es parte de un enfrentamiento entre dos grupos rivales del Cártel de Sinaloa.
País en llamas. No solo en Sinaloa se han vivido momentos de terror y violencia el pasado fin de semana. Chiapas el día de ayer amaneció bajo fuego de criminales. Un enfrentamiento dejó al menos cuatro personas muertas, once lesionados y cuatro vehículos incendiados. En San Luis Potosí, delincuentes dejaron abandonados cinco cuerpos, ¿Dónde creen?. Frente al Palacio Municipal de Cárdenas. En Tabasco, la tierra del Presidente se reportó el asesinado de seis hombres en tanto que, en Morelia, Michoacán las fuerzas del orden se enfrentaron con civiles armados en un cruento intercambio de balas de todos los calibres.
En Jalisco por los rumbos de Encarnación de Díaz, cinco cuerpos fueron arrojados sobre la carretera que va a Lagos de Moreno. Este es el panorama real que vive el país en donde se niega que la violencia predomina. En donde los grupos criminales muestran y lo siguen haciendo que son ellos los que mandan.
No se hagan bolas. La iniciativa de ordenar y regular el desproporcionado ruido que ocasionan principalmente unidades del transporte publico en Mazatlán, no tienen para nada ninguna intención de cuestionar lo que significa y es la tradicional banda de música sinaloense. Quien le busque ese sesgo se equivoca.
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Tampoco se trata de cancelar que los trabajadores de la música se ganen su sustento ofreciendo su trabajo en playas y a lo largo y ancho de la Avenida del Mar. Todo se puede llevar a cabo, siempre y cuando prevalezca el orden y la regulación. Para nadie es ajeno que los vehículos como aurigas y pulmonías circulan por la ciudad con equipos de sonido que serían una envidia para las discotecas del puerto. Se busca regular su volumen.
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En las playas es común observar a grupos musicales ofreciendo sus servicios. No se trata de impedirles que trabajen, lo que se busca es regular su presencia en playas. Encima del malecón lo mismo. Aquí no se busca enfrentar a los trabajadores de la música, transportistas y empresarios hoteleros dijo el Alcalde Edgar González, “lo que se trata es que todos nos pongamos de acuerdo para regular la actividad”. Un ordenamiento al que se ajusten todos. Las voces de los empresarios han comenzado a darse a conocer en un llamado común: Poner orden por un mejor y armonioso destino turístico.
Optimismo en la oposición. El Senador Mario Zamora argumenta su opinión, establece posiciones y perfila números. En corto con este reportero destaca que la información interna en la campaña que encabeza Xóchitl Gálvez es de que existen posibilidades reales de ganar la elección del próximo 2 de junio. Estiman que Morena podría tener 30 millones de votos, como los que López Obrador obtuvo en la elección del 2018. Pero el padrón electoral es más menos de 100 millones de votantes. “¡Vamos por esos votos!”. Consideran que la candidata oficial Claudia Sheinbaum no superará la votación de López Obrador y en cambio estiman que Xóchitl Gálvez irá subiendo en preferencias.
