La joven estuvo desaparecida durante 13 días hasta que se realizó el hallazgo en el Motel Nueva Castilla, dos días después del mismo, se realizó la inhumación y funeral de la estudiante
Debanhi Escobar Bazaldua estuvo desaparecida desde el 9 hasta el 21 de abril, día en que el personal del Motel Nueva Castilla reportó un olor fétido en una de sus cisternas y comenzaron las labores para rescatar el cuerpo, al día siguiente, la Fiscalía General de Nuevo León confirmó que pertenecía a la joven de 18 años.
Ese mismo día, la misma dependencia dio a conocer que la estudiante de Derecho murió como consecuencia de traumatismo craneal; el funeral y sepultura de la joven se llevaron a cabo el sábado 23 de abril en el Panteón Municipal Ejido Laguna de Labradores.
De acuerdo con una captura de pantalla a la que Infobae México tuvo acceso, Debanhi Escobar aún no cuenta con acta de defunción a 22 días del hallazgo. Al entregar el cuerpo a la familia sin el debido procedimiento, la Fiscalía de Nuevo León habría incurrido en una irregularidad u omisión dentro del caso, la cual incluso iría en contra de la Ley General de Salud en el artículo 348.
En su momento, se dijo que la decisión de enterrar el cuerpo de Debanhi se había tomado por su avanzado estado de descomposición, el cual “no permitía” que se hicieran análisis de narcóticos en la sangre y aparentemente, tampoco se podía determinar si la joven había sufrido violencia sexual.
Aunque en la Ley General de Salud se establece que los cadáveres solo se pueden conservar 48 horas posteriores a la muerte de la persona en cuestión, el artículo 348 también señala que las autoridades de Nuevo León tienen la injerencia de conservar el cuerpo durante más tiempo y por algún motivo habrían decidido no hacerlo.
Cabe señalar que en el caso de Yolanda Martínez, el cuerpo encontrado en el mismo estado, aún no ha sido sepultado mientras las investigaciones sobre supuesto suicidio siguen en curso, por lo que surgen dudas sobre el motivo por el que el cuerpo de Debanhi recibió sepultura dos días después de encontrarlo en el motel donde se le vio con vida por última vez.
“Los cadáveres deberán inhumarse, cremarse, desintegrarse, embalsamarse y/o conservarse dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la muerte salvo autorización específica de la autoridad sanitaria competente o por disposición del Ministerio Público, o de la autoridad judicial”, se puede leer en el documento oficial.
En la captura de pantalla, se puede observar la Clave Única de Registro de Registro de Población (CURP) y el nombre completo de la joven, pero cuando se solicita el documento que acredite su defunción a la Dirección General del Registro Nacional de Población e Identificación Personal, no arroja ningún resultado, pues aún no existe.
De acuerdo con el artículo 348 de la Ley General de Salud, “La inhumación, cremación o desintegración de cadáveres sólo podrá realizarse con la autorización del oficial del Registro Civil que corresponda, quien exigirá la presentación del certificado de defunción.”
Desde que el cuerpo de Debanhi se encontró en la cisterna del motel, las irregularidades y omisiones en el proceder de la Fiscalía del Estado propiciaron que se planteara el panorama de que el cuerpo había sido “sembrado”.
Cabe señalar que el pasado 12 de mayo, el periódico El País presentó que la segunda autopsia realizada al cuerpo de Debanhi Escobar reveló que la joven sufrió abuso sexual antes de ser golpeada en la cabeza en repetidas ocasiones, lo cual habría provocado el traumatismo que causó su muerte.
Después de la publicación de este diario internacional, Mario Escobar, el papá de la joven, publicó un video en el mostró su enojo ante la filtración del documento y también acusó las supuestas irregularidades de la Fiscalía de Nuevo León: “Es un mugrero”, mencionó en su canal de YouTube.
En el video de ocho minutos, el docente y padre de familia aseguró que el proceso de necropsia de la Fiscalía que le dieron a conocer era de apenas cuatro hojas, y carecía de mucha información vital para la investigación.
En la grabación, mencionó que Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez, el propio fiscal, reconoció que se trataba de un mal procedimiento, y agregó “es un mugrero su necropsia”. Por lo anterior, hizo una lista de presuntas fallas que fueron identificadas en el informe de dichos estudios.