El Partido Acción Nacional les echó montón a los magistrados de la sala regional del Trife en Guadalajara. Por supuesto, no fueron como los maestros de la CNTE a bloquearles accesos ni a impedirles el desarrollo de sus actividades. Por el contrario, fueron con todo comedimiento y amabilidad, sólo que en montón, a dar a conocer la posición de ese partido respecto del caso Ahome, cuya elección de ayuntamiento fue formalmente ganada por el PRI, e impugnada por la coalición Unidos Ganas tú.
Tan solícitos iban, que los senadores de diversos estados de la república, diputados, representantes y dirigentes se convirtieron al salir en una personificación múltiple de Rubén Aguilar, aquel vocero de Vicente Fox, que decía lo que el presidente no dijo, pero evidentemente quería haber dicho.
Los panistas dijeron que los magistrados se quedaron sorprendidos con la estructuración de su ponencia, impresionados con la contundencia de sus argumentos y casi casi alelados por los recursos multimedia que le agregaron a la presentación, con imágenes en las que, dicen, se documenta la intervención del gobierno del estado para conculcar la voluntad de los ciudadanos.
Pero incluso fueron más allá y señalaron directamente al gobernador como el ejecutor y causante de esa desviación de la voluntad popular. Salieron no sólo con esas dotes interpretativas, sino sobre todo convencidos de que a la hora de emitir el dictamen, lo harán a favor de la causa del candidato del Partido Acción Nacional, Ernesto García Cota.
Vaya usted a saber cuál habría sido el talante del actual diputado panista y abanderado de la citada coalición, a la hora en que se le endilgaban culpas y más culpas al gobernador Mario López Valdez, a quien abiertamente responsabilizaron de lo que insisten en llamar el fraude electoral de Ahome. Nos preguntamos por el talante de García Cota, porque se trata de un político malovista que militaba en el PRI, partido al que dejó para ir tras el entonces senador Mario López Valdez en la búsqueda de la candidatura al gobierno de Sinaloa, que finalmente obtuvieron, lo mismo que la curul que actualmente detenta, por cierto habiendo regresado al Congreso aun antes que su caso fuese legalmente concluido.
Como se sabe, García Cota declaró firmemente que él no rompería con el gobernador, cuando el dirigente Edgardo Burgos Marentes y luego el presidente del CEN, Gustavo Madero, declararon roto el vínculo del partido con el gobierno del estado de Sinaloa. Malova es mi amigo y yo no voy a romper con él, dijo.
En esta sesión ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sin embargo, lo que abundó fueron los señalamientos contra Mario López Valdez, acusado de haber intervenido en la elección para favorecer a los candidatos panistas. Ahí por cierto García Cota no se atrevió a sacar la cara por su amigo. Simplemente dejó correr cada acusación, cada señalamiento, a pesar de que en todos los casos se dejó de lado la fórmula retórica de hablar genéricamente del gobierno del estado, como lo habían hecho hasta los dirigentes Burgos Marentes y Madero, para hacer el señalamiento directo contra figura del gobernador.
Este ha sido el evento en que más se ha advertido el propósito rupturista que páreció dominar la PAN sinaloense durante las últimas dos semanas, pero que mágicamente pareció pasar a mejor vida el domingo, cuando los consejeros analizaron la situación en que quedó el partido después de la derrota estruendosa del domingo siete de julio.
Habrá que ver cómo se pone la audiencia que los magistrados den a la parte contraria, es decir al PRI, que tiene ya su cita y que también va a acudir a alegar “lo que a su interés convenga”, como se dice en los procesos jurisdiccionales.