*A raíz de los ataques contra manifestantes prodemocracia
HONG KONG.- La tensión social y política vive una escalada en Hong Kong a raíz de los violentos ataques contra manifestantes prodemocracia que dejaron decenas de heridos y el malestar del gobierno central de China a causa del vandalismo contra un edificio gubernamental.
La ola de protestas estalló el 9 de junio en este centro financiero internacional y el domingo, por séptimo fin de semana consecutivo, hubo de nuevo manifestaciones masivas.
Pero cuando los manifestantes regresaban a sus casas un grupo de personas, enmascaradas y armadas con bastones, barras metálicas y bates, la mayoría con camisetas blancas, les atacaron en una estación de tren de Yuen Long, en el norte de Hong Kong.
Golpearon a varios, incluyendo periodistas que transmitían en vivo.
Según fuentes médicas, 45 personas resultaron heridas, entre ellas una en estado crítico y cinco en condición grave.
La policía de la excolonia británica devuelta a China en 1997 fue muy criticada por haber tardado más de una hora en llegar al lugar pese a los llamados de ayuda y por no haber detenido a nadie pese a que los agresores permanecieron en los alrededores de la estación hasta la madrugada.
Imágenes difundidas en Facebook mostraron a hombres vestidos con camisetas blancas huyendo del lugar en vehículos que tenían matrículas chinas.
CHINA SUBE EL TONO
A pesar de la crisis, ni el gobierno de Hong Kong ni de Pekín parecen dispuestos a cambiar de rumbo.
Mientras las bandas armadas atacaban en Yuen Long, la policía se enfrentaba a manifestantes radicales en el corazón de Hong Kong.
Policías antidisturbios lanzaron balas de goma y gases lacrimógenos contra manifestantes que habían atacado una oficina de enlace del gobierno chino en Hong Kong.
Varios manifestantes -muchos de ellos con el rostro cubierto con máscaras- arrojaron huevos y pintaron grafitis en la oficina.
El emblema nacional chino, colocado ante el edificio, quedó manchado con tinta negra. Fue sustituido por un nuevo en cuestión de horas.
A principios de julio los opositores habían irrumpido en el parlamento hongkongonés.
Wang Zhimin, jefe de la oficina de enlace, denunció un insulto «a todo el pueblo chino».
El Ministerio chino de Exteriores indicó el lunes que el comportamiento de “algunos manifestantes radicales” en Hong Kong “tocó la línea de flotación del principio de ‘un país, dos sistemas’ y no debe tolerarse”.
En una conferencia de prensa rutinaria, el portavoz del Ministerio, Geng Shuang, condenó el vandalismo contra la oficina, que representa en Hong Kong al gobierno central que dirige el Partido Comunista Chino en Pekín.
Con información de Excelsior