Durante 151 años, la UAS ha sido un aporte invaluable para Sinaloa en la cultura, academia, deporte, investigación y formación social

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La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), una institución que ha tenido un aporte invaluable y grande al estado, desde lo cultural, la academia, el deporte y la investigación, hasta grandes personajes como Rodolfo Monjaraz Buelna, Genaro Estrada, Enrique Félix Castro el “Guacho” Félix, Rafael Buelna Tenorio, Ruperto L. Paliza, entre otros, una galería de valiosos personajes, reflexionó Rafael Santos Cenobio a 151 años de la fundación de la Casa Rosalina.

El especialista y profesor de la Facultad de Historia, expresó que todos estos aspectos de la vida de la centenaria institución le han valido consolidarse como una de las universidades más importantes en el noroeste del país, no solo por su aporte al estado, sino por la gran vinculación que tiene con el pueblo llevando educación a cada rincón de Sinaloa, forjando profesionistas comprometidos y de calidad.

“La Universidad siempre ha estado vinculada al pueblo, obreros, campesinos; la Universidad no solamente aporta al estado, también recibe estudiantes de todas partes del país, Chihuahua, Sonora, Durango, Veracruz, Oaxaca, México Puebla, es decir, es una universidad nacional al recibir alumnos de todo el país. Yo creo que eso es una gran aportación también”, expresó.

Con tan solo 30 alumnos, esta centenaria institución abrió sus puertas como Liceo Rosales un 5 de mayo de 1873 en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, por decreto del gobernador Eustaquio Buelna.

Hoy a 151 años de su creación y pasando por diversas etapas que la ha llevado a una gran transformación, la UAS hoy es una de las universidades públicas de mayor tradición en el noroeste de México, colocándose en la actualidad en el tercer lugar entre las mejores universidades mexicanas y con el primer lugar entre las universidades públicas estatales, según el Ránking Mundial de Universidades.

Por dificultades políticas, en 1874 los poderes estatales se trasladaron a Culiacán y, con ellos, también el Liceo Rosales, cambiando de nombre a Colegio Rosales, con carreras tan básicas como ingeniero agrimensor, abogado, topógrafo e hidrógrafo, contador (tenedor de libros), químico (ensayador de metales) y profesor de educación básica.

Una fecha importante para el Colegio Rosales fue 1918 cuando se convierte en Universidad de Occidente, una etapa en la que el gobernador Ramón F. Iturbe le otorgaría por primera vez su autonomía, la cual consistía en que la institución organizara sus planes de estudio y sus patrimonios, es decir, se autogobernara en todos sus sentidos, sin embargo, esta pasaría por distintos hechos e ideas, en distintos tiempos y hoy en nuestra actualidad.

“Hoy la Universidad y el Gobierno del Estado están en una etapa de enfrentamiento donde de parte del Gobernador del Estado un intento de violentar la autonomía universitaria, ciertos elementos que están atentando con este principio que se nos otorgaría en 1918, 1922 y 1965, aún con algunos puntos transformados lo que es la esencia de autogobernarse por sí misma esta permanece”, compartió.

Toda esta historia, dijo, habría que enfocarse en lo positivo. La Universidad Autónoma de Sinaloa va cambiando conforme el país se va moviendo, logrando a partir del 2005 a la fecha una estabilidad dentro de los pasillos universitarios, con proyectos acreditados, la calidad universitaria, la vinculación con los sectores productivos y sus certificaciones, profesores calificados, planes y programas de estudios acordes a la modernidad y a la internacionalización, que hacen hoy de esta universidad una institución reconocida.