ELIO E. MILLÁN
El Pacto por México, que ha creado una friolera de Reformas, ha resistido a todos pronósticos de sus enterradores, aunque ello no quiera decir que goce de la salud de un veinteañero. Hubo dos momentos en los que se le abrió hasta una fosa y le compraron un deslucido féretro: 1.- No resistiría los jaloneos y mapacherías que se generarían en las pasadas elecciones en diversos estados. 2.- Que el Pacto se haría añicos cuando discutiera la reforma hacendaria y, sobre todo, cuando se lanzara a la palestra la reforma energética. Y aunque todavía no se ha engullido el trago amargo que implicará esta reforma, el PRI y el PAN tienen los votos para sacarla adelante. En el caso de la primera reforma el PRI y el PRD ayuntaron sus votos para aprobar la hacendaria. Vale decir que Madero y el PAN no abandonaron el Pacto porque los vapulearon cuando aprobaron la reforma hacendaria; como seguramente tampoco lo harán Zambrano y el PDR cuando les impongan la energética. Hay razones…
EL AZAR Y LA NECESIDAD.
El Pacto por México sólo fue posible por azar, entendido como conjunción aleatoria de varios factores. El pacto no lo hizo posible ninguna férrea ley de la historia. Ni fue producto de la pura casualidad. Veamos: Había triunfado el candidato PRI que fue duramente vapuleado a lo largo de su campaña, hasta obligarlo a cambiar de perspectiva, y por eso impelido hacer pactos no sólo para sacar las reformas que quedaron impresas en el Pacto a finales del 2012, sino por una profunda desconfianza que les tenía gobernadores del PRI. Pero junto a ello, se encontraban al frente del PAN y del PRD dos dirigentes reformistas, ambos peleados a muerte con los “líderes morales” de ambos partidos: el presidente Felipe Calderón y Andrés Manuel López obrador, respectivamente. El primero salió de la presidencia y le faltó tiempo para defenestrar a Madero y, el segundo, decidió liar bártulos para formar un nuevo partido, de tal suerte que no pudo anular o imposibilitar la estrategia concordista de los “chuchos”. En este caso el azar se parece a un dicho popular: Dios los hace y ellos se (re)juntan.
LO ALEATORIO: DECIDIR LO DECIDIDO
Más allá de la opinión que tengamos sobre las reformas que se han gestado en tiempo récord, con el curso del tiempo los líderes de los partidos del PAN y del PRD se han desgastado, al punto que su supervivencia depende de que el Pacto por México perdure en el tiempo, circunstancia que le dará un aire fresco a Peña Nieto para terminar su stock de reformar y poder ajustar cuentas con los gobernadores que todavía pretenden seguir virreyes en los tiempos del foxismo y el calderonismo. Pero las oposiciones intrapartidarias han crecido y están dispuestas a echarlos del mando, tras copiosas críticas que los tildan de entreguistas, tanto a Madero como a los “Chuchos”, por supuesto en sus respectivas “instituciones de interés público”. Por eso las elecciones para el recambio de las dirigencias nacionales que se llevarán a efecto a finales de este año y a principios del año que viene, hace presa a los pactistas de una terrible incertidumbre que les come los dedos, pero también a sus opositores porque, si ganan, lamentablemente no tienen una política de recambio que implique, al mismo tiempo, la capacidad de disentir y la inteligencia para acordar lo necesario con los que piensan diferente, porque los animan las mismas antiguallas que sólo han producido gobiernos divididos y débiles hasta el hartazgo.
LO QUE PUEDE OCURRIR NO OCURRIRÁ
Los pactistas tienen prisa, muchas prisa, aún los que se opondrán a que la reforma energética sea aprobada, a que ésta sea aprobada antes de que pasen las elecciones en sus partidos políticos, porque la disputa en el Pan la ganara Cordero y, en el PRD, Ebrard, Cárdenas o Bejarano, tendríamos que decirle adiós a Madero, a los Chuchos, al Pacto por México y, por supuesto, a la Reforma Energética. México Cambiaría de rumbo político, y entonces sí a Enrique Peña Nieto iba a sudarle el copete. Y si me preguntan si quiero que ocurra este último escenario, les responderé con toda franqueza. Creo que todavía no deseable que arriben al poder se sus partidos los enemigos del Pacto, porque además ya existe un corrector menos peligroso que, impedirá con su movilización, que no ocurran muchas de las contrahechuras que toda era de reformas procrea, y más cuando han sido realizadas en un cortísimo tiempo.