*Acuerda gabinete de seguridad federal aumentar el numero de militares en Mazatlán. ¿Para qué?. Lo que se debe hacer es trabajo de inteligencia
*Defiende García Garfuch la estrategia de seguridad y les receta a los empresarios de Mazatlán la numeraria oficial que choca con la realidad que viven los sinaloenses
*Los empresarios invitados plantearon los escenarios que se viven por la inseguridad, los daños y los que vienen
*Producto de la reunión del gabinete de seguridad, el Gobernador Rocha Moya hablo primero de la posible salida de Ricardo Velarde. Horas después se oficializo
*A 18 días de la desaparición de Carlos Emilio de la Terraza de Valentinos, anuncian un cateo. Así o más irresponsables quienes tienen en sus manos las indagatorias
*Que habrá “sacudida” en el gabinete estatal. Hablan de que Feliciano Castro dejará la Secretaria General y la titular de Sebides también
*Familiares de desaparecidos que se apostaron afuera de las instalaciones militares, no fueron atendidos por los mandos militares y García Harfuch
*La hermana de Cecilia Berrelleza desaparecida en Mazatlán, pide que la Fiscalía actúe porque hay elementos firmes en las carpetas de investigación. Pidió hablar con García Harfuch, pero no la atendieron
Más militares, ¿para qué?. El gabinete de seguridad federal acordó al sesionar ayer aquí, aumentar la presencia militar en Mazatlán. En su óptica y discurso de que su estrategia está dando buenos resultados, buscan replicar lo que han hecho en Culiacán. ¿Pero que acaso en la capital del estado han acabado con la inseguridad?. Llenar el puerto de más militares que en su mayoría pasean por todo lo largo y ancho de la Avenida del Mar, realmente creerán que ese es el camino. En más de un año de esta narcoguerra no han entendido que sus estrategias solo han funcionado en las estadísticas oficiales. Porque en las calles de Sinaloa se vive otra realidad.
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El Secretario de Seguridad federal Omar García Garfuch, el titular de Sedena Ricardo Trevilla y el de Marina Raymundo Pedro Morales, arribaron a Mazatlán a bordo de una aeronave militar “Blackhawk” y apenas pusieron un pie en tierra subieron a un helicóptero que los traslado a las instalaciones de la Tercera Región Militar. Los tres responsables de la estrategia de seguridad en el país y particularmente en Sinaloa, vieron desde lejos y en las alturas a Mazatlán. No hubo contacto con los ciudadanos. Tampoco con los familiares de desaparecidos que acudieron a las instalaciones militares en donde se llevo a cabo la reunión. Obvio no los dejaron entrar. Obvio intentaron ser escuchados y no se los permitieron. Y se tuvieron que dar por bien servidos el ser atendidos por los medios de comunicación que también los dejaron fuera y lejos del lugar donde los altos mandos de seguridad platicaban.
Se contentaron en parte cuando vieron al Gobernador Rubén Rocha Moya que apresuradamente abordado por los periodistas ofreció “pinceladas” de lo que fue la reunión y alguno de los acuerdos que se tomaron. Desde las alturas, García Garfuch y los altos jefes militares, jamás escucharan al ciudadano. Jamás podrán tener el pulso real de lo que en calles, avenidas, colonias, fraccionamientos, comunidades rurales y serranas están viviendo a diario en esta guerra que no parece tener fin.
El encuentro y los acuerdos. A la reunión del gabinete de seguridad federal fueron invitados un grupo de empresarios de Mazatlán. Uno por uno fueron llegando por separado a las instalaciones militares de la tercera Región Militar. Previa identificación y revisar una lista, los invitados recibieron autorización de ingresar a lo que ayer parecía más que un cuartel, una fortaleza custodiada por numerosos militares, en tanto que en sus alrededores tendieron un cerco elementos de la Guardia Nacional, Policías federales, estatales y municipales. No había nada kilómetros a la redonda que los cuerpos de seguridad no estuvieran vigilantes.
A la reunión no se permitió el acceso de medios de comunicación. Pero como en todo, si se reúnen más de dos invitados, lo que se habla se sabe. García Garfuch les receto a los empresarios el discurso de que la estrategia de seguridad va bien. Que se han realizado tantas detenciones. Que se han destruido tantos laboratorios. Que sean asegurado tantas toneladas de metanfetaminas. El discurso oficial repetido, pero ahora en directo para que lo escucharan los invitados especiales. Claro que en esta numeraria se abordo el caso Sinaloa. Y también García Harfuch insistió que la estrategia esta dando resultados. Que se han reducido hasta en un 65 por ciento los hechos violentos. Y más y más argumentos con los que se intenta convencer de la realidad alterna que nos receta a diario el gobierno. Los empresarios aguantaron estoicos. Esperaban la oportunidad para intentar hablar de la realidad que se vive a consecuencia de esta inseguridad.
Del duro golpe económico hacia las empresas, de la difícil situación que enfrenta el sector turístico, del cierre de empresas. Del temor generalizado entre la población. Del grave tema de los desaparecidos y de los violentos despojos de vehículos que en ultimas fechas se incrementaron en Mazatlán. Solo a dos del grupo de empresarios invitados se les permitió tomar la palabra. Y con cuidado hablaron de lo que se está enfrentando y lo que está por venir si no se toman medidas urgentes. De ahí surgieron acuerdos para fortalecer los operativos de vigilancia. De ahí salto una acción que pareciera sencilla pero que en realidad es un reto: Instalar vigilancia en cada baño de cada antro y bar en Mazatlán. Que lleva implícito el rescatar esos espacios que en su mayoría han tomado sujetos que se dedican al narcomenudeo. Punto especial fue el tema de la desaparición del joven Carlos Emilio. Turista de Durango que visito Mazatlán y desapareció en la terraza del emblemático Valentinos. Caso del que se dijo está siendo investigado.
Sale el Pity… ¿Y?. Dos temas fueron resultado de la reunión del gabinete de seguridad federal. El anuncio que realizo el Gobernador Rubén Rocha Moya de que “el negocio terraza Valentinos seria cateado” y primero que se evaluaría la posible salida de Ricardo “Pity” Velarde de la Secretaria de Economía, expresión del mismo Gobernador que horas más tarde modifico con el anuncio de que el funcionario estatal “había presentado su renuncia”.
Tanto el anuncio del “cateo” como el de la “renuncia” de Velarde, llegan tarde. Los daños de esta falta de decisiones a tiempo, hoy están cobrando factura y han colocado lejos de la credibilidad a las autoridades. Como es posible que a 18 días de la desaparición de Carlos Emilio en la terraza de Valentinos apenas ayer se decida catear el sitio, es sencillamente un insulto a la inteligencia. La nulidad de la Fiscalía estatal quedo evidenciada. Y aquí no solo Velarde es quien tendría que renunciar, también quienes tuvieron en sus manos el caso y no actuaron como lo establece la Ley y el procedimiento judicial. Y sobre la “renuncia” de ayer de Ricardo Velarde al cargo de Secretario de Economía, es una decisión que debió haberse tomado desde hace mucho tiempo. Y hoy abona a las sospechas de impunidad que rondan el caso de la desaparición del joven Carlos Emilio.
La “renuncia” de Ricardo Velarde no resuelve el fondo del problema. Lo que la opinión publica espera es que encuentren a Carlos Emilio y se dejen de seguir instrumentando campañas de desprestigio contra su familia, intentando justificar las cosas, cuando lo importante es dar con el joven desaparecidos.
Que habrá más ajustes en gabinete. Apenas se conoció oficialmente la salida de Ricardo Velarde como Secretario de Economía, surgieron versiones de que otros miembros del gabinete estatal habrán de dejar sus cargos. Se mencionan dos nombres.
El de Feliciano Castro, Secretario General de Gobierno y la titular de Bienestar y Desarrollo María Inez Pérez. Hasta los nombres de los posibles relevos comenzaron a filtrarse desde las mismas instancias de gobierno estatal. De relevo de Feliciano apuntan a la diputada Yeraldine Bonilla y en lugar de María Inez, Omar López Campos. Habrá que seguir pendientes.
El clamor de una hermana. María Cecilia Berrelleza Flores de 31 años de edad, desapareció hace tres meses en Mazatlán. Ella junto con otras tres amigas acudieron a una fiesta en Real del Valle. Pero al salir de ese lugar, se perdió todo rastro de ellas. De las cuatro desaparecidas, dos fueron encontradas, las hermanas Guadalupe y Alexia González, la primera de 25 y la segunda de 15 años de edad. El vehículo en el que viajaban fue localizado en un domicilio ubicado en el Fraccionamiento El Toreo. María Cecilia y Mari Cristina Pérez de 21 años, no han aparecido.
Ayer la hermana de María Cecilia acudió a las instalaciones militares en donde se reunieron los altos mandos de seguridad federal. Pedía tan solo 10 minutos para hablar con Omar García Garfuch. Aseguro que en las carpetas de investigación en manos de la Fiscalía hay suficientes elementos para actuar e intentar localizar a su hermana desaparecida. Dijo a los medios que primero recibió llamadas telefónicas en las que le “pedían” bajar sus publicaciones de su hermana. Pero desde hace dos días las llamadas fueron para amenazar. “El superpolicia” como le dicen a García Garfuch, no se digno en atender a la desesperada hermana de la joven desaparecida. Esa es una muestra de la poca o nula importancia que las autoridades le dan al tema de los desaparecidos. Por cierto, los carteles con fotos de los desaparecidos en Mazatlán, misteriosamente se han esfumado. Alguien los retiro. También de esa manera quieren “desaparecer” a los desaparecidos. Que poca.












