*Hace 19 años era chofer, hoy inspector
*Le han mentado hasta la madre
Efraín Galindo Pérez, a los 25 años era chofer de una góndola, sufrió un accidente y le amputaron las dos piernas. Hoy tiene 44 años y de aquella tragedia, nada más queda el recuerdo por la gran fortaleza física, moral y espiritual de creer en un Dios y la familia. No reniega de la vida.
No pudo con su sueño de ser un gran futbolista, pero hoy es campeón de basquetbol con los Guerreros de Mazatlán. Del accidente comenta que sufrió los primeros cuatro o cinco meses, porque ese accidente le cambió la vida, sintió que el mundo se acababa, aunque nunca pensó en el suicidio.
Ahora 19 años después Efraín es un ejemplo de vida y orgulloso de ser inspector de Oficialía Mayor; nunca ha pedido limosna ni aceptado dinero de la corrupción que le ofrecen vendedores ambulantes a quienes les exige los permisos para trabajar en la vía pública. Por el contrario, dice que ha enfrentando la ingratitud y la agresividad de algunas personas que no entienden su trabajo de “vigilante” y de poner orden en la ciudad.
Efraín afirma que tiene imponer su intachable conducta como servidor público, aunque así como está, con capacidades diferentes, le han mentado la madre y lo han querido golpear por cumplir con su trabajo de inspector en las calles del centro de Mazatlán.
Agrega que en el accidente tenía dos hijos y ahora tiene 4 y que los dos últimos también le dieron mucha fortaleza para la vida y el trabajo noble y honrado. Agradece el apoyo de su mujer.
Después del accidente estudio mecánica en la Escuela Felton; puso su taller pero “tronó” por distintas razones; sobrellevó los años siguientes con el arreglo de celulares y computadoras. Platica que luego se lo invitaron a jugar basquetbol en sillas de ruedas, deporte del que nada sabía y después de dos años se convirtió en “campeón”, es capitán del equipo Guerreros de Mazatlán.
También practica la halterofilia y levantamiento de pesas.
Gracias al deporte, dijo que se relacionó con la presidenta del DIF municipal, Gaby Peña Chico, quien lo invitó a sumarse al equipo de trabajo del municipio y ahora es inspector que también “limpia las calles” de vendedores ambulantes, sobre todo que se adueñan de las banquetas y evitan que otras personas con capacidades diferentes circulen libremente por las avenidas.