*Ante utilizado como bebida energética
*Una fusión de culturas
El pinole, es un alimento arraigado en la tradición mexicana, tiene sus raíces en la palabra náhuatl «pinolli,» que se traduce como harina de maíz tostado y molido.
Este manjar encuentra sus orígenes en la antigua práctica de los indígenas mexicanos de mezclar maíz molido con agua, una costumbre que se cree surgía de la necesidad de contar con una fuente energética durante los viajes largos.
Aunque inicialmente se decía que la bebida carecía de un sabor distintivo, los indígenas la utilizaban como una especie de bebida energética, hasta qué, durante la ocupación española, el pinole se fusionó con la cultura ibérica al compartirse entre indígenas y españoles.
En este intercambio cultural, se incorporó el piloncillo, obtenido de la caña de azúcar introducida por los españoles, lo que mejoró significativamente el sabor de la bebida.
Con el tiempo, la receta del pinole experimentó transformaciones significativas, pues se le añadieron ingredientes como el azúcar y la canela, para así mejorar su sabor, aroma y aceptabilidad, evolución culinaria que ha llevado a variaciones regionales, adaptándose a las particularidades de diferentes culturas a lo largo del país.
El pinole, en su travesía a través de la historia mexicana, ha pasado de ser una simple mezcla de maíz y agua a convertirse en un alimento diverso y apreciado, reflejo de la riqueza culinaria que ha surgido de la interacción entre culturas a lo largo de los siglos.