EL COLUMNISTA CARLOS RAMÍREZ CHAPOTEA EN LA IRREALIDAD.

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ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.

1.- El autor de Indicador político acusa al Tratado de Libre Comercio de nuestras desventuras económicas. Vamos por partes como un buen descuartizador. Carlos Ramírez empieza señalando. “La principal contradicción de la 4T radica en apelar a una nueva etapa de la historia con el mismo modelo de desarrollo y la misma política económica; las posibilidades estrechas están a la vista: El PIB es igual al del ciclo neoliberal y política social equiparable con el Programa salinista de Solidaridad” (Indicador político. Carlos Ramírez. 12/09/2019).
Creo don Carlos piensa un país que un sólo país puede transcender un sistema un sistema glocal fundado hace más de 30 años, o que con sólo llamarlo posneoliberal pueden modificar sus más perniciosos efectos; claro, si sus gobernantes no fueron educados en las huestes de los Chicago Boys. Quizá puedan sortearse algunos de sus pesadillas de este “sistema”, pero cambiarlo de raíz es por los menos un sueño guajiro. Grecia creyó esta falacia y confrontó y aún confronta una crisis mayor que los países que siguieron la ortodoxia del Fondo Monetario Internacional. El neoliberalismo tiene que ser enfrentado de frente por una multitud de países para cambiar las coordenadas que ahora constituyen un vergel para el capital financiero. Hacer lo contrario implica tener un efecto contrario al buscado.

MALDITOS TELC Y EL MEC

2.- Los sueños de grandeza del Tratado de Comercio Libre (TLC) del presidente Carlos Salinas de Gortari quedaron en utopía porque sólo abrió las fronteras comerciales para exportar más, aunque pagando el costo de la desindustrialización que regresó al país a su pesadilla de país maquilador. Los deseos lopezobradoristas de construir una nueva etapa nacional podrían quedar atascados en el pantano del viejo modelo de desarrollo. El saldo de 24 años de TCL fue positivo en exportaciones, aunque ha tenido que pagar el costo de mayores importaciones y un saldo deficitario en balanza comercial: El PIB mundial de México bajó de lugar 9 al 18. El lugar de México en el PIB per cápita bajó del lugar 31 al 712. El porcentaje de productos mexicanos en la exportación total disminuyó de 45% a 39%.
No sé si Indicador Político, tan flexible en sus análisis, de repente se le ha endurecido la pluma y por esa “virtud” derrapó en una actitud maniquea que pone frente a las desventuras de México que hayan sido producto de hacer signado el TLC. Las desgracias de nuestro país son multifactoriales: No se aprovecharon las ventajas del tratado para crear una industria exportadora que fuera más allá de la simple maquila, porque además podía ser ayudada con los recursos petroleros abundantes y de buen precio de los primeros dos tercios de tiempo transcurrido desde que se firmo el TLC, aún pesar de las crisis y demás vaivenes financieros de esa época. Lo que faltó fue clase a la clase política y a los empresarios que se conformaron con maquilarle a la industria norteamericana.

EL VIEJO NUEVO RÉGIMEN.

3.- Sin un nuevo modelo de desarrollo/política económica/Estado rector, la 4T será una extensión frágil de la 3T del TCL salinista. Por eso la promesa de PIB de 6% para 2023-2024 no se cumplirá y la meta de PIB promedio sexenal de 4% quedará igual a cómo venía del neoliberalismo salinista: 2.2%. Lo malo de todo es que en la 4-T sí existen economistas críticos, disidentes del neoliberalismo y técnicos con capacidad para diseñar nuevos rumbos, pero es la hora en que no son llamados y en Hacienda prevalecen todavía los economistas neoliberales diseñando los presupuestos anuales ortodoxos.
Dicho en plata pura López Obrador no creará un nuevo régimen. El problema de la 4T no ha sido el ejercicio del poder porque es directo por el presidente de la república, sino la falta de definición del modelo de desarrollo que detone un crecimiento mayor al 2% sin inflación y con mejor distribución de la riqueza. Se trata, entonces, de una 4T sin plan de vuelo ni pista de aterrizaje. Había que preguntarle a don Carlos Ramírez -y tal vez a López Obrador, de que cambió de régimen está hablando, más allá de su retórica, porque las circunstancias del México de hoy se vive un interludio recesivo, que quizá sólo permite tapar agujeros abriendo otros de mayor tamaño.

Y pesar de ello el presupuesto para 2020 vaticina, como rezando ante Dios, crecer al 2.4%, cuando Estados Unidos será solamente del 1.9%. Don Carlos Ramírez, de Indicador Político, ve venir el tifón como si fuera un simple chubasco.