Egipto encuentra bajo la arena la ‘ciudad perdida’ de Luxor

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Se trata del «mayor asentamiento administrativo e industrial de la era del Imperio Egipcio en la orilla occidental de Luxor»

Lo anuncian como el gran descubrimiento de la Egiptología desde el hallazgo de la tumba de Tutankamon por Howard Carter en 1922. Casi un siglo después de que apareciese la última morada del famoso faraón, el Gobierno de egipcio ha dado la noticia de otro hallazgo de excepción. De las arenas del desierto ha emergido una ciudad de unos 3.000 años de antigüedad que llevaba siglos desaparecida. Los expertos, encabezados por el famoso arqueólogo Zahi Hawas han detallado que los restos, cerca de la monumental Luxor, se encuentran en un buen estado de conservación y que se trata de «la mayor ciudad jamás encontrada en Egipto».

Y lo que son las cosas. La ciudad se sitúa históricamente en el mismo periodo de Tutankamon, cuando la dinastía XVIII brillaba como el sol en Egipto. De hecho, parece haberse congelado en el tiempo en un momento crucial en la historia del país de los faraones, cuando Akenaton decidió trasladar la capital a una ciudad de nueva creación, Ajetaton, en el Egipto Medio. De ahí también la importancia del descubrimiento, que se espera que aporte nuevos datos arqueológicos que ayuden a comprender más la época en que el faraón maldito instauró el primer monoteísmo conocido de la historia.

De momento,  la información facilitada apunta de que se trata de la ciudad llamada ‘El ascenso de Atón’, «el mayor asentamiento administrativo e industrial de la era del Imperio Nuevo en la orilla occidental de Luxor», según detalla el comunicado oficial del Ministerio de Antigüedades. «Las capas arqueológicas han permanecido intactas durante miles de años, como si sus antiguos residentes las hubieran dejado ayer mismo», prosigue.

La urbe estuvo activa durante los reinados de faraones de la Dinastía XVIII, como Amenhotep III o Tutankamon

Los muros de la ciudad están casi completos, de casi tres metros de alto y en forma de «zigzag, con un único punto de acceso», lo que hace pensar a los arqueólogos que tenía una función defensiva. «Las calles de la están flanqueadas por casas», ha asegurado el famoso arqueólogo Zahi Hawas, que está al frente de la misión responsable del hallazgo. Además, se han encontrado muchos objetos de la vida cotidiana que han permitido datar la ciudad.

Betsy Brian, profesora de Egiptología de la universidad estadounidense John Hopkins, afirma que ‘El Ascenso de Atón’ no solo permitirá echar una mirada en la vida de los antiguos egipcios en una época en el que «el Imperio estaba en su apogeo», sino también arrojará luz sobre «unos de los más grandes misterios de la historia: ¿Por qué Akenatón y Nefertiti decidieron trasladarse a Amarna».

Como también ocurrió con la tumba de Tutankamon, el azar ha jugado un papel importante para encontrar la ciudad. De hecho, lo que se estaba buscando era el templo mortuorio de esta farón. Las excavaciones se realizaban entre los templos dedicado a Amenhotep III y a Ramses III.

Y en vez del templo, empezaron a parecer adobes que revelaban la estructura de casas y finalmente, acabaron componiendo toda una ciudad, con dos barrios, uno administrativo y otro comercial. En este sentido, se ha encontrado una panadería, así como una gran cocina con hornos y también piezas de cerámica para el almacenamiento de alimentos.

Entre las estructuras que ya se han podido identificar, se encuentra un área de trabajo con moldes para la producción de amuletos y objetos decorativos. También se ha localizado una zona para la fabricación de ladrillos usados en la construcción de templos y que llevan el sello con el nombre el faraón Amenhotep III.

Información por LA VANGUARDIA