El Pirata, Rey del Zarandeado y los Camarones a la Diabla

0
541

*¡Uuuuuffff! Con salsas de la casa *Camarones de buena talla

Alejandrina Romero, es una mujer que rebasa los 55 años, sencilla, amable y con un excelente sazón para los pescados y los mariscos, sobre todo el aguachile, camarones para pelar y los “camarones a la diabla” de lujo. También tiene un equipo de mujeres en la cocina con experiencia para que “te chupes los dedos” del sabor y las delicias de los guisos a la orilla de la playa, en una de las palapas frente al Hotel La Hacienda sobre el Malecón más hermoso de América Latina.

Con ese tono firme, seguro de lo que dice, comenta que son productos frescos, del día y de buen tamaño en los pescados para el zarandeado y buena talla en los camarones. Una michelada o la cerveza pacífico bien helada no falta, agrega, para acompañar los exquisitos platillos y de cara al mar, las tres islas y en atardeceres de película.

Alejandrina dice que el zarandeado es lo que más piden los turistas, aunque no pueden faltar los camarones en diferentes presentaciones: aguachile, para pelar, empanizados y a la “diabla”, que son preparados en una salsa especial de la casa con chile chipotle.

Pero hay más, muchos más, dice muy contenta la responsable de El Pirata. También tenemos filetes de pescado, tacos gobernador, ostiones, patas de mula, almejas, pulpos cocidos y camarón como lo quieran; unos cocteles y unos caldos sabrosos. Dice que abren desde las diez de la mañana hasta seis o siete de la tarde.

Dice que además del zarandeado, otros de los platillos que piden mucho los turistas son los camarones y uno de esos guisos es a la diabla que son camarones grandes, frescos, que se limpian muy bien y se echan a la cazuela en aceite y se les da el punto: ni crudos ni muy cocidos, lo especial es al “dente”; se le ponen sal y pimienta y después se le pone la salsa chipotle.

La salsa es de la casa; chile chipotle, ajo, chile de árbol y otros ingredientes que son secretos de familia. Los camarones a la diabla pueden ser preparados al gusto con cáscara o sin ella, pero de cualquiera los hacemos riquísimos.