¡EL PRD FUERA DEL PACTO POR MÉXICO!

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LOS MOTIVOS DEL LOBO Y SUS CORDEROS.

ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.

                Señala CNN a ocho columnas: “El opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) dejó el Pacto por México y exigió este jueves posponer la discusión de la reforma política, argumentando que el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) quiere acelerar el debate para aprobar la reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto. El líder del PRD, Jesús Zambrano, dijo ante medios que el partido se retira del acuerdo y acusó al PRI de haber negociado la reforma energética con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), sin consultar al PRD”. (CNN. 28/11/13)  En los videos de este medio de comunicación, a  Zambrano se le veían preocupado y, todo  sobre, expeliendo un discurso que no era de él: era como si Marcelo  Ebrard le hubiera impostado sus ideas telepáticamente.

El profundo desacuerdo que ha existido entre los chuchos y los antichuchos parecía que se hubiese  terminado con un ciérrate sésamo: Zambrano, junto a Dolores Padierna, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y…, se veían caminando codo con codo a lo lejos, como en La Fiesta de Serrat: “Hoy el noble y el villano/ el prohombre y el gusano/ bailan y se dan la mano/ sin importarles la facha…”  Pero como veremos, seguramente después de esta finta, otra vez como en La Fiesta, todo volvería a tener el sabor de las viejas rutinas y el color de los viejos enconos: “Y con la resaca a cuestas/vuelve el pobre a su pobreza/vuelve el rico a su riqueza/ y el señor cura a sus misas… Aparentemente todos los dirigentes perredistas cantan y bailan el mismo son, pero si nos fijamos bien, unos ponen el acento en las contrahechuras de la reforma política y otros, los más radicales, para denostar el presunto pacto en los oscurito que fraguaron el PRI y el PAN para aprobar la reforma energética.

UNA INTERPRETACIÓN DE LA SALIDA DEL PACTO

                No, no creo que los chuchos, hasta ahora los grandes timoneles del PRD, hayan reventado el Pacto porque fuera de él serían las rémoras de una andanada  de militantes que no solamente se oponen al Pacto por México,  sino que tenderían una línea de conexión con  la oposición del  “NO” que comanda Andrés Manuel López Obrador, donde no tendrían ninguna expectativa política; pero además sería ilógico que los “jesuses” y compañía pretendieran abolir al pacto per sécula seculorum, sobre todo porque acaban de batirse en defensa de él con sus amigos/enemigos en el Congreso celebrado a finales de la semana pasada en Oaxtepec. ¿Entonces qué quieren los chuchos? Creo que quieren lo que no quieren los bejaranos y los encinas.

            Aprendices muy aventajados de Madero, los chuchos han entendido que si no amenazan con “irse del Pacto” no podrán sacar su propuesta política, sin la cual siempre estarán  amenazados por sus adversarios de partido, a saber: transformar al Distrito Federal  en el Estado 33 de México. Con esta reforma los chuchos, en la que han fracasado Cárdenas, López Obrador y Ebrard, se subirían a los cuernos de la luna, porque además de vencer a sus amigos/enemigos, se consagrarían con miles de defeños que están cansados de vivir en una permanente esquizofrenia, por tener y no tener dos gobiernos y, a veces,  ninguno. Los chuchos de “van” porque en la discusión sobre la reforma política entre el PRI, PAN Y PRI, su propuesta del Estado 33 no avanza, con el agravante de que los propósitos la reforma política se han reblandecido, especialmente la propuesta  del INE, con el que se quería amarrarles las manos a los gobernadores que se  convirtieron en señores de horca y cuchillo en la era del feudelarismo, aunque ahora ese poder se haya mermado por un presidencialismo relativamente permisivo.

LOS CHUCHOS DE JUEGAN EL RESTO EN ESTA ESTRATAGEMA.

                Los chuchos  con su “salida” del Pacto caminan con un pie en el abismo. Supongamos que su “chantaje  no pega”;  porque Peña Nieto tiene los votos, junto con el PAN, para sacar adelante la reforma energética y aprobar una reforma política a la medida de las expectativas del blanquiazul, que no contempla reforma al DF, y porque además el presidente tiene la certidumbre de que el PDR no votará a favor de la reforma energética, entonces, y sólo entonces, todo habrá acabado para los chuchos o casi todo, porque de ahí para adelante tendrían que andar sudando la camiseta en marchas y plantones  convocadas por el prócer de Macuspana y, peor aún, conviviendo con los recios militantes de la CENTE, que casi colapsaron a sus gobernadores porque en su estampida no respetaron ningún grado; vaya, si siquiera a quienes los hospedaron, aunque haya sido menos por amor y más por fuerza.

            Pero si Peña Nieto, por el contrario, colige que no les bastan los votos del PAN sacar la reforma energética, porque el nivel de la protesta de todas las izquierdas en la calle puede deteriorar más su imagen política, entonces habrá reforma política que el PRD compartirá con el PAN y, por supuesto, se concretará la reforma que convertirá al DF en el Estado 33, por, supuesto a cambio de que la protesta perredista sea por los cauces institucionales; es decir, que, a diferencia de las protestas callejeras de López Obrador,  ellos impugnen  a la energética  a través de un referéndum, cuya ley secundaria está todavía sin definirse  y que, por lo tanto, Peña Nieto tendría definir sus contornos en tiempo récord. Aunque, por otra parte, el gobierno correría el peligro de que los inversionistas no invirtieran en el sector energético, pues correrían el peligro que de que la ley energética pueda ser derogada.

            Digamos que la moneda está en el aire. Los maderistas por lo pronto ya se están frotando las manos por la salida del PRD del Pacto. Peña Nieto ha dicho que no siempre se obtienen la unanimidad,  sino mayorías  para concretar las reformas. Entre tanto los chuchos se comen las uñas y los encinas y bejaranos se frotan las manos. Pero el que ríe al último, ríe mejor.