Aclara el director de Puertos de SCT, que
sin esa demanda no se obtendrá prioridad
en asignación de recursos oficiales
El coordinador de Puertos y Marina Mercante de la SCT, Guillermo Ruiz y de Teresa advirtió que en tanto no halla demanda de sus servicios portuarios, Mazatlán no tendrá la prioridad que requiere en las inversiones federales. Hoy o que tiene es una gran potencialidad pero no una demanda importante de sus espacios, estableció.
El funcionario federal vino a participar en el Foro de Propuestas Económicas de la Fundación para Mover y Transformar a Sinaloa, donde advirtió que la sociedad mazatleca no debe esperarse a que vengan las grandes inversiones para conseguir que su puerto tenga el movimiento necesario. Tiene que trabajar en acciones que no cuesten dinero y que le generen resultados concretos, como ocurrió con la movilización de autos para importar y exportar.
Detalló que para conseguir el contrato con la Nissan, fue necesario modificar medidas administrativas. El secretario de Desarrollo, Aarón Rivas, mencionó que el puerto era caro para la empresa, y se consiguió una reducción, con lo que se atrajo esa operación. Así como se logró eso, indicó Ruiz de teresa, se podrán hacer otras cosas que atraigan movimiento, que le den mayor utilidad al puerto, y que no necesitan de dinero para concretarse.
Aunque se dijo dispuesto a apoyar a Mazatlán y a pedir que los diputados presentes empujen por un buen presupuesto, el director de puertos y marina mercante de la SCT prefirió hablar de las potencialidades que aquí se tienen, de la gran ventaja que significa la conexión con el corredor económico del norte, y de las grandes expectativas que se han abierto con la carretera Mazatlán-Durango.
Recordó que con Tuxpan, Veracruz, se ensayó una fórmula en que los empresarios aportan recursos que luego les paga la federación, una especie de Asociación Público-Privada, aunque no exactamente en esos términos. Se puede buscar aquí algo parecido, allá se lograron incluso las modificaciones legales necesarias y ahora hay una fórmula que se puede extender y que es atractiva, porque la aportación de los empresarios no es a fondo perdido, sino con un compromiso de repago, que garantiza el recurso invertido, y permite garantizar la ejecución de los trabajos requeridos sin esperar a que se asignen los presupuestos.