ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ
PARA MI HIJA ABRIL POR RESISTIR.
En entrevista con los demócratas Willliam Doke JR y su esposa María Doke, me dijeron que la Reforma Migratoria sería aprobada para el tiempo de las calendas griegas, porque la clase política norteamericana, a la hora de la hora, siempre esgrimía pretextos internos y externos, como los períodos electorales, la guerra en Irak y, siguiendo está lógica, hoy serían los problemas que han emergido por la invasión rusa en Ucrania. Además nuestros entrevistados se mostraron sumamente críticos por la actitud xenófoba del Partido Republicano, el cual hoy es dominado por un minúsculo grupo radical denominado Tea Party. En los meses por venir esta circunstancia puede cambiar…
Lo cierto es que hoy nuestros familiares -digo nuestros porque por lo general todos tenemos un consanguíneo allende nuestras fronteras del norte- hoy viven el sueño americano como un pesadilla: hacen “trabajos que ni los negros quieren hacer” y por él les pagan en promedio más o menos del 50% de lo que reciben los norteamericanos; además nuestros coterráneos pagan impuestos sin derecho servicios de salud y menos aún a una jubilación. Pero todo lo anterior nuestros paisanos lo vivían y lo sufrían con relativa rabia y poca resignación. A ello se ha agregado el acabose: los empresarios, por orden expresa Obama, no sólo no emplean a “los sin papeles” sino que están despidiendo a los que ya estaban trabajando, tácitamente obligándolos a autodeportarse; medida draconiana que se complementa con millones deportaciones a rajatabla. La desazón y el miedo se han enseñoreado en los muros de los migrantes. Pero vayamos por partes.
ALEGRÍA Y DESESPERANZA.
El Senado, de mayoría demócrata, aprobó el 27 de junio de 2013 un proyecto bipartidista (S. 744) que incluye un camino a la ciudadanía para indocumentados que carecen de antecedentes criminales. No obstante este promisorio acuerdo no fue acogido en la Cámara Baja; vaya ni siquiera lo sometieron a debate. “El liderazgo republicano, que es mayoría en esa Cámara, advirtió que no aprobaría el proyecto S. 744. Su liderazgo señaló que ni siquiera lo enviaría este proyecto al pleno de esa cámara. Afirmaron que simplemente discutirían una versión propia y que lo harían por partes. La reforma ya estaba condenada de antemano” (Univisión. Jorge Cansino. 06/ 04/2014).
Siete meses después, a finales de enero del 2014, el presidente de la Cámara de representantes, John Boehner (Ohio), dio a conocer una lista de principios para un “nuevo” proyecto de Reforma Migratoria. Entre sus principios figuró la recomendación de legalizar a los indocumentados que tuvieran tiempo en el país y que carecieran de antecedentes criminales. Además tenían que pagar importantes multas por haber entrado ilegalmente a ese país y, por supuesto, era requisito para adquirir la ciudadanía que los indocumentados hablasen inglés. Estos fundamentos eran prácticamente los mismos requisitos incluidos en el proyecto S. 744; pero una semana después el mismo Boehner dijo que nunca había subestimado “lo difícil que sería avanzar en este tema este año” y que uno de los grandes obstáculos para aprobar la reforma migratoria era “la falta de confianza” que ha generado en su bancada el presidente Barack Obama (Ibiden).
LOS BEMOLES DE LA REFORMA MIGRATORIA
“Un apostador diría que las probabilidades de que algún tipo de reforma migratoria –integral o por partes- se apruebe antes de las elecciones intermedias del 2014, en la que se renovará la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, son a todas luces, si nos remitimos a los antecedentes, menores a 50-50; porque además la Reforma tiene el tiempo contado: “De acuerdo con los cálculos más optimistas, la posibilidad de una reforma migratoria integral durante el gobierno de Obama, le quedan sólo tres meses de vida. Me explico: la ventana real de oportunidad para la aprobación del proyecto de reforma en la Cámara de Representantes caduca en julio, cuando los legisladores parten a vacaciones. Después de eso, será prácticamente imposible imaginar que los republicanos decidan entrarle a un asunto tan polémico, sobre todo con las elecciones legislativas de medio término a la vuelta de la esquina”. (Milenio, Diario. León Krauze. 12/04/2014). Y menos será posible después de esas elecciones, porque estás en elecciones de noviembre serán la campanada para iniciar la carrera por la presidencia.
Como dijo meses atrás Chris Cillizza: “A la base republicana no le gusta la reforma migratoria integral (o siquiera semiintegral), pero lo que les disgusta aún más es el Obamacare. A finales de enero, un sondeo de The Washington Post y ABC News mostró que 89% de los republicanos desaprobaba cómo el Presidente había manejado la aplicación de la nueva ley de salud. Lo más sorprendente es que 69% de los republicanos lo desaprobó fuertemente, un notable testimonio sobre cuánta pasión suscita la ley entre la base republicana. Es difícil imaginar que algo menos que una reforma migratoria integral, que incluya un camino a la ciudadanía, lleve a una disminución importante en la intensidad que la base republicana tiene con Obama y su ley de la atención sanitaria” (Chris Cillizza. The Washington Post.9/ 02/2014)
¿TODA ESPERANZA ESTÁ PERDIDA?
Y sin embargo Reforma Migratoria se mueve, a pesar del nudo gordiano en que se encuentran los demócratas y los republicanos. Obama y sus correligionarios han sido arrinconados; pues a condición de convencer a los republicanos de la pertinencia de la Reforma, han cedido, entre
otras, a dos repugnantes demandas que les han ganado la animadversión de algunos sectores de los latinos: la deportación indiscriminada de indocumentados y crear un valladar inexpugnable en la frontera para impedir el paso a nuevos migrantes. Pero esta exigencia de la derecha contiene el propósito de desgastarlo ante la masa de votantes que reclama una Reforma Migratoria, evitando con ello que esa fuerza los acompañe electoralmente el 2015. Obama ha entendido la estratagema de los republicanos, y no obstante prosigue haciendo lo mismo, aunque recientemente ha impuesto ciertas restricciones “humanitarias” en materia de deportaciones. Obama, pues, se haya en una contradicción: cree que el sacrificio impuesto a los indocumentados puede convencer a republicanos a concretar la Reforma; pero también cree lo contrario. En esta difícil encrucijada se encuentran Obama y los demócratas, contradicción que les está haciendo comerse las uñas.
Los republicanos tampoco viven una fiesta campestre. Tres fracciones están degollándose, pero al mismo tiempo dudan que sus propuestas sean certeras. Los hay quienes quieren la Reforma Migratoria por simple cálculo político, pues no creen que sea suficiente el desgaste político de los demócratas como para inhibir el voto de los millones de norteamericanos a su favor. Los viejos republicanos, creen justamente lo contrario, pero además sostienen por rutina que en las elecciones intermedias la afluencia de votantes es menor que en las presidenciales y consideran, por tanto, que éstas no pueden convertirse en un referéndum que gravite en torno a la reforma migratoria. Pero el grupo que está en contra de la Reforma se muestran cortos de miras: no han considerando que éstas las elecciones de noviembre, aunque logren mantener la cámara de Representantes, pudieran estar pavimentando el camino para volver a perder la República como consecuencia de su negativa. Pero estos grupos pueden cambiar de posición y salir unidos en la coyuntura electoral a través de un frío cálculo político, pero éste no es el caso de Tea Partyi, cuyo fundamentalismo suele inmovilizar políticamente a los republicanos. Esa es su fuerza y su debilidad, seguramente los republicanos de cepa tendrían que romper con el movimiento del té, si los aires electorales les cambiaran la perspectiva, a costa por supuesto de grandes pérdidas. De ahí que los republicanos también se estén comiendo las uñas.
LA INCERTIDUMBRE Y EL COMIENZO DE LA ESPERANZA.
La Reforma Migratoria depende sobre todo de un frío cálculo político de los republicanos. Si después de realizar múltiples encuestas, sondeos, análisis y se dan cuenta que los números no concuerdan con sus pretensiones políticas que es ganar las elecciones de noviembre y hacen una proyección de que podría irles muy mal en las presidenciales, seguramente optarán por la Reforma Migratoria, así sea en retazos y aunque tengan que romper con los sectores más radicales de Tea Party. Los republicanos no pueden darse el lujo volver a perder la Presidencia de la República, no al menos por la emergencia político/electoral de los latinos, entre otras minorías que les acompañan en esta gesta, cuyos votos se acrecientan en cada elección, en tanto que la de los caucásicos desdiente.
En estas circunstancias las organizaciones que luchan desde la sociedad civil por la Reforma Migratoria, han iniciado la presión en todo el país para torcerle el brazo a los republicanos: este primero de mayo empezaron el músculo en todo el país. Por su parte Obama y Joe Biden, el vicepresidente, incentivan esa movilización. Ambos se reunieron este Cinco de Mayo con los organismos a favor de la Reforma en la Casa Blanca, ahí les pidieron que presionaran a los republicanos de la Cámara de Representantes a que prosigan el debate del proyecto de ley que fue aprobado en el Senado el año pasado. Previamente ayer lunes, Biden dijo que los inmigrantes compartían valores estadounidenses. Biden manifestó:»No serán ciudadanos, pero son estadounidenses». Seguramente si la movilización de incrementara, tendrían nuestros familiares una Reforma Migratoria entre mediados de junio y la primera mitad de julio, justo antes de que los miembros de la Cámara de Representantes de fueran de de vacaciones. iQué es el Tea Party? Según Ricard González. 20/09/2010, es un movimiento formado por una constelación de agrupaciones locales de ciudadanos unidos por su oposición a la agenda de Obama, pues temen que si el presidente se sale con la suya eliminará algunos principios y valores que constituyeron a Norteamérica. Este movimiento tiene un componente emocional tan importante como el político, y que es resultado de los miedos e incertidumbre que generan la globalización, la crisis económica, y varios cambios sociales que vive el país. Todos sus postulados hacen referencia a la política económica desde una perspectiva neoliberal, verdadero cemento del movimiento, ya que en cuestiones morales, como el aborto o el matrimonio gay, existen opiniones divergentes. Según las encuestas, cerca de un 20% de la población simpatiza con el Tea Party. Pero más allá de esta cifra, el alto grado de activismo y compromiso de sus miembros les otorga un gran poder dentro del Partido Republicano. No tan sólo ha conseguido que algunos de sus candidatos se impongan en primarias a cargos importantes, sino que la amenaza que éstos representan ha obligado a varios políticos del ‘establishment’ a girar a la derecha por miedo a una derrota; este ha sido el caso de John McCain, otrora proclive a la reforma migratoria. En unas elecciones de baja participación como las legislativas, la movilización de los activistas del Tea Party puede servir en bandeja varias victorias a los republicanos frente a los demócratas.
iQué es el Tea Party? Según Ricard González. 20/09/2010, es un movimiento formado por una constelación de agrupaciones locales de ciudadanos unidos por su oposición a la agenda de Obama, pues temen que si el presidente se sale con la suya eliminará algunos principios y valores que constituyeron a Norteamérica. Este movimiento tiene un componente emocional tan importante como el político, y que es resultado de los miedos e incertidumbre que generan la globalización, la crisis económica, y varios cambios sociales que vive el país. Todos sus postulados hacen referencia a la política económica desde una perspectiva neoliberal, verdadero cemento del movimiento, ya que en cuestiones morales, como el aborto o el matrimonio gay, existen opiniones divergentes. Según las encuestas, cerca de un 20% de la población simpatiza con el Tea Party. Pero más allá de esta cifra, el alto grado de activismo y compromiso de sus miembros les otorga un gran poder dentro del Partido Republicano. No tan sólo ha conseguido que algunos de sus candidatos se impongan en primarias a cargos importantes, sino que la amenaza que éstos representan ha obligado a varios políticos del ‘establishment’ a girar a la derecha por miedo a una derrota; este ha sido el caso de John McCain, otrora proclive a la reforma migratoria. En unas elecciones de baja participación como las legislativas, la movilización de los activistas del Tea Party puede servir en bandeja varias victorias a los republicanos frente a los demócratas.