Sacrebleu! Después de 100 años en los que ha estado prohibido nadar en el río Sena, todo podría cambiar en París.
El rescate de espacios históricos para la humanidad se ha convertido en toda una esperanza para el futuro. Recordemos, por ejemplo, que Italia quiere restaurar el piso del Coliseo —para caminar por donde andaban los gladiadores— y ahora, París está cerca de emprender una millonaria idea para limpiar el río Sena.
¿La razón? Quieren que se pueda volver a nadar y que sea utilizado en los próximos Juegos Olímpicos.
Lo más cañón es que el río Sena es, tradicionalmente, un lugar horrorosamente contaminado. En la década de los 60 fue declarado biológicamente muerto y nadar ahí está prohibido desde hace prácticamente un siglo.
A principios de siglo era un icónico cuerpo acuático que pasaba en el mero centro de una de las calles más importantes del mundo, pero con la industrialización —sumándole el crecimiento económico y poblacional—, las aguas se convirtieron en, como dice el Washington Post, “un charco apestoso”.
Casi el 70% de los parisinos opina que el río Sena está gacho.
Y justo por eso quieren rescatar el río Sena
Las autoridades de París dijeron que el río Sena es “la avenida más hermosa en la capital”, al mismo tiempo que anunciaron, ahora sí en serio, que quieren limpiarlo al grado de que se pueda nadar en él.
Quieren que el agua quede en el centro de los Juegos Olímpicos de 2024.
Por ejemplo, esperan que la Ceremonia de Apertura no sea en un estadio y que en su lugar, más de 160 botes pongan a desfilar a todos los países por el río Sena. Al mismo tiempo quieren que sea el escenario de las competencias de canotaje y de natación en aguas abiertas, especialmente el triatlón.
Y cuando los Olímpicos se terminen, esperan abrir albercas públicas para que todas las personas se puedan echar un chapuzón frente a Notre Dame o a la Torre Eiffel.
La limpieza en el río Sena
Así es como están planeando un plan que, estiman, costará mil millones de dólares, según el Washington Post.
Además de reintroducir especies acuáticas —que de plano se morían en las aguas contaminadas—, están planeando una serie de nuevas reglas para evitar que se tiren desechos en el río Sena. Al mismo tiempo, miden en tiempo real los niveles de CO2 en sus aguas y también de la bacteria E. coli.
¿Lo lograran? La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, asegura que sí. “Las ciudades del mundo reconquistan sus ríos“, dijo.