El Químico revive a López Portillo con sus ansias de ser gobernador

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FRANCISCO CHIQUETE

Una de las grandes desgracias del país es la existencia aparentemente mayoritaria, de políticos que se preparan para asaltar el poder y satisfacer sus intereses, incluso sus apetitos de venganza, en lugar de preparar programas efectivos y por tanto viables, de solución a los problemas principales.
Aunque el ejemplo que hoy nos ocupa es ínfimo por su pobre nivel de importancia, el alcalde de Mazatlán Luis Guillermo Benítez Torres, ahora revestido en su faceta de aspirante a la gubernatura de Sinaloa, nos da una idea clara del tamaño de este problema, con una breve declaración advirtiendo que de llegar a la gubernatura no compraría publicidad al periódico Noroeste.
No explicó si considera que ese periódico sea un mal vehículo publicitario o si hay algún problema de carácter ético, no, sólo reaccionó con enojo a las notas que ahí se publicaron sobre la reiterada práctica municipal de hacer compras sin licitaciones, al margen de lo que ordena la ley.
Este pobre hombre, que se presenta como la encarnación local de la transformación del país, está reeditando aquella vieja frase de José López Portillo: “no pago para que me peguen”, asumiendo que el pago de publicidad es una especie de blindaje político, y que además puede disponer de los recursos públicos para cuidar su imagen, y no para atender las necesidades de la población.
Qué diferencia cuando un aspirante, por más míseras que sean sus posibilidades de alcanzar el puesto, expone propósitos de avances en el combate a la violencia, la mejora en la educación, la protección de la salud, la recuperación del empleo. Incluso si tanto le interesa el dinero destinado a la publicidad, podría haber planteado un proyecto que garantice a la sociedad la divulgación de programas y acciones positivas, pero ponerse a anunciar venganzas contra quienes exhibieron una política de compras sin cumplir la ley, no es hacer política. Es sólo mostrar la pequeñez propia, la miseria mental.
¿Necesita el país, el estado, nuevos lópezportillitos? Yo creo que no. Los partidos y la ciudadanía tendrán la palabra.